San Esteban Rotondo |
A unos pocos metros del Coliseo, vamos a visitar una de la siete colinas menos
conocidas de Roma: el Celio. Aquí es donde el pasado medieval se une perfectamente a las ruinas romanas, a los jardines renacentistas, a las calles barrocas... creando algo especial, una atmósfera y un conjunto único que ha sido capaz de permanecer casi intacto tras el paso del tiempo.
Las iglesias que caracterizan el aspecto actual del Celio son, quizás unas de las más interesantes desde el punto de vista de la historia, de la simbología y, claro, del arte entre las muchas que se pueden visitar en Roma. Y eso porque, entre ellas, hay una en particular que fue construida durante la segunda mitad del siglo V , y que tiene una curiosidad: su planta circular fue hecha a imitación de uno de los lugares más importantes y significativos para los cristianos de todo el mundo: el Santo Sepulcro de Jesús en Jerusalén. La iglesia es conocida hoy con el nombre de San Esteban “Rotondo” y fue realizada por voluntad del papa Simplicio (467-483).
Las iglesias que caracterizan el aspecto actual del Celio son, quizás unas de las más interesantes desde el punto de vista de la historia, de la simbología y, claro, del arte entre las muchas que se pueden visitar en Roma. Y eso porque, entre ellas, hay una en particular que fue construida durante la segunda mitad del siglo V , y que tiene una curiosidad: su planta circular fue hecha a imitación de uno de los lugares más importantes y significativos para los cristianos de todo el mundo: el Santo Sepulcro de Jesús en Jerusalén. La iglesia es conocida hoy con el nombre de San Esteban “Rotondo” y fue realizada por voluntad del papa Simplicio (467-483).
La
fachada está frente a un jardín rodeado de murallas romanas, mientras
que la planta interior es circular tiene cuatro capillas interiores que
se proyectan formando una cruz.
Lo que atrae más de esta iglesia a parte de su increíble arquitectura es lo que simboliza.
Evidentemente de estas dos características se dieron cuenta también
muchos entre los artistas y arquitectos más famosos, sobre todo de
la época renacentista, que la consideraban un modelo absoluto de
referencia para realizar iglesias o edificios a planta central.
Bernardo Rossellino, León Battista Alberti, Francesco di Giorgio, Leonardo, los Sangallos, Rafael, Miguel Ángel vinieron aquí para copiar sus medidas, para admirar y descubrir el “secreto” de la perfección de su proyecto. La planta circular les permitía en efecto poder ver materializados símbolos cristianos, teorías astronómicas y astrológicas, conceptos filosóficos de origen neo-platónica, antiguas leyendas paganas, la aplicación de la cabala y, por ultimo, las teorías arquitectónicas que el celebre escritor romano Vitruvio (siglo I a.d. C.) había tramado a través de su tratado “De architectura”. Leonardo sobre todo podía ver materializadas en ella sus sugestivas teorías sobre las relaciones proporcionales que existían entre el cuerpo humano y las formas geométricas (con
el circulo precisamente) es decir entre el particular
(nuestra dimensión terrenal) y el general (las formas divinas del creador
y del universo).
Es cierto que esta relación fue la misma
que quiso aplicar, durante la segunda mitad del siglo V , el papa
Simplicio y sus fieles arquitectos, dado que eligieron como modelo
propio las medidas del templo de planta circular construido
en Jerusalén bajo el emperador Constantino al principio del siglo IV, para proteger el lugar sagrado del Santo Sepulcro de Jesús El motivo era claro y evidente: Roma según los papas tenia que ser la Nueva Jerusalén de Occidente, Roma sería la Ciudad Santa por excelencia entre todas la ciudades de Europa.
La iglesia de San Esteban llegó prácticamente intacta hasta el final del siglo XI cuando,
por causa del saqueo de las tropas normandas de Roberto el Guiscardo,
fue parcialmente destruida y abandonada. El papa Innocencio
II (1130-1143)
la restauró modificando en parte la zona central donde, para sostener
la cúpula, hizo levantar una pared transversal con dos gigantescas
columnas monolíticas de granito que procedían de las cercanas termas de
Trajano.
Se creó también un único atrio de entrada (antes eran cuatro) y se restauró la preciosa capilla del siglo VII, hoy visible, con los mosaicos de época bizantina. Bajo el papa humanista Nicolò V (1447-1455) el celebre arquitecto Bernardo Rossellino añadió bajo la cúpula un altar de mármol rehizo todo el pavimento y, dado que el anillo externo estaba totalmente destruido, hizo un muro en el espacio vació entre las 44 columnas del anillo mediano y obtuvo la pared actual externa de la iglesia. Con el papa Gregorio XIII, en el 1580, se pintaron las paredes con 34 frescos, conocido como "Martirologio" obras de los dos artistas manieristas Pomarancio y Tempesta, con escenas muy crueles del martirio de los primeros santos cristianos. Los frescos muestran de manera muy cruel algunos tormentos y ejecuciones que sufrieron los primeros mártires, se dice que eran utilizados como un mural didáctico para los misioneros jesuitas que partían a Oriente como aviso a navegantes de lo que les podría pasar. Incluso Charles Dickens, muy ducho en sufrimientos quedó impresionado al verlos y dijo que era "un panorama de horror y de carnicería que ningún hombre podría reproducir en sus sueños".
Se creó también un único atrio de entrada (antes eran cuatro) y se restauró la preciosa capilla del siglo VII, hoy visible, con los mosaicos de época bizantina. Bajo el papa humanista Nicolò V (1447-1455) el celebre arquitecto Bernardo Rossellino añadió bajo la cúpula un altar de mármol rehizo todo el pavimento y, dado que el anillo externo estaba totalmente destruido, hizo un muro en el espacio vació entre las 44 columnas del anillo mediano y obtuvo la pared actual externa de la iglesia. Con el papa Gregorio XIII, en el 1580, se pintaron las paredes con 34 frescos, conocido como "Martirologio" obras de los dos artistas manieristas Pomarancio y Tempesta, con escenas muy crueles del martirio de los primeros santos cristianos. Los frescos muestran de manera muy cruel algunos tormentos y ejecuciones que sufrieron los primeros mártires, se dice que eran utilizados como un mural didáctico para los misioneros jesuitas que partían a Oriente como aviso a navegantes de lo que les podría pasar. Incluso Charles Dickens, muy ducho en sufrimientos quedó impresionado al verlos y dijo que era "un panorama de horror y de carnicería que ningún hombre podría reproducir en sus sueños".
Hoy en día después de casi 20 años de restauraciones, durante los cuales se ha podido descubrir además bajo el pavimento, un templo pagano del siglo III dedicado
al dios Mitra, es posible de nuevo entrar en esta iglesia que tiene el
“poder” especial de transmitir sensaciones místicas muy fuertes. Este mitreo se lo relaciona con la presencia de barracones de soldados romanos en los alrededores. El
culto a Mitra era especialmente popular entre los soldados. Estos restos son conocidos como Castra Peregrinorum, es decir los barracones de los peregrini,
oficiales apartados de los ejércitos provinciales para servicios
especiales en la capital. Actualmente hay excavaciones arqueológicas en él.
En la Piazza Santi Quattri Coronati os encontrareis un conjunto de edificios toscos, y robustos. En realidad es un complejo fortificado que parece una foriticación medieval y que esconde un par de maravillas, para ello tenéis que pasar el atrio y girar a la derecha, llamar a la puerta mediante la campanilla y os aparecerá una monja Agustina, que, a cambio de un euro os entregará una llave para abrir una puerta (llave que tendréis que devolver por supuesto!) y que está justo detrás vuestro. Una vez abierta la puerta y devuelta la llave, os encontraréis en un lugar maravilloso la Capilla de San Silvestre, una capilla del siglo XIII que se mantiene en perfecto estado, la verdad es que poca gente conoce el secreto. Después de ver la capilla, entramos en la iglesia a través de la nave izquierda, donde hay otra puerta, que debemos traspasar para contemplar uno de los claustros más bellos de Roma. Si todo esto lo hacéis alrededor de las cinco y media, a las seis podréis disfrutar de los cantos de las hermanas Agustinas en el coro, la verdad es que poco a poco se reunen todas en él y no sabes de donde salen, cada una se sitúa siempre en un mismo sitio y se ponen a cantar las Vísperas acompañadas de un órgano.
Villa Cellimontana |
Basílica de San Juan y San Pablo |
Durante mucho tiempo a esta zona se la conocía como el "Vivero de Domiciano", pues estaba todo vallado y contenía a las bestias salvajes para los juegos del circo de la época de Domiciano.
lo que necesitaba como información.Gracias.
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