Mausoleo de Santa Constanza |
Exterior Mausoleo Sta. Constanza |
Basílica Sant'Agnese fuori le mura |
Es en esta iglesia, en el día de Santa Inés (21 de enero) dos corderos son especialmente bendecidos, usualmente por el papa después de una gran misa pontifical; su lana es más tarde tejida para hacer un palio, estolas ceremoniales, para un arzobispo metropolitano recién nombrado para simbolizar su unión con el Papado. Como curiosidad hay un mosaico con un Cristo sin barba, fijáos en la foto, a su lado están San Pedro y San Pablo.
Otra iglesia muy interesante de visitar y que la gente suele olvidarse de ella, ante otras mucho más conocidas es La Basílica de San Clemente.
A simple vista, nos puede parecer un templo como el resto de los que abundan en la ciudad, pero es su interior el que marca la diferencia, ya que tiene importantes tesoros artísticos.
Durante el siglo II d.C., los terrenos sobre los que hoy se encuentra la iglesia estaban ocupados por una mansión romana, propiedad de Tito Flavio Clemente, uno de los primeros senadores romanos que se convirtieron al Cristianismo. La casa era utilizada para realizar reuniones secretas, ya que la religión cristiana estaba prohibida en aquella época.
Posteriormente, en el mismo lugar se construyó un pequeño templo dedicado a Mitra (Dios solar de origen persa), que permanecería en uso para la realización de rituales de iniciación hasta finales del siglo III.
Algunos años después se construyó una gran sala sobre la mansión que, tras el fin de la persecución cristiana en el año 313 d.C., pasaría a convertirse en una basílica bajo la bendición del Papa Siricio.
La iglesia sufrió grandes daños durante los saqueos producidos en el año 1084 a manos de los normandos, por lo que quedó abandonada y sepultada a cinco metros por debajo del nivel de las calles. Un tiempo más tarde y en el mismo terreno se llevó a cabo la construcción de una nueva iglesia bajo las órdenes del Papa Pascual II, que se vería finalizada en el año 1108 y es la misma que se conserva hasta la actualidad. Si queréis estar en la Basílica ahora mismo, clickar en el enlace.
Para poder ver todo lo que he explicado hay que acceder a través de la sacristía, e ir bajando niveles.
El nivel más profundo de las excavaciones corresponde a los
edificios del siglo I, donde se puede ver el sugestivo espacio de un Mitreo,
lugar de reunión para los adoradores de esta antigua divinidad
oriental. Los triclinios de piedra a ambos lados del altar de Mitra, en
esta estancia con forma de gruta, servían para celebrar los banquetes
rituales.
No sólo es posible acceder hasta la anterior basílica, sino que también se pueden recorrer las antiguas viviendas romanas,
realizadas en ladrillo antiguo. En una de las habitaciones se puede ver
correr el agua que circula a través de la Cloaca Máxima, el principal
sistema de alcantarillado de la antigua Roma.
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