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domingo, 31 de mayo de 2015

Del Château de Villandry, el sueño de un extremeño al Château de Langeais, donde se casó Ana de Bretaña

By Manfred Heyde (Own work) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html), CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/) or CC BY-SA 2.5-2.0-1.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5-2.0-1.0)], via Wikimedia Commons
El Château de Villandry es tal vez el último de los grandes castillos del Loira que fue erigido durante el Renacimiento. Pero este castillo no fue construido por un rey, ni tan siquiera era la casita de campo de alguna cortesana real. El encargado de construir tal maravilla fue el ministro de finanzas de Francisco I, Jean Le Breton.
Pero antes hay que saber que en 1189 había una antigua fortaleza medieval donde se reunieron Felipe Augusto "el Conquistador", rey de Francia. Un brillante guerrero y estratega que exigió al rey de Inglaterra, Enrique II Plantagenet una reunión en él, tras haberlo derrotado en la batalla de Azay-le-Rideau a principios de ese mismo año. El rey francés le informó a su adversario que en los términos del tratado de paz  (la Paix de Colombiers) que iban a firmar le exigía que renunciara a parte de sus posesiones en Francia. La leyenda cuenta que el rey de Francia se quedó conmovido por el mal estado que presentaba el soberano inglés, su salud estaba muy deteriorada y le ofreció asiento. Enrique II altivo, se negó y se mantuvo en pie todo orgulloso mientras sus guardias lo ayudaban a sostenerlo. Además estaba mosqueado porque su hijo, el entonces conde de Poitou (y que más tarde la historia lo recordaría como Ricardo Corazón de León) había luchado del lado de los franceses. Enrique II había jurado vengarse de ambos, pero no pudo ya que murió tan sólo tres días más tarde de la firma del tratado, eso sí en su lecho de muerte no se olvidó de condenar a su hijo que lo había traicionado.
Siglos más tarde, en el siglo XVI Jean le Breton, ministro de finanzas del rey Francisco I y embajador de la corte en Roma, fue el superintendente de las obras del cercano Château de Chambord se encargó de supervisar la construcción y de los pagos de la misma.
Colombiers, era tal y como se conocía la zona de Villandry en la Edad Media. Le Breton lo compró en 1532 y por unas 35.000 libras pero al ministro le parecía un nombre demasiado común, como estaba a buenas con la familia real, solicitó permiso para cambiar el nombre de la aldea y del castillo, y ya de paso la suya, así que pronto se convirtió en el Señor de Villandry. Mediante el castillo conseguía adquirir una importante posición social, para él y su familia, así que no dudaron en invertir toda su fortuna para mejorar el castillo y su parque. La fidelidad a la corona a lo largo de los años hizo que a su nieto, Balthazar, le fuera conferido un título de nobleza y se convirtió en el "Marqués de Villandry".

El castillo estuvo en las mismas manos hasta que en 1754 el Marqués de Castellane lo compra y reorganiza el castillo al estilo neoclásico imperante en la época, estamos en el siglo XVIII. Durante la Revolución Francesa, la propiedad fue confiscada y a principios del siglo XIX el Emperador Napoleón Bonaparte la compró para su hermano José Bonaparte será el propietario del castillo, en la primera planta están sus habitaciones decoradas en el clásico "Estilo Imperio".

Pero el castillo entra en decadencia, está medio destruido el edificio y los jardines se van abandonando, llega el siglo XX y el castillo va a ser demolido, es entonces cuando aparece un español Joaquín Carvallo (Joachim, para los franceses) que lo salva de la ruina.

Joaquin Carvallo era un extremeño que a finales del siglo XIX tuvo que dejar su tierra como emigrante para poder investigar y triunfar como médico en París al lado del profesor Charles Richet, que en 1913 conseguiría el premio Nobel de Fisiología. A pesar de estar dedicado a sus estudios tuvo tiempo para conocer a la que sería su futura esposa, Anne Coleman que estaba como becaria. Anne había nacido en Pensilvania, y era la heredera de una familia con posibles que tenían negocios siderúrgicos en los Estados Unidos, se conocieron a raíz de la discusión que mantenían por la guerra que enfrentaba a sus dos países (1898).

"Chateau-Villandry-JardinsEtChateau1" by Jean-Christophe BENOIST - Own work. Licensed under CC BY 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chateau-Villandry-JardinsEtChateau1.jpg#/media/File:Chateau-Villandry-JardinsEtChateau1.jpg
La pareja se enamoró del castillo, dejó París y sus carreras profesionales y se dedicaron en cuerpo y alma a la reconstrucción del mismo y de sus jardines. Pagaron 120.000 francos de la época a un farmacéutico local que en aquellos momentos ostentaba su posesión.
Para la reconstrucción de los jardines se inspiró en los jardines renacentistas que el monje napolitano Pacello de Mercogliano, había diseñado en el siglo XVI en los jardines de Blois y Amboise. Se inspiró también en el tratado de Androuet de Cerceau sobre los palacios del siglo XVI o el "Monasticon gallicanum" un conjuto de grabados sobre los jardines que habían en las abadías benedictinas. Pero para llevar todo ello a cabo se le ocurrió la idea de contratar a dos paisajistas andaluces, Antonio Lozano y Javier de Winthuysen, que le darían a los jardines ese aire morisco que atrae cada año a cientos de visitantes.
"Villandry-GardensLove" by Claude - http://www.claudetravels.altervista.org/Valle%20della%20Loira/Villandry/galleria.html. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Villandry-GardensLove.JPG#/media/File:Villandry-GardensLove.JPG
Al contratar a estos paisajistas demostraba que no se olvidaba de su ascendencia extremeña, tampoco lo hace dentro del castillo pues en el vestíbulo llama la atención un panel con su fotografía y un mapa donde está remarcada Extremadura y la ciudad que lo vio nacer, Don Benito. También encontramos artesonados mudéjares que se trajo desde Toledo, cuadros de la escuela de Velazquez, así como típicos muebles extremeños. La colección de arte español del siglo XVII que fue acumulando aún puede contemplarse en la actualidad, con Zurbarán, Alonso Cano, Juan de Arellano, Berruguete... en los años 20 se convirtió en todo un mecenas del arte español en Francia. Pero tal vez lo que más le agradecen los franceses es que creara la "Demeure Historique", la entidad que permitió la recuperación y apertura al público de las propiedades históricas que se encuentran en manos privadas.
Durante la Primera Guerra Mundial regresó a su oficio de médico, pero esta vez como médico militar, y convirtió parte de su propiedad en un hospital para atender a los heridos con la inestimable ayuda de su esposa. Una vez terminó la guerra continuaron con su pasión, transformaron el parque romántico de Le Breton en lo que actualmente podemos contemplar.

« Villandry - le Château - les Jardins (12-2014) 2014-08-21 16.50.37 » par BUFO88 — Travail personnel. Sous licence CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Villandry_-_le_Ch%C3%A2teau_-_les_Jardins_(12-2014)_2014-08-21_16.50.37.jpg#/media/File:Villandry_-_le_Ch%C3%A2teau_-_les_Jardins_(12-2014)_2014-08-21_16.50.37.jpg
Los jardines están divididos en cuatro áreas temáticas: el jardín ornamental, dedicado al amor en todas sus facetas, el tierno, el apasionado, el infiel y el trágico), otra área es el jardín del agua, el jardín de las hierbas aromáticas y medicinales y el huerto. Este último está inspirado en los huertos monacales de las abadías, en el se combinan los colores de los puerros, las remolachas, las lombardas o las calabazas. Aunque su creación fue debida a que necesitaba cultivar hortalizas y verduras para así poder dar de comer a los soldados que tenía alojados en su castillo durante la guerra.
Ahora son los bisnietos de Joachim Carvallo los que se encargan de regentar el castillo y de organizar las visitas. Los jardines abren todos los días del año a partir de las nueve de la mañana, tienen empleados a una legión de jardineros que se encargan de podar más de 1.260 tilos, y unos 52 kilómetros de setos. Además cada año en sus invernaderos se cultivan unas 250.000 plantas de flores y hortalizas con las que se repueblan los jardines.
Pasear por los jardines es una gozada, pero para contemplarlos mejor hacerlo desde la terraza del mirador, así se puede ver la composición paisajista de los jardines.

De este castillo podemos ir hacia el Château de Langeais, a través de la carretera D7 tardaremos sólo doce minutos en llegar.


"Langeais03" by Manfred Heyde at the German language Wikipedia. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Langeais03.jpg#/media/File:Langeais03.jpg
Allá por el año mil, había dos grandes señores, uno era el Conde de Anjou Fulco Nerra, y el otro era Eudes I, el Conde de Blois, que se disputaban la Touraine. A finales del siglo X, Fulco Nerra conquistó Langeais, fundó una fortaleza sobre un promontorio con vistas al Loira. Langeais fue territorio de disputas entre los condados de Anjou y de Blois, e iba cambiando de propietario según fuera el ganador de la contienda. Hasta que en el siglo XII pasa a manos del dominio real tras las victorias del rey de Francia Philippe Auguste. Durante la Guerra de los Cien Años las bandas armadas ocuparán la fortaleza. Carlos VII lo comprará en 1422. En 1465, Luis XI decide construir un nuevo castillo, sustituyendo al anterior. La arquitectura reflejará los cambios que se producirán en el periodo que va del siglo XV al XVI, del lado que da a la ciudad la fachada tiene todos los atributos que debe tener un castillo, grandes torres, el puente levadizo, almenas... aunque el edificio ya no es una fortaleza. La fachada del lado izquierdo corresponde más a una residencia real o de un noble, con grandes ventanas, abierto al exterior... Los trabajos que durarán dos años más o menos están a cargo de Jean Bourré, el fiel consejero del rey. 


"Langeais-FoulquesNerraFortress" by Claudev8 - http://www.claudetravels.altervista.org/Valle%20della%20Loira/Langeais/galleria.html. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Langeais-FoulquesNerraFortress.JPG#/media/File:Langeais-FoulquesNerraFortress.JPG
Y de Jean Briçonnet, también afín al rey y que posteriormente acabará siendo alcalde de Tours. Después de acicalar el castillo el rey Luis decide ponerlo a la venta en julio de 1466, el comprador será su primo Dunois, hijo del compañero de Juana de Arco. Cuando Dunois es el propietario del castillo, ofrece uno de sus salones al nuevo rey, Carlos VII para que celebre allí su boda con Ana de Bretaña. La boda se celebra la víspera del 6 de diciembre de 1491, con esta boda política, pues el rey estaba interesado en incorporar uno de los ducados más ricos y poderosos de Francia, como era el Ducado de Bretaña a la monarquía francesa. El contrato firmado por ambos estipula que los cónyuges tienen derecho sobre el ducado, Anna de Bretaña acepta el trato con la condición de que si el rey muere sin un hijo varón, ella se casará con el nuevo soberano de Francia. Parece que fuera visionaria, pues los hijos de la pareja real mueren nada más nacer o cuando son niños, incluso el rey muere siete años después de la boda en el castillo de Amboise. Ana entonces se casa con Luis de Orleans, que será coronado como Luis XII.

A partir del siglo XV Langeais pasará a manos de diferentes propietarios, hasta que Jacques Sigfried, un hombre de negocios que ama el arte de la Edad Media decide comprarlo en 1886. El hombre se pasó 20 años restaurándolo y acondicionándolo, para acabar cediéndolo al Institut de France que es su poseedor actual, aunque el que se encarga de la gestión del castillo desde 2005 es la empresa Kleber Roussillon.
Langeais posee dos fortalezas excepcionales, una es la torre de Foulques Nerra y la otra el castillo de Luis XI. La primera resulta ser la torre del homenaje más antigua de toda Francia, y la segunda posee la doble faceta de ser un castillo feudal hacia la ciudad mientras que es renacentista mirando hacia el patio. Este castillo guarda auténticos tesoros en su interior, que evocan la fastuosidad de una morada como esta, con quince aposentos que se encuentran decorados con tapices, aparadores, cátedras y suntuosos cofres.


"Langeais04" by Manfred Heyde - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Langeais04.jpg#/media/File:Langeais04.jpg
Entre los tesoros del castillo tenemos el cofre nupcial traído por Ana de Bretaña, tenía 14 años cuando se casó con el jorobado de Carlos VIII, hay un cuadro que está hecho de cera que recrea la boda y el vestido que llevó la novia, hecho en hilo de oro y adornado con 160 pieles de armiño, símbolo del condado de Bretaña.
Si queréis saber como era un castillo en la Edad Media la mejor opción es visitar este castillo, está todo recreado, incluso la boda de Ana de Bretaña con Carlos VIII, las cocinas, las habitaciones, las salas...

miércoles, 27 de mayo de 2015

El Château de Chaumont, el capricho de una rica heredera que acabó casada con el primo de Alfonso XIII

"Chaumont sur Loire chateau 05" by fr:Utilisatuer:Christophe.Finot - French Wikipedia, uploaded there by user Christophe.Finot on 4. Dec. 2005. Licensed under CC BY-SA 1.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chaumont_sur_Loire_chateau_05.jpg#/media/File:Chaumont_sur_Loire_chateau_05.jpg


El Domaine de Chaumont se sitúa en Chaumont Sur Loire, sobre una colina sobre el río. Lo primero que se ve es la alta torre del homenaje y las redondas torres construidas entre 1466 y 1510, y que nunca se vieron inmersas en batalla alguna, gracias a ello se conservan intactas.
La entrada principal tiene un doble puente levadizo y elaborados parapetos, pero vayamos a los inicios. Esta fortaleza se construyó allá por el año 1000 para vigilar la frontera entre los condados de Blois y de Anjou, recordemos que los titulares de dichos condados estaban permanentemente en guerra por ampliar sus tierras, ya hemos hablado de ellos uno era Fulco Nerra, el más temido y conde de Anjou, y su contrincante era el conde de Blois, Eudes I. El que construyó el castillo fue Eudes, quería tener vigilado a su contrincante y proteger sus dominios. El castillo pasó a manos de un caballero normando, Gelduin, que lo consolidó como una fortaleza, a éste lo sucedió su hijo Geoffroy que al no tener descendencia directa se lo cedió a su sobrina nieta Denise de Fougères que se casaría con Sulpicio I de Amboise, de esta manera el castillo pasó a la casa de Amboise, donde permaneció durante cinco siglos. En 1465 Luis XI mandó arrasar y quemar Chaumont para castigar a Pierre I de Amboise, que había participado junto a otros nobles en un complot contra el rey. Tiempo después Pierre consiguió recuperar el favor real y por consiguiente sus posesiones, su hijo Carlos I, su nieto Carlos II y George de Amboise fueron los que se encargaron de la reconstrucción del mismo a lo largo de los años. Carlos II de Amboise era consejero del rey y fue el primer francés que le hizo un encargo a Leonardo Da Vinci en 1507.
"Chaumont cour int" by Velvet - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chaumont_cour_int.JPG#/media/File:Chaumont_cour_int.JPG
Estamos en pleno Renacimiento, en 1550, Catalina de Médicis adquirió el dominio, porque estaba considerado como uno de los castillos más rentables del Valle del Loira, pero no realizó grandes obras. En él recibió a astrólogos como Ruggieri, Nostradamus... 
Según dice la leyenda, fue en Chaumont donde Ruggieri predijo a Catalina el fin de la dinastía de los Valois en beneficio de los Borbones, con la llegada al trono de Enrique IV, rey de Navarra. Cosimo Ruggieri hizo que aparecieran en un espejo los rostros de los tres hijos de la reina, destinados a acceder al trono. El espejo dio tantas vueltas como años reinaría cada uno de ellos, Francisco II (una vuelta, pues sólo reinó de 1559 a 1560), Carlos IX reino de 1560 a 1574 y por último Enrique III que reinó de 1575 a 1589. A la muerte de este último, y con motivo de un torneo Catalina de Médicis, como regente de Francia exigió a Diana de Poitiers que le entregara el castillo de Chenonceau, a cambio del Château de Chaumont. Después de este intercambio de cromos, la antigua favorita del rey, Diana, es la que transforma el palacio y lo deja tal y como podemos verlo en la actualidad. La verdad es que lo visitó puntualmente, fue su hija, en 1573 la que quiso dotar al castillo de un inmenso parque, pero su muerte al año siguiente impidió que el proyecto se llevara a cabo.

"Chaumont 2007 03" by Manfred Heyde - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chaumont_2007_03.jpg#/media/File:Chaumont_2007_03.jpg
El siguiente propietario fue Jacques Donatien-Le Ray, intendente de Los Inválidos de Luis XVI era originario de Nantes, y amasó una fortuna como comerciante que le permitió comprar el castillo en 1750. En 1772 crea dos manufacturas, una de cerámica y otra de vidrio, en el lugar de las actuales caballerizas. La gestión de las mismas las llevó a cabo Jean Baptiste Nini, el mismo que decoró el castillo que los medallones que llevan la cara de Benjamin Franklin. Y ahora preguntaréis que ¿qué pinta Benjamin Franklin en un castillo del Loira? pues como Le Ray era simpatizante de la causa insurgente de las colonias norteamericanas para la guerra de la Independencia, el hombre actuó como intermediario entre el rey Luis XVI y los representantes norteamericanos como Benjamin Franklin, Arthur Lee y Silas Deane, además los financió con sus bienes personales y los alojó en su castillo. El nuevo propietario ordenará que se destruya el ala norte del castillo para poder tener unas maravillosas vistas sobre el Loira.
En 1803, Germaine de Staël debe exiliarse por imposición de Napoleón I, pero antes de irse se aloja en casa de su amigo Leray, hijo del anterior. De abril a agosto de 1810, Madame de Stäel se alojará en él mientras supervisa la impresión de su libro "De l'Allemagne", en la ciudad de Tours. Su presencia en el castillo hizo que la visitasen personajes célebres de la época, como los condes de Sabran, los de Salaberry, Madame Récamier, Adelbert Von Chamisso y el autor de Adolphe, Benjamín Constant.
En 1833, el conde de Aramon será el nuevo propietario, y dedicará la mayor parte de sus esfuerzos y dinero a la creación del parque que tanto deseaba la hija de Diana de Poitiers. El conde murió y su viuda se caso de nuevo con el vizconde Joseph Walsh que encargó la restauración del castillo al arquitecto Jules Potier de la Morandière, pero no pudo hacer frente a los gastos de la restauración y tuvo que poner a la venta el castillo en 1872.
Un día de junio de 1875 se encuentra por los alrededores una jovencita de 17 años, se trata de Marie-Charlotte-Constance Say, la hija del azucarero Louis Say y sucumbe ante los encantos del castillo. Estaba paseando por la rivera del río junto a su hermana la marquesa de Brissac, cuando lo vio y no paró hasta conseguir ser la dueña del mismo. Ese mismo año se caso con el príncipe Heri-Amédée de Broglie en la iglesia de la Madeleine de París,tal y como correspondía a una rica heredera del imperio azucarero. Aunque era huérfana, su dote constó de doce millones de francos de oro, y la propiedad del castillo de Chaumont, además de un palacete en la Rue de Solférino en París. Era la heredera más rica de Francia, después como no de los Rothschild. Dejaron atrás París y se fueron a vivir al castillo, donde solían residir la mitad del año. Era la anfitriona perfecta, siempre tenía a una quincena de invitados de forma estable durante varias semanas, a parte de los que la visitaban los fines de semana y a los que solía llamar "los pasajeros volantes" y que solían ser altezas o príncipes reales. Por aquí fueron desfilando Eduardo VII de Inglaterra, Carlos de Portugal. Así como artistas como Sarah Bernard, y sabios de renombre. La princesa de Broglie era fantasiosa y muy caprichosa, y detestaba sobre todas las cosas las normas y la disciplina. Como su chef nunca sabía a que hora podía tener hambre, solía preparar varias cenas similares para tener siempre una a punto de servir, lo malo es que los menús solían ser de 11 platos, con postres!. 
Era una mujer especial y muy excéntrica que incluso poseyó un elefante, al que bautizó como Miss Pundji, al ser un presente del maharaja de Kapurtala, uno de sus invitados con asiduidad. El elefante vivió con la familia hasta su muerte, su tumba se encuentra a orillas del Loira bajo los árboles.
Todo parecía perfecto y maravilloso, pero la mala gestión de las inversiones del director de las azucareras Say, los llevó a la quiebra. Suerte que tenía a su lado al príncipe de Broglie, y que la fortuna personal de su esposa se mantuvo a salvo. Los tres hijos de la pareja se reunieron y después de hablar largo y tendido del desorbitado tren de vida que llevaba la casa  decidieron que como medida de ahorro se suprimieran los panecillos con foie-gras que se servían en la merienda. La princesa de Broglie aún tenía bastantes millones para mantener el tren de vida que adoraba, y a su generosa hospitalidad permitió seguir rodeándose de amigos ya fueran fieles o interesados. 
El que en realidad gestionaba el castillo y los terrenos era el príncipe, pero murió en noviembre de 1917, su esposa quedó desamparada pues desconocía como gestionar el castillo. En 1920 el Crack del 29 le afectó bastante, pero seguía con su ritmo de vida. Un año más tarde decidió casarse en Londres con el Infante Luis Fernando de Orleans y Borbón, ella tenía ya 72 años y el 43. 
«Prince Luis Fernando d'Orleans» de Bain News Service, publisher - http://www.loc.gov/pictures/item/ggb2005015809/. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Prince_Luis_Fernando_d%27Orleans.jpg#/media/File:Prince_Luis_Fernando_d%27Orleans.jpg
Luis Alfonso de Orleans, era el hijo pequeño de la Infanta Eulalia y por lo tanto primo hermano del rey Alfonso XIII. Pero la relación con su familia era pésima, podríamos considerarlo como el garbanzo negro de la familia por sus andanzas. En 1924 resultó ser expulsado de España por estar envuelto en tráfico de drogas, su primo el rey le anuló todos sus privilegios como infante de España, lo que provocó su ira y llegó a decirle a su primo que un día "el pueblo español te dará una patada en el trasero, pues es lo que te mereces". Dos años más tarde fue detenido en la frontera con Portugal, iba vestido de mujer y lo acusaron de contrabando además de homosexual.
Al final se fue a París, al París de la Belle Epoque, donde se lo pasaba en grande con su amante portugués Antonio de Vasconcellos. Hacía ya tiempo que el infante había entablado amistad con la Princesa Constance de Broglie, y todos conocemos a la princesa como era, tan impetuosa y extravagante que decidió casarse con el infante para convertirse en Marie de Orléans, estos eran los motivos de ella, los de él eran puramente económicos, pues estaba sin blanca. Era 1930, la familia de ella puso el grito en el cielo, y presentaron batalla legal para impedir la boda, viendo el currículo del novio. Al final los tribunales le dieron la razón a ella, y se casó con el infante de España. Al final se trasladaron a vivir a la Riviera Italiana, se ve que el castillo era demasiado aburrido para don Luis, en la Riviera el infante se dedicó a vivir la vida loca, de fiesta en fiesta, tanto que se pulió la pasta en poco tiempo. El Palacete de la Rue Solférino acabó siendo vendido, al igual que numerosas obras de arte, hasta que en 1937 el estado les expropió el castillo de Chaumont alegando una "utilidad pública", a cambio recibieron 1.800.000 millones de francos de oro, la princesa y el infante no dudaron en entregar las llaves corriendo para así podes vivir bien la vida en los mejores hoteles de lujo como el Ritz o el George V. Al final al no poder seguir el ritmo de vida de su esposo decidió comprarse un apartamento en la Rue de Grenelle, donde falleció el 15 de julio de 1943 a los 86 años.
En 1935 el Infante es detenido por la brigada antivicio y es extraditado a Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial el infante se dedicó a causas un poco más loables, como salvar a muchos miembros de la Resistencia, ayudado por su tía la Infanta Paz. Entre sus locuras se encontraba pasearse a plena luz del día por las calles de Berlín, luciendo una estrella amarilla cosida en su ropa como hacían los pobres judíos, era su manera de protestar. En 1943 quedó viudo, y esos últimos años se retiró a vivir a una residencia, dos años más tarde, el 20 de junio de 1945 morirá tras una operación bastante complicada de testículos, sufría cáncer y tenían que amputárselos. En la actualidad el Infante sigue enterrado en la Iglesia del Corazón de María de París, es el único miembro de la familia real que permanece enterrado en el extranjero, se ve que aún no le han perdonado sus desmanes para poder trasladarlo al Panteón de los Infantes del Escorial.

A media hora de aquí se encuentra el Château de Cheverny, hay que coger la carretera D77 para poder llegar. 
En la litografía podemos ver el primer castillo que fue construido en el siglo XVI, del que queda ya más bien poco, sus huellas pueden verse en algunas dependencias. A mitad del siglo XVI el señorío pasó a manos de Diana de Poitiers, la amante de Enrique II y eterna rival de Catalina de Médicis, la historia ya la hemos explicado en post anteriores, pero Diana lo venderá al hijo del que había sido propietario anterior, los Hurault. Henri Hurault y su esposa decidieron realizar algunas reformas y encargaron las obras a Jacques Bougier (al que se conocía como Boyer de Blois) que utilizará la piedra originaria del valle del Cher, la conocida toba de Bourrés, cuya cualidad es que se endurece con el paso del tiempo y se va blanqueando, es por ello que las fachadas del castillo siempre están blancas. 

"Cheverny Castle 02" by Manfred Heyde - Own work. Licensed under GFDL via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cheverny_Castle_02.jpg#/media/File:Cheverny_Castle_02.jpg
Durante los 150 años siguientes, el castillo va cambiando de dueño hasta que en 1825, vuelve a las manos de la familia Hurault. Abierto al público desde 1922, por una idea que tuvo el tío abuelo del actual propietario, Philippe de Vibraye, debió primero obtener la autorización de su madre, que aceptó abrirlo al público con la condición de que el castillo permaneciera cerrado los martes, pues ese día en concreto ella recibía a sus amigos.

"Cheverny13" by Manfred Heyde - Own work. Licensed under GFDL via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cheverny13.jpg#/media/File:Cheverny13.jpg
La decoración del interior del castillo fue a cargo de Jean Mosnier, que trabajó durante 10 años decorando las habitaciones principales con vigas, paneles y techos dorados. Tal vez lo mejor sea el comedor, los techos y paredes están tapizados con cuero de Córdoba, en la chimenea hay un busto de Enrique IV, está hecha en piedra dorada porque lleva incrustaciones de oro fino. Hay unos paneles en los que está dibujada los viajes de Don Quijote, un tema muy recurrente en la decoración del siglo XVII. Los aposentos del primer piso dan testimonio de como era el arte de vivir a la francesa, con la habitación de los nacimientos, el gabinete rojo, la habitación infantil, la de los recién casados, el comedor pequeño, o el salón. Y como no, al estar emplazado en un coto de caza hay la sala de los trofeos, con un montón de cabezas de ciervos, o la sala de armas también pintada por Monier, en los muros hay lemas, adivinanzas y juegos de palabras en latín, y un tapiz de Gobelinos del siglo XVII. En la habitación del rey, hay una cama de baldaquino decorada con bordados persas del siglo XVI y en la que durmió el rey Enrique IV, cuando estuvo de paso en el castillo.

El castillo está rodeado por un parque de estilo inglés y sus jardines cubren una superficie de casi 100 hectáreas por las que el público puede pasearse. Hay árboles de especies raras y muchos fueron plantados entre 1820 y 1860 por Paul de Vibraye. Más nuevo es el jardín de los Aprendices, que fue creado en 2006 y está situado entre el castillo y la Orangerie (un antiguo invernadero de naranjas y que ahora acoge una coqueta cafetería), aquí se guardo parte del mobiliario nacional durante la Segunda Guerra Mundial, este jardín sustituye a uno que había en estilo francés en el mismo emplazamiento. En Cheverny se dedican a la montería, el equipo de cazadores fue fundado en 1850 por el marqués, en la actualidad siguen haciéndolo y es por ello que tienen una perrera con un centenar de perros en la página web del castillo te permiten ponerles nombre, o votar los que hay elegidos, para "bautizarlos" en el mes de marzo de cada año. 
También se puede asistir a una hora determinada, para ver como les dan de comer. Este castillo fue el que inspiró a Hergé, para dibujar el castillo de Moulinsart, la vivienda del Capitán Haddock. Es por ello que tanto el castillo y la Fundación Hergé se asociaron para llevar a cabo la exposición permanente sobre "Los secretos de Moulinsart", en la que se puede ver la habitación de Tintín, el laboratorio del profesor Tornasol, la bodega del castillo de Moulinsart...















domingo, 24 de mayo de 2015

El "Tridente de Roma", iglesias, fuentes, altares y mausoleos en una misma calle...

La Vía de Ripetta es una de las tres calles que forman el famoso "Tridente de Roma", junto la Via del Corso y la Via del Babuino. Este antiguo camino tiene sus orígenes en la época romana alrededor del siglo I aC aunque se la conocía con otro nombre, data de 1074, cuando se construyó el Puerto de Ripetta. Nos encontramos en el distrito de Campo Marzio, en el centro histórico de Roma, Ripetta, además de ser el paralela a la vía del Corso, es el punto de partida de la Piazza del Popolo. Pero esta vez el recorrido empezará desde el Ponte Cavour para llegar hasta la Piazza del Popolo.


Por MM (Trabajo propio (Texto original: «Self made photo»)) [Public domain], undefined
En la Vía de Ripetta, entre las iglesias de San Girolamo de los Schiavoni y San Rocco está la sorprendente Fontana de la Botticella (del pequeño tonel) fue erigida en el año 1774 por la cofradía de los taberneros y barqueros del antiguo puerto de Ripetta, lugar donde solían atracar por aquel entonces los barcos cargados de mercancías. Enfrente de la iglesia de San Roque, la cofradía de los taberneros quiso construir una fuente que representara a un porteador, se escogió la figura de un porteador de vino, porque el vino era la mercancía más codiciada. Todos los toneles que venían del norte del Latium encontraban aquí a sus primeros admiradores y catadores, y eran los mismos porteadores que se entregaban al ritual festivo de catar los caldos en una atmósfera festiva delante de San Roque, patrón de los taberneros.

Su emplazamiento actual dentro de un nicho de arco que une las dos iglesias, se remonta a la reestructuración de de la zona del mausoleo de Augusto, realizada en 1940. Según se sabe la fuente se encontraba anteriormente sobre el costado de un edificio vecino, actualmente destruido. Al porteador lo reconoceremos por la boina colocada de lado, y que es característica de esta corporación. El Papa Clemente XIV fue el que encargo la construcción de esta fuente, lo podemos ver en la inscripción que hay encima de la misma, el dato peculiar es que las cifras no siguen la tradición de la escritura romana, pues Clemente XIV se convierte en Clemente XIIII, mientras que la fecha 1774, esgrime algunas letras invertidas o mas largas. Se trata de una moda en la escritura de la época. Esta fuente, al igual que la Fontana de la Barcaccia, la de Trevi, y muchas más se alimenta del acqua vergine (Aqua Virgo) que proviene de un manantial situado a 12 km de Roma y cuya agua fluye, aún en la actualidad hacia la ciudad gracias al acueducto de Agrippa. En Roma podéis encontrar otra fuente que representa a un porteador con un tonel, está entre el Collegio Romano y la Vía del Corso, es la Fontana del Facchino (del porteador) de la Vía Lata en este caso, está dedicada a los porteadores de agua.  En la esquina derecha de la fachada principal de San Rocco (en la foto se ve) hay una columna en relieve que mide la altura de la inundación del Tiber (idrometro di Ripetta), en 1598 la zona se inundó unos 4 metros por encima del nivel de la calle actual.
Al otro lado de la calle encontramos uno de los monumentos más famosos de la antigua Roma, era un altar ceremonial del siglo XI a.C que conmemoraba la Pax Romana tras la conquista de España y la Galia por Augusto.

«Ara Pacis Rom» de Manfred Heyde - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ara_Pacis_Rom.jpg#/media/File:Ara_Pacis_Rom.jpgEl Ara Pacis Augustae (el Altar de la Paz Augusta) fue erigido cerca de la Vía Flaminea, lo que actualmente es la Via del Corso, la obra fue aprobada por el Senado romano en el 13 a.C. como homenaje a la paz establecida por Augusto a su regreso de las campañas de la Galia e Hispania. Lo encontraron enterrado bajo sedimentos por las diversas inundaciones del Tíber, fue redescubierto en los cimientos de un palacio. Lo encontraron en la Piazza de San Lorenzo in Lucina en 1568, y lo fueron desenterrando a fragmentos, a principios de la década de 1930 lo fueron reconstruyendo, no es todo original pues los trozos que faltaban se crearon de nuevo y encerraron la obra en una moderna estructura de cristal.
El edificio que lo aloja fue concebido por el arquitecto americano Richard Meier, es como una urna de cristal que aloja el Museo dell'Ara Pacis y que lo protege.


El altar está hecho de mármol italiano, y se alza sobre una plataforma rectangular, está rodeado por cuatro paredes con entrada por dos lados. Los relieves que se contemplan son de gran calidad. La procesión representada en el exterior de las paredes laterales más largas tuvo lugar el 4 de julio del año 13 a.C. y se corresponden al emperador Augusto y a la familia imperial escoltados por varios oficiales romanos de alto rango. Podemos decir que esta obra estaba al servicio de la propaganda del emperador, en ella se distingue un friso vegetal con hojas de acanto, que simboliza la inmortalidad y la resurrección. Podemos reconocer unas 70 especies de plantas que evocan la fertilidad y el renacimiento eterno. También hay animales, como cisnes, caracoles, lagartos, escorpiones, serpientes... Alrededor de la entrada principal, se evoca la ilustre ascendencia que reclamaba para si Augusto: a Rómulo y Remo, al dios Marte, su padre; Eneas hijo de Venus, que se dispone a sacrificar a una cerda. En la otra entrada encontramos a las diosas Roma y Paz, a ésta última la acompañan dos muchachas montadas sobre un dragón marino, hay otra que está montada sobre un cisne. Simbolizan la tierra y el aire. A los lados del altar nos encontramos con toda la familia imperial formando un largo cortejo. En la escena mejor conservada podemos distinguir a Augusto (a la izquierda, el que lleva la corona de laureles), Agripa (lleva la cabeza cubierta con un faldón de su toga), a su hijo, el pequeño Cayo César, y a Julia, hija de Augusto y esposa de Agripa. 


Vamos que era toda una propaganda de los mucho que había hecho Augusto por el imperio y por la ciudad. Augusto se vanagloriaba al final de su vida de haber dejado una "Roma de mármol" cuando había encontrado "una ciudad de ladrillo".

Ahora sólo vemos el mármol, pero hay que tener en cuenta que cuando lo construyeron estaba todo pintado, tal y como podéis leer en el siguiente artículo.

En frente mismo del Ara Pacis se encuentra lo que fue el Mausoleo de Augusto, está medio escondido entre la vegetación y detrás de unas vallas. No se puede visitar actualmente está en restauración, está previsto abrirlo al público en el 2016. Con motivo del 2,000 aniversario de la muerte de Augusto.

Octavio se inspiró para su construcción en el mausoleo de Alejandro Magno, que había visto en Alejandría y en los mausoleos etruscos. Rodeado de coníferas y rematado por unas estatua de Augusto el fastuoso monumento sirvió de tumba a la familia imperial durante todo el siglo I. Ahora debemos imaginarnos que se abría al sur por una puerta flanqueada por dos pilares que llevaban placas de bronce con las Res Gestae de Augusto, su autobiografía (una copia de ella se encuentra en la base del edificio que alberga el Ara Pacis). Dos obeliscos de época romana encuadraban la entrada, aunque luego fueron trasladados por los papas a los aledaños de Santa María la Mayor y a la fuente del Quirinale. 
En el año 410 Roma fue saqueada por los visigodos, y el mausoleo no escapó de sus garras, las cenizas de los emperadores Augusto, Tiberio y Claudio acabaron esparcidas por la ciudad.
En la Edad Media se transformó en castillo y fortaleza que acogía a familias nobles, en el siglo XVIII se reconvirtió en una plaza de toros, más tarde se utilizó para organizar espectáculos de fuegos artificiales, hasta que a principios del siglo XX se convirtió en una sala de conciertos. Mussolini consideraba que el uso que se le estaba dando era un insulto al orgullo nacional italiano, y a la herencia romana recibida, así que en 1936 ordenó que cesaran los conciertos, planto cuatro cipreses y construyó una torre de dos plantas en el centro del mausoleo, para indicar el lugar donde habían estado las cenizas de Augusto. Mussolini, que quería presentarse como el nuevo Augusto, hizo reconstruir la zona del Ara Pacis y de Piazza Augusto Imperatore, con un modelo de arte político que pretendía asociar la Italia fascista a la antigua Roma. Después de su caída, el edificio no se incluyó en el circuito turístico de la ciudad, no podía competir con el Coliseo o el Foro, acabó siendo refugio de mendigos y prostitutas, hasta que se han dado cuenta del potencial que tiene, y han decidido invertir en su restauración unos 2 millones de euros para intentar reabrirlo el 2016.

Si seguís por la Vía de Ripetta hacer una parada en la heladería del número 71, es una heladería pequeñita pero tienen unos helados muy grandes, el de manzana verde es espectacular, se trata de la Gelateria Paradice con muy buenas críticas en Tripadvisor.

El paseo continuará por la misma calle hasta llegar a la Piazza del Popolo, de la que hablaremos en un siguiente artículo o post. 





   







miércoles, 20 de mayo de 2015

De la Ciudadela de Loches a Tours, donde Juana de Arco compró su armadura, hecha a medida claro!



By Pierre Mairé (www.pixAile.com) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html), CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/) or CC BY 2.5 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.5)], via Wikimedia Commons
Desde Richelieu podemos llegarnos hasta Loches, que se encuentra a unos 50 minutos en coche por la D58 y la D760.   
Loches destaca por sus calles medievales, flanqueadas por casas pintorescas, situada junto al río Indre y gracias a su situación estratégica se convirtió en una importante ciudadela en la Edad Media. 
El Château de Loches  permaneció en manos de los condes de Anjou hasta el año 1194, cuando Juan sin Tierra se lo entregó al rey Felipe Augusto. El hermano de Juan, Ricardo Corazón de León, lo recuperó en un ataque por sorpresa en 1195, para poder recuperarlo Felipe Augusto estuvo 10 años batallando, cuando lo logró lo convirtió en residencia real. En el Logis Royal, es decir los aposentos del rey, fue donde Juana de Arco, tras su triunfo en Orléans, convenció al delfín para que viajara a Reims y allí coronarse como rey de Francia con el nombre de Carlos VII. El tapiz que hay colgado en la Salle Jeanne d'Arc  nos muestra la historia. En el Logis Royal también encontramos la pequeña capilla a la que solía retirarse la reina Ana de Bretaña, está toda decorada con las armas de la reina, el armiño. Hay un cuadro curioso la "Virgen con el Niño" es curioso porque la virgen resulta ser Agnés Sorel, la amante de Carlos VII. 
Carlos VII fue el primer rey de Francia que residió en el Valle del Loira, en este castillo residió con su amante, Agnés Sorel, y cuando murió en 1450 decidió que la que debía quedarse con el castillo a modo de usufructo fuera ella, es por ello que está su tumba en la Colegiata de Saint-Ours.
"Donjon-loches-interieur" by ManuD - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Donjon-loches-interieur.jpg#/media/File:Donjon-loches-interieur.jpg
Pero hay más personajes históricos que han pasado por el castillo o que han tenido que ver algo con él. El primero fue Foulques Nerra, que nació en Loches y se encargó de hacer construir la Torre del Homenaje, es una torre de 36 metros de altura que nos ha quedado como un ejemplo de lo que era la arquitectura militar de occidente del siglo XI. Alberga los calabozos de Philippe de Commynes, aún se puede ver (reconstruida, eso sí) la jaula de madera forrada de hierro en la que lo encerraron. El Cardenal Jean Balue, consejero favorito del rey fue su inventor, y consistía en una jaula suspendida en el espacio, y a la que apodaron "le Cage", la caja. Si entrabas en ella no salías vivo tal y como él mismo pudo comprobar cuando conspiró contra el rey. Lo encarcelaron en ella en 1469 y no murió hasta 1480.
También fue prisionero en ella el gran Ludovico Sforza, el antiguo protector de Leonardo Da Vinci, que fue capturado por Luís XII en el año 1500, y durante 4 años estuvo prisionero. Eso sí, su celda estaba habilitada para tan insigne personalidad, estaba amueblada, tenía letrina propia, podía recibir visitas y caminar por el patio acompañado por su bufón. Además como recuerdo nos dejó unas pinturas murales que hizo mientras estuvo preso antes de morir en esta prisión conocida como Le Martelet, dejó escrito "Celui qui n'est pas content" en uno de sus murales, para que se supiera que no estaba muy contento con su encierro.
Este torreón permaneció siendo cárcel a lo largo de los siglos, hasta el año 1926, a parte de prisioneros famosos, también alojó a caballeros templarios en la época de Enrique II o de Ricardo Corazón de León, o durante la Revolución Americana los franceses que luchaban contra los ingleses ayudando a los revolucionarios, aprovecharon la prisión  para tener como huéspedes a unos cuantos Ingleses.

El acceso a la ciudadela se hace por la Porte Réal, y data de los siglos XII y XIII, aunque fue terminada en el siglo XV. Una de las mejores vistas sobre el valle del Indre es en lo alto de dicha puerta, para acceder a ella hay que hacerlo desde los jardines de la Casa Lansyer, la casa natal del pintor Emmanuel Lansyer.

Dentro de la ciudadela encontraremos la Colegiata de Saint Ours, un exponente del románico y del gótico, edificada entre los siglos XI y XII. Para conocer bien la historia de Loches lo mejor es visitar la Cancillería, un edificio renacentista que alberga un museo de historia de la ciudad. Al lado está la Casa del Centauro, llamada así por el relieve de la fachada que representa a Hércules y a un Centauro.

Un buen lugar para alojarse en la ciudadela sería en La Maison de l'Argentier du Roy es una casa rural con encanto, con habitaciones temáticas y eco-sostenible. Los precios no son caros, la habitación doble suele rondar los 94 euros y una suite real de 60m cuadrados por unos 125 euros, y por si no tenéis espacio tienen una de 100 metros, La Grand Suite du Chevalier, ¡vamos que aquí te caben más de un caballero o dama! y por 150 euros sólo.

Seguimos camino y nos dirigiremos esta vez hacia Montrésor, por la carretera D760, en menos de 20 minutos podemos llegar tranquilamente. 
Antes de llegar a nuestro destino, en la misma carretera se encuentra lo que queda de la Chartreuse du Liget, una cartuja fundada por el rey Plantagenet, Enrique II de Inglaterra para expiar la culpa del asesinato del arzobispo Thomas Becket, es interesante contemplar los frescos que hay en la capilla de Sant-Jean-du-Liget, del siglo XII.

Y como se puede ver en la foto, también tiene un castillo. El Château de Montrésor fue construido entre los siglo XV y XVI, se levanta en el lugar de una antigua fortaleza que construyó Foulques Nerra.
El conde de Branicki, un financiero polaco que era amigo íntimo de Napoleón III se encaprichó del castillo y lo compró a mediados del siglo XIX. Actualmente sigue perteneciendo a la familia Branicki, que han mantenido la decoración de estilo Segundo Imperio inalterada, eso sí si no sois amantes de la caza o los animales descabezados que cuelgan en las paredes, mejor visitarlo por fuera, escoger las terrazas del castillo o los jardines que tienen una buena vista del río.
En el pueblo hay una pequeña iglesia gótica y a la vez renacentista obra de Imbert de Bastarnay, señor de Montrésor, consejero de Francisco I y abuelo de Diana de Poitiers. Hay una hermosa tumba de mármol donde descansa junto a su esposa y a su hijo, la reconoceréis por las efigies o "gisants" de los finados, custodiados por ángeles y perros a sus pies perros de caza, además de las estatuas de los apóstoles.

Ahora lo mejor es dirigirnos hacia Tours, visitar la ciudad para luego seguir camino hacia otros castillos y pueblos pintorescos que aún nos quedan por conocer de la Touraine.

Tours es la capital, de la Touraine. La parte más antigua de la ciudad se encuentra en los alrededores de la magnífica Cathedrále St-Gatien. Dedicada al obispo del siglo III, la primera piedra se puso a principios del siglo XIII, las obras continuaron a lo largo de los siglos hasta mediados del siglo XVI, es una buena muestra del desarrollo del gótico a través de los siglos. El presbiterio es de gótico temprano y fue la primera parte que se terminó, mientras que la nave y el transepto van llevándonos al gótico flamígero, cuya mayor exposición la encontramos en la ornamentada fachada del oeste. En la torre norte de dicha fachada hay una elegante escalera real del siglo XVI. El gran rosetón que hay entre las dos torres, llena la nave de luz y colorido. En el interior están las tumbas de los hijos de Carlos VIII y Ana de Bretaña, esculpidas a principios del siglo XVI. Las vidrieras superiores, hay una quincena de ellas, son de los años 1260 al 1270 y fueron realizadas a imagen y semejanza a las de la Sainte Chapelle de París.

"Tours (15)" by Parsifall - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tours_(15).JPG#/media/File:Tours_(15).JPG
Esta zona formaba parte del asentamiento romano original. En el siglo III d.C. estaba rodeada por una muralla cuya forma aún puede verse en la Rue des Ursulines, alrededor de la catedral y del Musée des Beaux Arts. Es el antiguo palacio des Archevêques. Contiene obras de Rembrandt, Mantegna, Rubens, Boucher... después de los jardines se puede contemplar una torre galo-romana, vestigio de la muralla del siglo IV, el árbol que hay en medio del patio es un cedro del Líbano que se plantó en 1804.
En la Rue du Général Meunier, una calle más bien curva, rodeada de casas elegantes que antiguamente solían habitar los clérigos, corresponde al trazado del antiguo anfiteatro romano.
Situado sobre la antigua colina de Caesardonumm (la duna del César) donde estaba la antigua fortificación de la villa romana, el castrum del siglo IV. Es por ello que se han encontrado vestigios de villas galo-romanas y algunas termas.

« Calder-chateau-Tours » par Alain.Darles — Travail personnel. Sous licence CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Calder-chateau-Tours.jpg#/media/File:Calder-chateau-Tours.jpg
El castillo actual presenta dos torres conservadas en parte, la Tour de Guise, es la que está más tocando al río, y lleva el nombre del joven duque de Guisa, que protagonizó una fuga espectacular de esta prisión tras el asesinato de su padre en 1588. Dejamos atrás el castillo para tomar la Rue Colbert, donde hay numerosas casas de "à pan de bois" es decir las típicas con el entramado de madera en su fachada, hay en el número 23, 25, 27 y 48. En la número 39 hay un símbolo en hierro forjado dedicado a la Pucelle Armée (es decir la doncella en armas) en recuerdo al hecho de que aquí estaba la casa más antigua donde Colas de Montbazon fabricó la armadura para Juana de Arco en 1429. En las cercanias de la place Foire-le-Roi, una plaza donde se celebraban ferias regularmente gracias a un permiso especial del rey Francisco I all.a por el 1545. Aquí se vendía la seda que era clave para la economía de la región. Entre las hermosas casas que la rodean destaca el renacentista Hôtel de Babou de la Bourdaisière, que recibe el nombre del ministro de finanzas de Francisco I que vivió aquí. Más al oeste se encuentra la iglesia de St. Julien del siglo XIII que se levanta sobre las antiguas ruinas de una Abadía del siglo VI.

Par Thierry de Villepin (Travail personnel) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons
En la rue des Halles está la Basilique de Saint Martin, del 1886, construida según los planos de Victor Laloux, el arquitecto encargado del Hôtel de Ville, la estación y de la Gare d'Orsay de París. Al lado se encuentra la Tour Charlemagne, y la Tour de l'Horloge, que son lo que queda del antiguo edificio que había antes del actual.
La Tour Charlemagne se llama así porque acoge la tumba de Luitgarde, la quinta esposa de Carlomagno. En la Place Plumereau, rodeada de sus encantadoras casas medievales y atractivas terrazas podemos hacer un alto en el camino para disfrutar un poco de relax.









domingo, 17 de mayo de 2015

El Château d'Azay-Le-Rideau, el escondrijo de Balzac y la ciudad de Richelieu, todo en un misma zona

El último recorrido que hicimos visitando los castillos del Loira, nos quedamos en el Château d'Ussé, el castillo inspirador del cuento de la Bella Durmiente. Dejaremos a la princesa durmiendo, esperando a su príncipe azul, y deseando que no le salga rana, para tomar la carretera D7 que en 20 minutos nos llevará al Château d'Azay-Le-Rideau.

"Castillo1" by Rafa Castillo (rafolas) - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Castillo1.jpg#/media/File:Castillo1.jpg
Según Honoré de Balzac es un "diamante de múltiples facetas engarzado en el Indre", hay que reconocer que es uno de los castillos más populares del Loira. Su silueta y sus fachadas adornadas se reflejan en las aguas del lago que rodean su antiguo foso medieval. Edificado en 1514 por Gilles Berthelot, en 1527 Francisco I lo confiscó. Hay que recordar que Berthelot era tesorero de Francisco I y a la vez el alcalde de Tours, heredaron un castillo muy maltrecho, con la ayuda de su esposa renovó Azay-le-Rideau en 1510 y empezó a transformar las ruinas que se encontraron en un maravilloso palacio renacentista que sería muy adecuado a su posición social. Para halagar a su soberano se le ocurrió grabar en la piedra los emblemas de Francisco I y de su esposa, Claude de France, sobre varias puertas del castillo. Pero esta adulación tan clara no salvó la carrera del alcalde Berthelot, ya que estuvo a punto de ser acusado de malversación y obligado a abandonar el castillo antes de que estuviera terminado, cosa que el rey aprovechó para cedérselo a su capitán de la Guardia de Corps. Pero será la hija de éste la que de su máximo esplendor al castillo.
Par Thierry de Villepin (Travail personnel) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons
Exteriormente la fachada de entrada está dominada por una escalera con una galería coronada por un alto bastial, su decoración denota la influencia de los artistas renacentistas italianos. Los elegantes torreones, no protegen, sino más bien adornan la fachada, es la diferencia con las pesadas torres de las fortalezas medievales construidas en el pasado. La escalera central es el elemento arquitectónico más significativo del castillo, está formada por tres tramos rectos con descansillos, en lugar de la escalera de caracol característica de esa época.
De las habitaciones interiores, tal vez la que más destaca es la habitación roja, se trata de la antecámara del Rey. En los muros cuelgan los retratos de Francisco I, Enrique II y Enrique III, entre otros. De entre los cuadros más significativos encontramos la "Dame au Bain", el retrato de una mujer que muestra sin pudor sus senos, es uno de los mejores cuadros del castillo y se supone que es la amante de Enrique IV.

I, Manfred Heyde [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html), CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/) ou CC BY-SA 2.5-2.0-1.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5-2.0-1.0)], via Wikimedia Commons
En 10 minutos por la carretera D84 podemos llegar hasta un lugar interesante para todos aquellos que aprecien a Honoré de Balzac, hasta la localidad de Saché. Aquí se encuentra el Château de Saché, bien no es un castillo al uso, con su foso y almenas, sino más bien es una gran villa o caserón que perteneció a llegarnos et Madame Margonne, y que como ilustre invitado tuvieron por un largo tiempo a Honoré de Balzac. Digamos que el escritor en un momento dado de su vida tuvo que huir corriendo y esconderse de sus acreedores, así que aprovechó la hospitalidad de los Margonne y se fue corriendo para allí.
I, Manfred Heyde [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html), CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/) ou CC BY-SA 2.5-2.0-1.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5-2.0-1.0)], via Wikimedia Commons
El Château de Saché es una sencilla mansión que fue construida entre el siglo XVI y el XVIII, la actual construcción está muy bien restaurada, una de las salas de recibir ha sido redecorada con una reproducción del brillante papel verde original que tenía un friso pompeyano y que cubría las paredes en tiempos del escritor. En la casa hay recuerdos por todos lados del escritor, fotos, dibujos, recuerdos... incluso la cafetera que solía utilizar para mantenerse despierto durante sus sesiones maratonianas de trabajo. También hay algunas cartas manuscritas y retratos de las mujeres más importantes de su vida. Su hermosa y poco convencional madre, su primer amor Madame du Berry, y su fiel amiga Madame Hanska, con la que acabó casándose poco antes de su muerte en 1850. Fue en este lugar donde escribió "Le Père Goriot" y "Le Lys dans la Valée".
Dejamos atrás esta localidad para llegarnos a través de la D757 hasta Richelieu, situada a unos 40 minutos.
A que os suena el nombre, tal vez os recuerda a un personaje histórico tal vez un poco siniestro, que ha aparecido en las películas de mosqueteros. Sí estamos hablando de Armand Jean de Plessis, más conocido por todos como el Cardenal Richelieu, el que fuera primer ministro de Luís XIII y el hombre más poderoso de Francia, más incluso que el rey al que supuestamente servía.

Resulta difícil encontrar un ejemplo tan bueno de urbanismo del siglo XVII como el que nos ofrece esta localidad, y se lo debemos todo al Cardenal Richelieu. El cardenal decidió construir un enorme palacio cerca de la humilde propiedad de la familia. En 1625 encargó los planos a Jacques Lemercier, arquitecto real (había que tirar de contactos, claro) que había diseñado el Palacio Real y la Iglesia de la Sorbonne. A pesar de ser el hombre más poderoso de Francia con la burocracia se topó, pues hasta 1631 no consiguió el permiso real para llevar a cabo las obras del palacio y de la ciudad amurallada. Una vez diseñados los planos, quien iba a realizar mejor el trabajo que alguien conocido e incluso familiar, pues ea! la construcción de todo fue a cargo de los hermanos de Lemercier, Pierre y Nicolás, para ello no dudaron en emplear a más de 2.000 obreros durante 10 años (ya se sabe el dicho, las obras de palacio van despacio...)

La ciudad de Richelieu es un gran rectángulo todo rodeado de murallas y fosos, y que actualmente son jardines. Tiene tres puertas monumentales, y está atravesada por la Grande Rue, que atraviesa de norte a sur el centro de la ciudad, uniendo dos amplias plazas, está flanqueada por mansiones de estilo clásico. En la plaza sur, la Place du Marché encontramos la Iglesia de Nôtre-Dame, y la galería del mercado, con sus magníficas vigas de madera. También está el antiguo tribunal que ahora aloja el Hôtel de Ville, es decir el ayuntamiento. La plaza que se encuentra al norte se llama Place de les Religieuses, donde se encuentra el convento y la Real Academia, fundada por Richelieu en 1640.

«RichelieuTownGate» de Manfred Heyde - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:RichelieuTownGate.jpg#/media/File:RichelieuTownGate.jpgEn cuanto al palacio, el Cardenal lo llenó de muebles caros y obras de arte, había cuadros de Caravaggio,  de Andrea Mantegna, incluso la estatua de "Los Esclavos" de Miguel Ángel (la que fue concebida para adornar la tumba del papa Julio II) se encontraba adornando una de las fachadas del patio. Actualmente está obra la podemos ver en el Louvre. Extremadamente celoso de su obra, ordenó destruir los castillos más próximos para evitar que le hicieran sombra. Es por ello que durante la Revolución Francesa el palacio fue confiscado, dañado y finalmente desmantelado. Hoy sólo quedan algunas construcciones de los jardines del palacio, dispersas por las 475 hectáreas del Domaine du Parc Richelieu. Pero si queremos conocer como era el palacio en su máximo esplendor, en el número 28 de la Grand Rue hay una representación virtual que nos dará una idea de como era.



miércoles, 13 de mayo de 2015

Del Château de Chinon y la Doncella de Orléans, al Château d'Usse y la Bella Durmiente

By Fred Watty at de.wikipedia (Author's own work, transferred from de.wikipedia) [CC BY-SA 3.0 de (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/de/deed.en)], via Wikimedia Commons

Nos encontramos en la Touraine, una región cruzada por numerosos ríos, grandes y pequeños, nos encontramos en el corazón del Valle del Loira. Cuya ciudad más importante es Tours. Pero empezaremos por Chinon, cuyo castillo destaca sobre el acantilado del río Vienne. A sus pies encontramos las tortuosas calles del casco antiguo de Chinon, calles por las que Juana de Arco pasó el 6 de marzo de 1429, y bajó de su montura cerca de un pozo en el Grand Carroi. Aquí es donde comenzó su transformación de sencilla campesina a guerrera santa, aquí aún  la recuerdan en una estatua a caballo que colocaron en su recuerdo en la plaza del mercado. La Maison des États Généraux acabó convertida en el Museo de Arte y de Historia, aquí tuvieron de cuerpo presente a Ricardo Corazón de León en 1199. Su padre Enrique II, había muerto unos años antes en el castillo desde el que había gobernado Inglaterra al tiempo que el Valle del Loira.
«Tour de l'horloge château de Chinon». Publicado bajo la licencia CC BY-SA 2.5 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tour_de_l%27horloge_ch%C3%A2teau_de_Chinon.JPG#/media/File:Tour_de_l%27horloge_ch%C3%A2teau_de_Chinon.JPG.
En este edificio se ensayó el primer parlamento de Francia, se solía reunir en el piso superior, aquí se establecieron los términos de la guerra contra Inglaterra en 1428.  Entre los tesoros de este museo se encuentra el retrato de Rabelais, obra de Eugène Delacroix, además de un tapiz árabe que es el más antiguo traído a Francia, y al que se conoce como Cope de St-Mexme. Al lado se encuentra la Maison Rouge, una casa medieval magníficamente restaurada, con vigas esculpidas a lo largo de la fachada. Rabelais, no nació en el mismo pueblo, sino en una modesta granja a 2 km al suroeste de Chinon, y que ahora alberga un pequeño museo dedicado a su figura y a su literatura, se trata de la Granja de la Devinère.
El magnífico Castillo de Chinon, fue construido por Enrique II, conde de Anjou y rey Plantagenet de Inglaterra en 1154. En si son tres castillos, el Fort St-Georges, el Château du Milieu y el Fort du Coudray. En 1205 después de asediarlo durante tiempo, el rey de Francia Felipe Augusto, se convirtió en el propietario de la fortaleza y mandó construir varias torres. Un siglo más tarde, en 1308, el Gran Maestre de los Templarios, Jacques de Molay junto con algunos dignatarios de la orden estuvieron encarcelados en el castillo, antes de ser juzgados y quemados en París. En 1429 después de un viaje de once días, (una verdadera hazaña para esa época), Juana se presentó en la corte de Carlos VII que se encontraba en Chinon, y tras ser examinada por una comisión de teólogos, los convenció de que Dios la había enviado para "librar al pueblo de Francia de las calamidades que sufre".
«Logis royaux vue du donjon Chinon». Publicado bajo la licencia CC BY-SA 2.5 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Logis_royaux_vue_du_donjon_Chinon.JPG#/media/File:Logis_royaux_vue_du_donjon_Chinon.JPG.La prueba definitiva llegó cuando la "Doncella de Orléans" se puso al frente de las tropas que lograron liberar la ciudad de Orléans del asedio inglés y, pocas semanas después, Carlos VII fue coronado solemnemente en la catedral de Reims en presencia de Juana de Arco. Parecía que todo iba a ir sobre ruedas para la joven, pero pronto las tornas cambiaron, en vez de sacar a patadas a los ingleses, como había vaticinado, Juana y su ejército sufrieron unos cuantos reveses militares. Lo peor de todo es que el 23 de mayo de 1430 fue capturada por los hombres del Duque de Borgoña cerca de Compiègne, al norte de París. Ahí es cuando se dieron todos cuenta de que ni era ni invulnerable, ni invencible, así que llegaron a la conclusión de que lo de "enviada de Dios" más bien no, y sus obras tampoco podían considerarse milagros divinos. Así que tanto los ingleses como sus aliados franceses consideraron que era obra del diablo, de una herética que iba contra los mandamientos de la iglesia ortodoxa a la que había que juzgar y condenar sin perder el tiempo. Condenando a Juana como hereje, demostraban que la coronación de Carlos VII había sido obra de una endemoniada, y por lo tanto no era válida. Por ese motivo no pararon hasta que los borgoñones les entregaron a la prisionera a cambio de un cuantioso rescate, a continuación decidieron someterla a un proceso inquisitorial para demostrar que o era bruja o era hereje, es decir, culpable de todas las maneras.

A finales de 1430, los ingleses la trasladaron a Rouen, en aquellos momentos capital de Normandía, ciudad donde residía el joven Enrique VI y el duque de Bedford regente de Francia. Después de indagar sobre la joven en su pueblo natal, para recoger "pruebas" de su herejía, el 3 de enero de 1431 ya estaban listos los cargos contra ella. La acusaron de haber violado la ley divina al vestirse como un hombre, haber engañado al "sencillo pueblo" haciéndole creer que Dios la enviaba, creer en supersticiones y falsos dogmas, y por último haber cometido "ofensa divina" es decir herejía. Además durante el juicio la acusaron de cometer brujería, invocar demonios, realizar hechizos...
El proceso duró cinco meses, y Juana se enfrentó sola a un centenar de prelados, teólogos, clérigos y jueces, debió defenderse por sí misma, pues se la privó de abogado. Abandonada por el rey al que ayudó, Juana debe defenderse de todos los ataques sola, así que pasadas unas semana sus jueces cambiaron de táctica, dejaron de lados los cargos de brujería y se concentraron en la herejía. El 23 de mayo, se leyeron a la acusada las opiniones de los teólogos y la instaron a retractarse, ante su negativa, a la mañana siguiente se la llevó a un lugar en las afueras de Rouen, y la colocaron frente a la hoguera. Mientras se proclamaba el fallo final, Juana declaró in extremis que se entregaba a la autoridad de la Iglesia y aceptó firmar una retractación.
"Joan of arc interrogation" by Paul Delaroche - [1]. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Joan_of_arc_interrogation.jpg#/media/File:Joan_of_arc_interrogation.jpg
Por ello fue sentenciada a cadena perpetua, condena que podría reducirse en caso de buena conducta, el primer paso de esa conducta era vestirse de mujer. Cuatro días llevaba recluida en la cárcel cuando los jueces la fueron a ver y quedaron asombrados de que vistiera ropajes masculinos, al preguntarle si aún creía en sus "supuestas" revelaciones, Juana les anunció que la misma noche en que regresó a la cárcel, había oído las voces otra vez y que le habían reprochado su traición. Esa afirmación suponía una condena segura, sus carceleros se frotaron las manos, habían conseguido su propósito. En la mañana del 30 de mayo, durante una ceremonia pública celebrada en la plaza del viejo mercado de Rouen, Juana fue condenada como "hereje relapsa" y conducida a la hoguera.
En este castillo Luís XII, recibirá al legado papal, es el mismísimo César Borgia que le trae la bula que le otorgará el "divorcio" de Juana de Francia, hija de Luis XI y hermana del actual rey Carlos VIII. Para poder obtener la bula papal, arguye que tan sólo tenía 14 años cuando se casó y que fue medio obligado, pues su esposa era deforme, jorobada y no podía tener descendencia. La cuestión en sí más bien era otra, a Luís le interesaba volver a estar soltero, pues su primo el rey había muerto y él era el sucesor al trono, además la viuda del rey Ana de Bretaña no estaba nada mal (además aportaba un reino rico y poderoso a la corona, y no era plan de perderlo, pues sin él la corona francesa no era tan poderosa). Así que Luís XII lo primero que tuvo en mente fue casarse con Ana de Bretaña, y empezar a darle herederos a la corona.
El castillo fue trampeando a lo largo del tiempo, incluso perteneció al cardenal Richelieu, será a partir del siglo XVII cuando empezará su decadencia. En 1808 lo que queda del monumento, será entregado al Consejo de Distrito, después de 5 años de trabajos de restauración sin precedentes se ha conseguido darle el posible esplendor que tenía en su mejor época.
Es interesante visitar la Tour de l'Horloge  que nos da paso hacia el castillo central, para ver la exposición sobre la vida de Juana de Arco, a poca distancia, en el Logis Royaux, lo único que queda en pie del Gran Salón es el muro oeste. En este salón, bajo la luz de 50 llamaradas humeantes, Juana de Arco, reconoció al Delfín entre sus cortesanos. Las mejores vistas desde el castillo son desde las ventanas del Fort du Coudray.
Por Lieven Smits (Trabajo propio) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) undefined CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], undefined
Para seguir nuestro recorrido tomaremos las carreteras D7 y D16 para llegar hasta el Château d'Ussé, a tan sólo 15 minutos de viaje. Este castillo con sus torres fortificadas, sus torrecillas y sus pináculos, parece un castillo de cuento de hadas. Tal es así que sirvió de inspiración a Charles Perrault para escribir la Bella durmiente del bosque, su famoso cuento infantil. Fue edificado entre los siglos XV y XVI, por Jean de Bueil en 1462 sobre las antiguas ruinas de un castillo medieval ya existente. Jean de Bueil era capitán general de Carlos VII, después de convertirse en señor de Ussé, su hijo Antoine se casó con Jeanne de Valois, hija natural de Carlos VII y Agnès Sorel, cuya dote consistió en más de cuarenta mil piezas de oro. Pero esta dote no le duró mucho, ya que no paró de acumular deudas y en 1485 debió vender el castillo a la familia de Jacques d'Espinay, chambelán de los reyes Luís XI y Carlos VII, quienes transformaron los rasgos góticos de la fachada por elementos renacentistas. En el siglo XVII se demolió el ala norte, abriendo el patio principal hacia el río Indre y el Valle del Loira. Se plantaron jardines ornamentales en bancales que bajaban hacia el río y se añadió un invernadero de naranjos para completar la transformación de la fortaleza en una aristocrática casa de campo. En este castillo fue donde François-René de Chateubriand escribió sus Mémoires d'Outre-Tombe, cuando era un invitado de Claire de Duras.
El castillo sigue estando habitado, está abierto al público desde febrero a noviembre, y su interior es de varios estilos. Lo más sobresaliente de la visita es el mobiliario, los tapices flamencos y los recuerdos de familia, así como la extraordinaria capilla renacentistas y los jardines diseñados por Le Nôtre, el jardinero del rey y que se encargó de diseñar los jardines de Versalles. En la torre, un grupo de figuras de cera representan escenas de la Bella Durmiente. Yendo hacia el bosque hay una capilla del gótico tardío con una bonita decoración renacentista, que alberga una Virgen de terracota modelada por Lucca della Robbia.