Al sur del Foro Romano y del Palatino, se alza el Monte Aventino. Antiguamente era el centro de la Roma plebeya, pero hoy es una de las zonas residenciales más exquisitas de la capital, gracias a sus maravillosas vistas de la ciudad. De las siete colinas que tiene Roma, el Aventino se la considera la colina de la poesía. Algunos consideran que el nombre deriva de aves, (pues desde aquí se supone que Romulo y Remo lanzaron unas aves para decidir donde nacería la ciudad, siguiendo la tradición etrusca...y resultó porque al final doce buitres se pararon en el monte Capitolino y allí se fundó Roma. Otros que viene de la palabra "Adventus" (reunión) debido a las reuniones que allí hacían los plebeyos durante los festejos de las Diosa Diana. Pero tal vez la que más me gusta es la del rey Albalonga, Aventinus, que fue enterrado allí después de haberle matado un rayo.
Durante mucho tiempo estuvo poblado por la plebe de Roma, y era sede de numerosos templos de los dioses Mercurio, Diana, Ceres, de la Luna, de Júpiter Liber, de Flora, de Minerva (la actual Iglesia de Santa Prisca), el templo de Juno Regina, donde iban en procesión las solteras romanas cada primavera para dejar de ser solteras (actualmente sería Santa Sabina)... y un largo etcétera.
Pero lo que me gustaría que conocieseis es el Priorato de Malta. La forma más rápida y sencilla es coger la línea B del metro en la estación de Termini hasta la parada Circo Massimo (dirección Laurentina). Después subir la Vía di Santa Sabina, la cual aunque es un poco larga y empinada, te lleva directamente a la Piazza dei Cavalieri di Malta. El recorrido no es muy largo y merece la pena hacer el esfuerzo.
La Plaza fue creada por Giovanni Battista Piranesi en el siglo XVIII y como curiosidad, os diré que durante el tiempo que permanezcáis en ella, no estaréis en Roma, ni siquiera en Italia, ya que se trata de un territorio donado por la Santa Sede a la orden de Malta. Prueba de ello son los dos guardias armados que suelen custodiar la Plaza las 24 horas del día. Los muros que rodean la plaza y que delimitan las propiedades de la Orden, están decorados con tabernáculos y estelas con emblemas navales y religiosos de la Orden.
La
Orden se fundó en el siglo XI durante la Primera Cruzada cuando unos
comerciantes de Amalfi (ciudad situada al Sur de Nápoles y al Oeste
de Salerno) construyeron un hospital para peregrinos consagrándolo a San
Juan Bautista, justo al lado de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.
Con el paso del tiempo, además de realizar acciones hospitalarias también llevaron a cabo numerosas campañas militares contra los musulmanes árabes y posteriormente contra los turcos.
Su sede fue cambiando con el paso de los años a medida que el mundo musulmán recuperaba los territorios de Tierra Santa. La primera sede fue en el castillo del Crac de los Caballeros, pero tras la toma de Jerusalén por Saladino se trasladaron a San Juan de Acre, de donde volvieron a ser expulsados hasta establecerse en Chipre. Más tarde se trasladaron a la isla de Rodas en 1310, donde permanecieron hasta 1523. Fue aquí donde la Orden alcanza su carácter internacional independiente, puesto que el Gran Maestre, también era conocido como Príncipe de Rodas y acuñaban su propia moneda. Pero otra vez vuelven a ser expulsados, esta vez por el Imperio Turco Otomano.
El
Emperador Carlos V de Alemania y I de España cede a la Orden las
Islas de Malta en 1530, con el fin de proteger al mundo occidental
cristiano del avance otomano. El avance turco no tarda en llegar y
se produce el Sitio de Malta en 1565, donde la Orden está a punto
de capitular de no ser por el "Gran Rescate" prestado por
el ejercito español. Motivo por el cual la Orden siguió en Malta y colaboró con los
españoles en la Batalla de Lepanto.
Bien, vayamos a lo que nos interesa. Veréis que delante del portalón verde suele haber gente haciendo cola, no es que repartan nada, pues suele estar cerrado a cal y canto. La razón es que están esperando a ver uno de los secretos más bien guardados de la ciudad, a través del ojo de la cerradura si miráis podréis ver perfectamente alineada al fondo de la imagen la Cúpula de la Catedral de San Pedro de Roma. Parece mentira el encaje en el encuadre que forman las puertas de los jardines secretos del priorato. Será casualidad, alineaciones místicas, razones cabalísticas...quien sabe, pero la verdad es que es muy curioso.
Más adelante en el tiempo, el Ejercito de Napoleón Bonaparte invadió
la isla y la Orden tuvo que abandonar su sede de nuevo. La ocupación
francesa no fue tolerada por la población y se rebelaron, los
ingleses ayudaron en esta revuelta enviando armas y ayuda naval. AL final los
franceses se rinden y los británicos convertirán las islas en su
protectorado en 1800. Por tanto, la Orden de Malta ya había dejado
de estar ligada a la isla, así que de nuevo trasladan su sede a diferentes
ciudades de Italia hasta acabar en Roma en 1834.
Desde
entonces la Orden de Malta ha continuado con sus labores
hospitalarias y humanitarias sobretodo durante la Primera y Segunda
Guerra Mundial. Hoy en día a través de su página web:
http://www.ordendemalta.es/ se pueden ver las
distintas embajadas, prioratos y misiones que tienen alrededor del
mundo.
Bien, vayamos a lo que nos interesa. Veréis que delante del portalón verde suele haber gente haciendo cola, no es que repartan nada, pues suele estar cerrado a cal y canto. La razón es que están esperando a ver uno de los secretos más bien guardados de la ciudad, a través del ojo de la cerradura si miráis podréis ver perfectamente alineada al fondo de la imagen la Cúpula de la Catedral de San Pedro de Roma. Parece mentira el encaje en el encuadre que forman las puertas de los jardines secretos del priorato. Será casualidad, alineaciones místicas, razones cabalísticas...quien sabe, pero la verdad es que es muy curioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario