Milán... ¿os apetecen unos aperitivos?

En Milán saben vivir bien, teniendo en cuenta que es el principal centro industrial, comercial y financiero de Italia y una ciudad líder a nivel mundial. Su distrito financiero acoge la Bolsa Italiana (la principal bolsa de valores de Italia) y la sede de los principales bancos y empresas nacionales . La ciudad es un gran mundo de la moda  y del diseño, y las ferias que se celebran como la Milán Fashion Week le dan un aire cosmopolita y vanguardista. Es decir hay gente de "posibles" como se suele decir...

La gente sale, va a la ópera, a pasear, al cine, de fiesta, vestidos como un pincel y en unos cochazos que denotan el poderío de los milaneses. Pero hay una cosa que todo milanés suele hacer, sea rico o de clase media, y es ir a tomar los "apperitivi" o al fútbol. Pero de momento nos dedicaremos a la primera opción, dónde podemos disfrutar de ellos, su historia, los locales, etc...

En la foto hay una pequeña muestra, pero en algunos locales la comida suele ser abundante, y pagando el precio de la bebida puedes llegar a cenar.

El que tuvo la idea de ofrecer algo más a
sus clientes fue Valdo, al que consideran el maestro del aperitivo, fue el primero en abrir un bar el Cap Saint Martin (1988), donde presentó una enorme variedad de cócteles servidos con un bufé gratuito de bocadillos italianos. Diez años después abrió otro bar en el lugar donde había un taller de reparación de coches, es el Roialto, bar de copas y restaurante intenta seguir el mismo estilo, pero que según las opiniones leídas en trip advisor deja un pelín que desear.

Detrás del Teatro della Scala, tenemos uno totalmente diferente, no tan saturado, sino al que van los tramoyistas y trabajadores de los alrededores del teatro. Es el Victoria Café, que nos recuerda el Milán del pasado, un bar de estilo Art Nouveau.

Otro lugar peculiar para tomar el aperitivo seria el Fiorario Bianchi, es una floristería restaurante, comes entre flores y plantas, y a la vez puedes comprarlas. Aquí según las críticas los aperitivos están muy bien, también tienen carta para cenas, (pero suele ser un pelín caro, ya se sabe pagas la decoración y el ambiente).

En el Hotel Bulgari también puedes disfrutar de unos buenos aperitivos, la diferencia aquí, es que no vas tu a buscarlos a la barra, sino que los camareros te los van sirviendo en tu mesa, te ahorras el tener que hacer cola y pelearte por la última ración...hay que tener en cuenta que es un hotel 5 estrellas de la casa Bulgari, y eso se paga...

El Globe, está situado en la 8ª planta de los grandes almacenes Piazza Cinque Giornate, 1 aquí a parte de las vistas puedes escoger entre aperitivos fríos y calientes.

Bueno, aquí tenéis unos cuantos lugares para visitar, una buena página que os puede dar más información es www.vivimilano.corriere.it.

Milán...compras, canales y los tres Reyes Magos

Milán es el centro de la moda, donde van las tops para llenar el armario, los amantes de la ópera a disfrutar en la Scala, y otros tantos a los que nos gusta descubrir ciudades que no suelen ser tan turísticas como otras... En Milán puedes ir de compras ahorrando pasta, para ello puedes acercarte al barrio del Naviglio, donde el último domingo de cada mes se monta un mercadillo en la zona del Naviglio Grande, allí en los diferentes puestos puedes encontrar bolsos vintage de las grandes firmas, de Prada, Coco Chanel, Versace, Louis Vuitton...y muchos más.

Los Navigli eran un sistema de canales que se utilizaban para el transporte de mercancías, en 1482 se le encargó al gran Leonardo da Vinci que proyectara un sistema para los canales que permitiera la navegación desde el lago de Como hasta la ciudad. Este es un pequeño rinconcito que era utilizado como lavadero por los vecinos...el Viccolo delle Lavandaie, que durante siglos y hasta los años 60 se utilizaba este área para la lavar a mano la ropa contra la piedra por parte de las familias más humildes. En realidad el callejón está dedicado a los hombres lavanderos, ya que en el Ochocientos eran ellos los que lavaban la ropa; y el detergente que se usaba se llamaba “palton” y consistía en una mezcla de cenizas, jabón y soda.

París desde las alturas... o dónde podemos encontrar las mejores vistas de la ciudad acompañados de un gin tonic!

Hay varias opciones para tener buenas vistas de la ciudad, desde los sitios clásicos, como la Tour Eiffel, donde yo recomiendo subir al 2do piso, desde ahí tienes buenas vistas y amplitud para moverte, no como en el tercero, que casi siempre está saturado y para hacer fotos tienes que casi hacer cola. Pero si lo que quieres es llegar a lo más alto, adelante, pero vigila que siempre hace mucho viento y cuando hay niebla o mal tiempo ya ni se accede, para subir tienes que cambiar de ascensor en el segundo piso, en cuanto al precio no es el mismo, dependerá del piso que elijas y la manera de acceder a él, ya sea a través de los ascensores o subiendo las escaleras, todo depende de lo en forma que estés. Así que en tus manos dejo la decisión y aquí, el link de la Tour Eiffel.


Y si lo que queréis es tener unas buenas vistas con la Tour Eiffel de fondo, lo mejor que se puede hacer es subir hasta la parte más alta de los Jardines de Trocadéro, y desde allí tomar todas las fotografías que queráis de la torre.

Para disfrutar de las vistas de la ciudad desde otro ángulo se tiene que ir hasta Belleville, por encima del parque que lleva su mismo nombre, en la rue Piat hay un mirador desconocido para muchos. Es un buen lugar si lo que queremos también es conocer el barrio de Belleville, en él podemos descubrir un París muy distinto.

Otro lugar mítico para disfrutar de las vistas es la Tour Montparnasse, con 56 pisos de alto que se suben en un mega ascensor durante tan sólo 46 segundos (velocidad de 60km/h, es decir que hace 5m al segundo, ahí es ná!) eso sí a la terraza tendrás que subir por un tramo de escaleras ya que son tres pisos más, el precio es de unos 15 eurillos, lo bueno es que hay una exposición sobre la historia de su construcción y de sus vistas. 

Hace  poco que está abierta al público después de su restauración la Tour Saint Jacques, el lugar de inicio del Camino Francés que va para Santiago de Compostela. Esta torre de 54 m tiene una escalera angosta y estrecha, con 300 escalones, que te lleva a lo alto para disfrutar de las vistas. Personas que no estén en forma, tengan vértigo o claustrofobia es mejor que no suban, se tiene que hacer reserva para poder visitarla, y pagar 10 euros. Lo alto de la torre es pequeño y tiene una capacidad para unas 20 personas, por ello recomiendo que a eso de las 9,30 estéis en la esquina de la Rue Rivoli con Sebastopol ( en el nº 39) para reservar plaza. El horario de la torre es de 10h a 17h de viernes a domingo siempre que el tiempo lo permita. Otra manera de reservar plaza es a través de la web DesmotsetdesArts ya que si vas directamente sólo venden 5 entradas por visita, así que es mucho mejor reservar.

Otro monumento desde el que podemos obtener vistas es el Arco de Triunfo, para acceder al mismo es mucho mejor que uséis los pasos subterráneos, ¡ni se os ocurra atravesar la plaza! La entrada cuesta 12 euros, muchos pensareis que no vale la pena porque tan sólo tiene una altura de 50 metros que se salvan a través de una escalera de caracol de 286 escalones; pero es la única manera de contemplar como las 11 avenidas convergen en la misma plaza. Además las vistas del barrio de la Defénse y los Campos Elíseos son muy bonitas. 

Japón y el Sindrome de París...

 パリで日本

París es una ciudad que fascina a los japoneses, sólo hay que ver las bandadas de nipones que van deambulando por la ciudad cámara en mano, (ahora sería móvil en mano) haciendo fotos de todo lo que pillan. Tal es el fervor y la admiración que sienten por la ciudad de la luz que casi siempre una

docena de turistas japoneses al año tienen que ser repatriados de la capital francesa después de ser víctimas del "síndrome de París". Se trata de un trastorno identificado hace veinte años por el psiquiatra Hiroaki Ota que aparece cuando un nipón que viaja a la capital francesa observa fuertes contrastes entre sus expectativas y la realidad parisina y sufre una crisis nerviosa. Los educados turistas japoneses que llegan a la ciudad son incapaces de separar la visión idealizada de la ciudad creada a partir de películas como Amelie, de la realidad de una moderna y bulliciosa metrópolis y del rudo carácter de los franceses, a veces bastante groseros.

La embajada japonesa tiene una línea telefónica disponible las 24 horas para los turistas que padezcan de este severo "shock cultural" y pueden ofrecerles tratamiento hospitalario de emergencia si es necesario. Para más información: El síndrome de París