Los Obeliscos en Roma
Cuando los romanos empezaron a conquistar el mundo antiguo no sólo se dedicaron a exportar su cultura, su forma de vida y su lengua, también se llevaron numerosos recuerdos o souvenirs de los pueblos que visitaban, este es el caso de los numerosos obeliscos que hay en la ciudad de Roma, que es la que más tiene del mundo.
Fue
a partir de Ottaviano Augusto (27 a.C.
– 14 d.C.), cuando empezaron a traer directamente desde las lejanas
tierras del Nilo los numerosos obeliscos que podemos ver por la ciudad.
En principio era
para embellecer plazas, monumentos y en particular los Circos de Roma.
Actualmente
ninguno ocupa el lugar donde fue puesto en origen y muchos de ellos
esconden algunos secretos, como uno de lo más importantes, que fue
utilizado como gigantesco reloj solar.
El obelisco, nombre que procede del
griego, es un monolito ahusado, a menudo de granito, de cuatro caras que
termina en forma de cúspide llamada “pyramidion”.
Sus orígenes remontan a más de hace 3000 años y la ciudad donde se
erigieron por primera vez fue Heliópolis, en Egipto, o sea la ciudad que
representaba el principal centro de culto de la divinidad del Sol.
Para los egipcios los obeliscos
representaban la “materializazion” en piedra de los benéficos rayos del
Sol que permitían el desarrollo de la vida en la tierra. Los trajeron los emperadores romanos, pero sí aún los podemos disfrutar es gracias al Papa Sixto V, que se dedicó a buscarlos, y desenterrarlos por la ciudad para posteriormente recolocarlos en su lugares actuales.
I - Obelisco del Vaticano
De los ocho obeliscos egipcios que se conservan actualmente en Roma,
el más conocido de todos es el que está situado en la Plaza de San
Pedro. El obelisco del Vaticano mide más de 25
m. de alto y pesa alrededor de 330 toneladas, es uno de los pocos que
hay en Roma que carecen de inscripciones o jeroglíficos en los
laterales. Fue puesto allí a petición de Sixto V en 1586. Esculpido en granito de Asuán durante el reinado de
Nebkaure Amenemhet II, fue ubicado originalmente
delante de la torre del Templo del Sol en Heliópolis. En el año 37 D.C.
el emperador Calígula lo llevó hasta Roma como una muestra más de los
tesoros conquistados por el imperio en Egipto, y fue erigido en el Circo
de Calígula (más tarde Circo de Nerón). Todavía seguía allí en 1585,
cuando el papa Sixto V ordenó que se trasladará a su localización actual.
Unos años después, este Circo y su
obelisco fueron los tristes testimonios, bajo Nerón del martirio de
muchos cristianos y en particular de uno: San Pedro. Según una leyenda
medieval en la esfera de bronce que antes ocupaba la punta del obelisco,
se conservaban los restos mortales de Julio Cesar. Cuando el papa Sixto V verificó que en realidad esta no tenia
nada por dentro, hizo realizar, siempre en bronce, su emblema y una cruz
que fue puesta, como aparece hoy en día encima del obelisco con "fragmentos originales de la Santa y Verdadera Cruz de Jesús" mientras que en el basamento hizo grabar unas formulas de exorcismo.
Llegaron cientos de arquitectos con sus planes para mover el gran obelisco, pero el de Domenico Fontana (1543-1607)
pareció el más prometedor en cuanto a resultados y éxito: ideó un
gigantesco andamio en el que cada pata se componía de tres troncos
atados conjuntamente. El obelisco fue transportado hasta su nuevo
emplazamiento rodando sobre troncos, un proceso que duró un año completo
y que cautivó por su complejidad a la población de la ciudad. Para su
traslado fueron necesarios 900 hombres, 140 caballos y 47 enormes
poleas:
Cuenta la
tradicón oral que durante aquella dura jornada de esfuerzo fue muy
necesario mantener la concentración. Los hombres tenían orden de
mantener silencio absoluto bajo amenaza de muerte a quien se atreviera a
romper el silencio. Los obreros comenzaron a izar la descomunal piedra
de granito, pero debido a la fricción y en el momento de mayor peso, de
las cuerdas saltaron chispas y comenzaron a ceder. De repente, se
escuchó entre el sudor frío y callado de la plaza el grito de un
marinero genovés, Benedetto Bresca, quien se atrevió a romper el silencio : ‘Daghe l’aiga ae corde ‘, es decir ‘agua a las cuerdas’... el marinero sabía que las cuerdas de cáñamo se rompe si no se las enfría, el hombre se arriesgó valientemente a pesar de la pena de ser ahorcado, alzando la voz para evitar que cayera el bloque entero. El pobre fue inmediatamente detenido y llevado ante el Papa. Pero Sixto V
en vez de castigarlo, le recompenso concediéndole el privilegio de
poder izar la bandera vaticana en su barco.Otorgándole a él y a sus herederos el derecho de poder vender en exclusiva las palmas del Domingo de Ramos en la mismisima Plaza de San Pedro, cosa que llevan haciendo sus descendientes desde hace ya más de cuatro siglos.
Durante el siglo XIX
el astrónomo L.F.Gili transformó el obelisco vaticano en uno gnomon
colocando en el pavimento de la plaza unas referencias de granito en las
que la sombra proyectada de la cruz caía en los dos solsticios de
verano, el 21 y 22 de junio, y de invierno, el 21 y 22 de diciembre. La
presencia de discos de mármol indican también el pasaje del sol en los
varios signos zodiacales.
Hablando en particular del tema de los
obeliscos utilizados en Roma como gnomon, no podemos olvidar lo que fue,
por cierto, el más famoso y que fue realizado durante los primeros años
del imperio de Augusto e nel 10 a. C.Fue el primer obelisco alzado en el período moderno y es el único de Roma que no ha caído desde los tiempos romanos.
II - Obelisco Esquilino (frente Santa Mª la Mayor)
Existen varias teorias con respecto a este obelisco, al igual que el del Quirinale, algunos consideran que los emperadores romanos no se contentaron en adueñarse de obeliscos ajenos y transportarlos a Roma. Algunos de ellos, imitando a los reyes egipcios, se hicieron erigir obeliscos para su propia memoria. Los obeliscos Esquilino y Quirinale, ambos gemelos, fueron descubiertos fragmentados, el primero en tres pedazos, en el siglo 16 en las ruinas del Mausoleo de Augusto, detras de la iglesia de San Rocco. De 14,75 metros y 45 toneladas fue desenterrado por el Papa Sixto V en 1587 y conjuntamente con el obelisco del Quirinale fueron ubicados en su lugar original, hasta que 200 años despues el Papa Pio VI, los moviera a dos plazas separadas, uno donde se encuentra actualmente, en la plaza del Esquilino, frente a la basilica de Santa Maria la Mayor, y el otro frente al palacio presidencial en la plaza del Quirinale.
III - Obelisco Lateranense (Piazza san Juan de Letrán)
El segundo obelisco que había en el Circo Máximo, y que en su origen pertenecía a al Templo de Amón en Tebas ( Karnak , Egipto ), construido por orden del faraón Tutmosis III en el siglo XV antes de Cristo es conocido como el obelisco Lateranense: es el más alto de Roma, pesa aproximadamente 230 toneladas y mide unos 45 metros incluyendo su base., fue colocado entre la entrada al crucero de la basílica de San Juan y el Palacio de Letrán .
IV - Obelisco Flaminio (Piazza del Popolo)
El primer obelisco que llegó a Roma, es el llamado obelisco Flaminio (IV) Fue traído desde Heliópolis (estaba delante del TEmplo del Sol) por encargo de César Augusto en el año 10 a. C. y durante mucho tiempo estuvo, colocado en la espina del Circo Maximo. Se trataba de un magnifico obelisco del faraón Ramses II con una altura de 23m sus jeroglíficos muestran el nombre del faraón Ramsés II y de su hijo, y estaba dedicado al sol Rha. . Para observar este obelisco debéis caminar hasta la Piazza del Popolo. llamado así por la antigua Vía Flaminia (que se origina en la plaza adyacente ), es el segundo más antiguo de Roma .
Fue trasladado al centro de la Piazza del Popolo por Domenico Fontana, que ya tenía experiencia tras el de la Plaza de San Pedro,
perfecto ejecutor de las concepciones urbanas de Sixto V ( 1589 ) .Este obelisco fue recuperado del área del Circo Maximo, pues había acabado bajo 7 metros de tierra. En esa época
decidieron utilizar los obeliscos que iban encontrando como elementos de
referéncia para todos los peregrinos, así de esta manera podían llegar e
identificar más fácilmente las basílicas e iglesias más importantes de
la ciudad.
V - Obelisco Agonale (Piazza Navona )
Este fue erigido en la plaza Navona por Gianlorenzo Bernini a petición del Papa Inocencio X Pamphili. Recibe su nombre porque está situado en frente de la iglesia de Santa Inés en Agonía. De la palabra griega "Agon" o combate, en referencia al circo de Domiciano del que la plaza es lo único que queda. El monolito de granito es 16,53 metros de altura (30,17 con el soporte, el sujeto y la pamphiliana fuente paloma), está relacionado con la increíble Fuente de los Cuatro Ríos, tiene jeroglíficos que se hicieron para correr por Domiciano (81-96 dC). Originalmente, este obelisco se encontraba en el circo de Rómulo, hijo de Majencio, en la Via Appia
VI - Obelisco Minerveo
El obelisco de plaza de La Minerva, es el mas pequeño de Roma,tan solo tiene 5,47 metros, es de granito rojo y originariamente estaba en la ciudad egipcia de Sais, fue realizado en la dinastía XXVI, por PSAMETICO II. Al llegar a Roma estuvo colocado frente al Templo de Isis, y fue encon trado bajo las ruinas del templo en 1665, en los jardines del monasterio al lado de Santa Maria sobre Minerva, una iglesia dominicana cuyo nombre se debe al hecho de que fue construida sobre las ruinas de un templo dedicado a Minerva, diosa romana del conocimiento. En 1667, el Papa Alejandro VII (Chigi), decidio hacerlo levantar delante de la misma iglesia. El primer proyecto era poner las figuras de un perro en los cuatro puntos cardinales (el padre Dominico Domenico Paglia quería que la base donde colocarlo fueran figuras de perros para enfatizar la lealtad a Dios, pues los Dominicos son considerados los "perros del Señor" o sea los más leales. El Papa rechazó el proyecto, porque lo que se pretendía era que simbolizase la Sabiduría Divina. Así que se encargó a Bernini la obra, éste eligió el elefante, como representación de la fuerza, tal y como señala la inscripción que hay en uno de los lados "
"Esta es la muestra de una mente fuerte para mantener un solido conocimiento" .El escultor se basó en la obra Hypnerotomachia Poliphili (sueño de la batalla del amante) de Francesco Colonna.
VII - Obelisco del Panteon
Realmente su nombre es Obelisco Macuteo y está situado en la Piazza della Rotonda, en
frente del Panteón, es de la época de Ramses II:
su altura es de 6,34 metros y fue llevado a corta distancia del Panteón
por el papa Clemente XI en el año 1711 sobre una fuente de Filippo
Barigioni. Esta "luz del sol", toma su nombre de la plaza de San Macuteo. Es una copia casi perfecta del Minerveo ( el obelisco del elefante).
VIII - Obelisco Quirinale (frente al Quirinale)
Originariamente erigido en el flanco oriental del Mausoleo de Augusto, emparejado con el obelisco Esquilino. Hallado en 1527. Erigido por el papa Pío VI en 1786 sobre la colina Quirinal cerca de estatuas de los Dioscuros (llamados los Domadores de caballos) de las Termas de Constantino.
IX - Obelisco Salustiano
Se cree que el emperador Adriano, lo hizo tallar en Assuán durante el siglo III y sin estar sus textos grabados, fue trasladado a Roma. Se encontró en los jardines Salustianos, de ahí le viene el nombre. Mide 14,10 metros y cada una de sus caras lleva tres columnas con jeroglificos, copiadas por los escribas romanos de las del obelisco de la plaza del Popolo. Clemente XII en 1733 lo hizo transportar cerca de la Scala Santa con la intención, no cumplida, de levantarlo en Letran. Años más tarde, en 1789 Pío VI le ordeno al arquitecto Antinori eregirlo en su localización actual, delante de la iglesia de la Trinidad del Monte, en lo alto de la escalinata de plaza España.
X - Obelisco Montecitorio (Piazza Montecitorio)
Sin embargo, de todos los obeliscos de Roma que fueron usados como relojes solares, el más famoso es el que actualmente está en la Plaza de Montecitorio y al que todavía se conoce como obelisco Solare. Tiene 21,79 metros de alto, y pesa 230 toneladas, fue alzado por Psametico II en Heliopolis. Durante el solsticio de invierno, la sombra del obelisco alcanzaba hasta una piedra colocada expresamente para ello, en frente del mismo. En el año 10 se trajo para Roma para conmemorar la victoria del emperador Augusto sobre Egipto, lo colocaron en el CAmpo de MArte, un conjunto monumental que incluía, entre otras cosas, un “Horologium”, el Ara Pacis y su propria tumba, o sea el Mausoleo de Augusto.
Esta área era muy
grande, de unos 160×75
metros, fue pavimentada con uso de travertino y, en las mismas piedras,
fueron puestas en letras, números y imágenes de bronce con las horas, las
estaciones, los signos zodiacales y los años. El obelisco puesto en el
medio, tenia el rol de un gnomon ya que proyectaba su sombra en una
meridiana grabada también en el suelo. No solo: su
sombra caía perfectamente sobre el Ara Pacis el día 23 de septiembre de
cada año, día de nacimiento del emperador y del solsticio de otoño.
Desgraciadamente el obelisco unos años después terminó de ser utilizado como “Horologium”
ya que la plaza se cubría continuamente de los detritos que
el rió Tiber dejaba a menudo con sus inundaciones. Hoy en día se han
descubiertos, bajo 8 metros del nivel actual, solo unos pocos restos del
gnomon de Augusto, mientras el obelisco que se había caído en
la época medieval, fue colocado bajo el Papa Pio VI en el 1794 en la moderna Plaza de Montecitorio frente al edificio del Parlamento.
XI - Obelisco Capitolino o Mattei
Está considerado como el obelisco de menor tamaño de Roma, el mismo
presenta una altura de 2,68 metros y se sitúa en la Villa Celimontana. A
un lado de Celio , una de las legendarias siete colinas sobre las que
se fundó Roma, anteriormente se la conocía como la Villa Mattei ( de
ahí el nombre del obelisco ); Este parque público perteneció a la familia Mattei, y
todavía conserva una serie de restos romanos como columnas y
capiteles , esparcidos por los jardines. No está en muy buen estado, y también lleva el nombre de Ramsés II.
Este monumento no es muy importante en comparación con los anteriores, pero su historia está vinculada a un incidente bastante
horrible que ocurrió en 1820 , durante la ceremonia pública celebrada en el
día que el obelisco se trasladó al sitio actual, cuando lo estaban colocando, lo aguantaban mediante poleas y uno de los trabajadores hizo algo mal, la amarras se soltaron y el monolito cayó sobre las manos de algunos trabajadores que lo estaban guiando, según se dice los restos de los dedos aún están debajo de la base del obelisco.
XII - Obelisco Aureliano
Este obelisco se lo conoce con varios nombres "Passeggiata" debido a la plaza en donde se encuentra en estos dias, "Variano" ya que estuvo en el Circo Variano, "Barberini" ya que fue descubierto en los tiempos del Papa Urbano VIII. Fue traido de Egipto a Roma, tiene dos columnas de textos jeroglificos en cada una de sus cuatro caras y mide 9,75 metros. Adriano fue el segundo emperador romano que hizo tallar un obelisco con su nombre. Fue erigido (probablemente junto con otro hoy desaparecido) delante del monumento funerario que en el año 131 hizo construir en la Villa de Antinoe, en monte Pincio, en honor a su favorito, no lejos de Belvedere desde donde se ve la plaza del Popolo. Bajo el pontificado de Urbano VIII fue descubierto roto en tres fragmentos cerca de la iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén construida sobre las ruinas del antiguo circo romano.
XIII Obelisco Dogali
Con una altura de 5,47 metros, este obelisco se presenta en las Termas
de Diocleciano y hoy en día hace honor a la batalla de Dogali. Está en la Piazza dei Cinquecento.
Es el último de los trece obeliscos erigidos en Roma en la época moderna y ha tenido un triste destino, se transformó en un monumento en memoria de los caídos de Dogali. Es de granito rojo, fue erigido en Heliópolis por Ramsés II (otra vez) y, tras la conquista de Egipto, adornaba, junto con otros, el templo de Isis en Roma, fue descubierto accidentalmente en 1719 por medio de la cumbre de San Ignacio durante la renovación de la Biblioteca Casanatense , pero sólo en 1883 fue completamente excavado por el arqueólogo Rodolfo Lanciani .
En Roma se conserva también el único obelisco que un emperador, Adriano (117-138), dedicó a la memoria de un joven: Antinoo. Este curioso monumento que fue grabado por mano romana utilizando pero los signos geroglíficos de los Egipcios, fue erigido por voluntad del mismo Adriano, en el 130 en un templo del Palatino, para honorar la memoria del favorito que se ahogó, en circunstancias misteriosas, en el rió Nilo. El emperador Eliogabalo (218-222) lo puso en un segundo momento, en su Circo privado no lejos del actual “Porta Maggiore”. Fue descubierto en el siglo XVI y después de haber cambiado por varios siglos su colocación en el 1822 el papa Pio VII (1800-1823) lo puso en el lugar actual o sea en la Villa Borghese.
Como siempre si queréis saber más: Obeliscos de Roma es una página super interesante, aunque está en italiano o inglés, así que a practicar idiomas.
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