Praga es una ciudad que sufrió los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y una de las zonas en las que cayeron bombas, es en el lugar donde ahora se alza una casa muy peculiar para la ciudad de Praga. La verdad es que desentona un poco, pero al mismo tiempo le da un carácter especial. Es la Casa Danzante, o "Ginger y Fred" como se la conoce pues representa a la pareja de bailarines Ginger Rogers y Fred Astaire, o también la "Casa Borracha" por sus irregulares formas.
El solar antiguamente estuvo ocupado por una casa de estilo neorrenacentista de finales del siglo XIX que quedó totalmente destruida por el bombardeo de 1945 (esta vez fueron bombas del ejército aliado, concretamente de los americanos). Pero no fue hasta 1960 cuando decidieron retirar los restos de la casa, y hasta el 1994 cuando el Banco ING compró el solar no se decidió hacer nada con él, más bien porque no se ponían de acuerdo en qué hacer. Ya veis que no tenían mucha prisa en darle uso al solar. Todo cambió cuando contrataron a los arquitectos Frank Gehry y Vlado Milunič, para que llevaran a cabo un proyecto arquitectónico que fuera innovador, y para ello les concedieron un presupuesto ilimitado y una total libertad artística, siguiendo los patrones de la arquitectura
contemporánea (vamos un sueño para cualquier arquitecto!).
De origen judío, Frank Gehry nació en Toronto (Canadá) pero muy pronto
se trasladó a EE.UU y Francia. En este último país, se interiorizó
especialmente en las obras de Le Corbusier.
Convencido de que la arquitectura es un arte, y de que cada edificio debe ser una obra de arte, Ghery no ha olvidado jamás la funcionalidad de sus creaciones y la integración de éstas en los espacios circundantes.
Convencido de que la arquitectura es un arte, y de que cada edificio debe ser una obra de arte, Ghery no ha olvidado jamás la funcionalidad de sus creaciones y la integración de éstas en los espacios circundantes.
La construcción empezó ese mismo año y acabó dos años después en 1996. Poco después de su construcción se convirtió en uno de
los símbolos de la capital checa, atrayendo cada año a una gran cantidad
de turistas gracias a su singular aspecto. En la actualidad, la Casa
Danzante pertenece al grupo CBRE Global Investors que ha empezado a
negociar su venta, gracias a su situación en el pleno centro de
Praga, se trata de un edificio altamente lucrativo para los potenciales
compradores, el precio de la
Casa oscila entre 10 y 11,6 millones de euros. La Casa Danzante tiene un aspecto artístico excepcional que ha sido
premiado en varias competiciones arquitectónicas.
Se trata de uno de los primeros edificios de arquitectura moderna
construidos en Praga. Quizás se puede decir que es también uno de los
últimos, ya que en Praga fueron alzadas muy pocas construcciones modernas
y la ciudad sufre una escasez de arquitectura contemporánea.
El interior de la Casa Danzante fue diseñado por la arquitecta Eva Jiřičná, el edificio sirve como sede para
varias empresas y un restaurante, y no se usa para ninguna actividad
cultural.
No obstante, el uso cultural del edificio era uno de sus objetivos
originales, apoyado incluso por el fallecido ex presidente checo, Václav
Havel, según señaló uno de los constructores del monumento, Vlado
Milunič. “En 1986 Václav Havel y yo pensábamos cómo aprovechar el sitio vacío
que habían dejado destruido las bombas en 1945. Al final decidimos que
sería muy hermoso construir allí una casa llena de cultura“. La Casa Danzante cuenta con dos partes
centrales, la primera es una torre de vidrio de media altura soportada
por pilares curvos y la segunda se caracteriza por las molduras que
siguen un movimiento ondulado y distribuido a través de las ventanas no
alineadas. La estructura del edificio está
apoyada por 99 paneles de hormigón, cada una de diferente forma y
dimensión. En la parte superior del edificio encontramos una gran
estructura de metal trenzado.
Destaca por las torres que parecen
apoyarse una sobre la otra, marcándose el contraste entre una y la otra,
la primera es una torre de cristal apoyada en pilares curvos que parece
estar constreñida a la mitad de su altura. Mientras que la segunda se
va estrechando hacia la base y está fabricada con los mismos materiales
que la fachada, y comparte con ésta la apariencia de un movimiento
ondulado debido a la colocación de las ventanas. Sobre esta segunda
torre hay una gran estructura retorcida de metal llamada la medusa. Ginger sería el edificio acristalado, con su cintura y el vuelo del
bajo del vestido mientras que a Fred lo tenemos como un edificio de
hormigón, lleno de ventanas y una cúpula de hierro en lo alto que simula
el sombrero del bailarín.
En la séptima planta está el restaurante francés Celeste, aunque ahora se ha cambiado de nombre y aparece como Ginger & Fred con unas vistas espectaculares del río y del castillo a lo lejos, y una carta con muy buena pinta ( no muy cara, así que par una celebración romántica quedaríais de miedo!)
En la planta baja se sitúan las tiendas y un café que están conectados
directamente a lo largo del río y a la plaza situada enfrente.
Los espacios del segundo a la séptima planta están ocupados, sin
embargo, por las oficinas. No se puede entrar en el edificio a menos que puedas demostrar que
tiene negocios legítimos con los inquilinos multinacionales o una
reserva en el restaurante.
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