Dejando atrás Santillana del Mar, tomamos dirección hacia Suances, pero antes haremos una visita a la ermita de Santa Justa y la playa que lleva ese mismo nombre, pertenece a Santillana, dede aquí podemos acceder a la playa de El Sable de Tagle, la ermita está situada en la ensenada de Santa Justa, está incrustada en el acantilado como se puede ver en la foto. Según
parece el origen de la ermita está en que la cavidad en que se edificó,
fue elegida como morada por un anacoreta que entre el siglo VIII y X
llegó hasta aquí desde Sevilla, donde estaban los restos de las santas
Justa y Rufina, huyendo de los invasores musulmanes . Según dice el
historiador del siglo XVI D. Ambrosio Morales
"A media legua de Santillana, en una peña que se entra en la mar, está
una iglesia dentro de una cueva teniendo la advocación de Santa Justa y
Rufina, que están allí sus benditos cuerpos, y por esto tienen aquella
ermita en gran veneración". Tal fue
la importancia que tuvo la ermita, que en las ordenanzas del concejo de
Puente Avíos de 1578 se establecía la obligatoriedad de acudir a la
romería de Santa Justa bajo multa de 100 maravedies.
En lo alto del acantilado, el conocido como “Mota Justa”, encontramos las ruinas de una defensa costera del siglo XIV, El Torreón o Atalaya de San Telmo.
La Atalaya recibió este nombre de un milagro atribuido a San Telmo que
se produjo cuando una embarcacíon ocupada por peregrinos que se dirijian
a Santiago de Compostela naufragó frente a estas costas, durante siglos
sirvió de observatorio y punto de referencia para los navíos, así como
de bastión y defensa contra las invasiones. En estos momentos se
encuentra en ruinas y sólo se mantienen en pie parte de dos paredes del
edificio originario, conservando los huecos de dos ventanas. Desde este
punto se puede disfrutar de grandes vistas panorámicas de la Playa del
Sable, punta Ballota.
Como
curiosidad decir que en las ruinas de este torreón se rodaron escenas de
la película "El invierno de las anjanas", protagonizada por Eduardo Noriega y Elena Anaya.
Seguimos camino hacia Suances, allí está la Playa de los Locos, rodeada de altos acantilados sufre siempre de un intenso oleaje al estar expuesta al mar abierto, para bajar a la playa tenemos que hacerlo por una escalinata. En Suances a pie de un acantilado está el El castillo de Ceruti y desde el se tienen vistas de la Playa de los Locos y de la Playa de la Concha; fue construido alrededor de 1904 a pedido del barón Peramola don Florencio Ceruti y Castañeda durante su gobierno en la alcaldía de Torrelavega.
El edificio nos hace recordar una antigua construcción militar de la
Edad Media.
El castillo Ceruti fue reconstruido en el año 1987 y convertido en
hotel, éste cuenta con hermosas habitaciones que individualmente cuentan
con detalles que las hacen únicas. Cuenta con un espectacular mirador
donde se observan maravillosas vistas hacia las playas y alrededores y una cafetería desde la que descansar y contemplar las vistas, por si no queréis pernoctar en el hotel.
Hay más playas para poder visitar como la Playa de los Caballos, cerca de Cuchía, y a la que hay que llegar a pie, a través de un sendero que salva los imponentes acantilados que la dominan, y como no, unas escaleras. Continuamos camino en dirección a Santander, pero no está de mas hacer una parada en una playa muy especial, la Playa de Valdearenas de Liencres, situada en pleno parque natural las Dunas de Liencres y Estuario del Pas, al que podemos llegar en coche.
La playa de Covachos con sus finas arenas y aguas cristalinas la convierten en la típica playa paradisiaca. Es uno de los arenales mejor conservados de nuestro litoral cantábrico.Esta playa forma parte del Parque Natural de Liencres, una zona muy abrupta y agreste del Cantábrico que recibe popularmente el nombre de Costa Quebrada.
La Playa de la Arnía es una de las
playas más impactantes del litoral cántabro. Se encuentra situada en la
localidad de Liencres dentro del término municipal de Piélagos, en una
zona cercana a las dos ciudades más pobladas de Cantabria, Santander y
Torrelavega. Liencres tiene fama por sus playas, destacando la de Arnía. Es una zona muy abrupta donde abunda la roca caliza que nos
deja este paisaje tan espectacular. El entorno de la Playa de la Arnía
cuenta con una de las más espectaculares Plataformas de Abrasión junto
con las de Mutriku, Deva o Zumaia en Guipúzcoa. La Plataforma de
Abrasión o Rasa Mareal es el resultado de la erosión de los acantilados
que aparecen al acumularse las rocas a lo largo del tiempo, estos
accidentes del relieve costero son de vital importancia para los
geólogos, gracias a ellas podemos conocer la historia geológica del
continente.
La playa de Covachos con sus finas arenas y aguas cristalinas la convierten en la típica playa paradisiaca. Es uno de los arenales mejor conservados de nuestro litoral cantábrico.Esta playa forma parte del Parque Natural de Liencres, una zona muy abrupta y agreste del Cantábrico que recibe popularmente el nombre de Costa Quebrada.
Desde aquí nos dirigiremos hacia Santander, a pocos kilómetros de distancia. Y Santander, eso ya son palabras mayores!. Que decir de esta maravillosa ciudad, situada en una bahía y protegida por un accidentado relieve, la capital de Cantabria ha sido importante gracias a su puerto a lo largo de la historia. Actualmente es una ciudad moderna, elegante y cosmopolita, con un intensa actividad cultural, repleta de jardines, plazas y edificios nobles, es por ello que se la conoce como la Perla del Cantábrico. La historia de la ciudad comienza cuando las tropas de Augusto sometieron a los cántabros, en 1187 recibió el título de Villa de Abadengo por Alfonso VIII, de echo la ciudad era una de las "Cuatro villas de la Costa de la Mar Oceána del Reino de Castilla" y gracias al permiso real de poder exportar a Flandes y Amberes las lanas castellanas, la ciudad se hizo más y más importante. A partir del siglo XVII se inició un periodo de decadencia comercial, y no fue hasta el siglo XIX cuando muchos cántabros regresaron de sus aventuras por las Américas en busca de fortuna. Gracias a los indianos se desarrollaron los astilleros y se creo el Banco de Santander. Durante los últimos 25 años del siglo XIX hubo un periodo de esplendor, que coincide con el veraneo aristocrático, es cuando se construye el Gran Casino, el Hotel Real, el club marítimo y el hipódromo de Bella Vista; se favorece la vida cultural con figuras tan célebres como Menéndez Pelayo, o el arqueólogo Sanz de Sautuola. Durante la Guerra Civil, Santander defendió el bando republicano sufrió daños muy graves, pasada la guerra en el 1941 la ciudad sufrió un grave incendio que afectó al casco antiguo, la reconstrucción fue difícil pero fructífera. Para la visita de la ciudad debéis hacer caso al insigne Azorín, pues ante la difícil decisión por donde comenzar dijo "dejad los planos; dejad las guías; no preguntéis a nadie. Tal vez el vagar a la aventura por el laberinto de las calles es el mayor placer del viaje". Por ello os indicaré algunas cosillas, el resto tendréis que encontrároslo una vez estéis allí.
El Paseo de Pereda es
sin duda la calle más emblemática y transitada de Santander, declarado
Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico allá por 1985. Situado en el centro urbano, alberga un
largo paseo paralelo a línea del muelle, y llega hasta Puertochico. En el siglo XIX, lo que hoy conocemos como el Paseo Pereda, eran muelles mercantiles y los bajos de los edificios eran
ocupados por almacenes, navieros y comerciantes. Entre los edificios más
destacados está el que se destina a sede central del Banco de
Santander, obra del arquitecto González Riancho, con popular arco sobre
la calle del Martillo y coronado con esculturas de Planes, fue
construido sobre 1940. A lo largo del mismo podemos disfrutar de todo el esplendor de la Bahía de
Santander. En él se encuentran muchos edificios
históricos y señoriales del siglo XVIII principios del XX, destacando
especialmente por su monumentalidad y envergadura el que se destina a
sede central del Banco Santander.
Otro lugar interesante, son
los jardines de Pereda. Tanto el paseo como los jardines fueron
dedicados al novelista cántabro José María de Pereda. Los actuales
jardines se levantan sobre el antiguo puerto de la ciudad y sus muelles
mercantiles.
Hoy conserva todo su encanto y es el centro turístico de Santander, estando particularmente animado en verano. El Sardinero es una de las zonas más emblemáticas de Santander y su paseo ha sido ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico. Cuenta con las dos hermosas playas de El Sardinero y es recomendable pasear por los magníficos Jardines de Piquio, considerados como una de las zonas verdes más bonitas de la capital cántabra. En estos jardines hay una "Bola del Mundo" que en realidad es un potente instrumento astronómico llamado "TIERRA PARALELA".
Una TIERRA PARALELA es un instrumento astronómico formado por una bola del mundo, cuyo eje se encuentra correctamente orientado en la dirección Norte-Sur, y dispuesta además de tal modo que en la parte superior de la esfera se encuentre precisamente el lugar donde se ubica el instrumento (Santander, en este caso). La antigüedad del monumento (hacia 1930) le confiere un notable valor histórico y artístico que hay que añadir a su valor astronómico.
A lo largo del paseo marítimo podemos
encontrar gran variedad de terrazas, restaurantes, cafeterías,
discotecas.. así como varios hoteles, el emblemático Casino del Sardinero y el Auditorium al aire libre. En uno de los extremos del paseo se encuentra la península de la
Magdalena con el palacio homónimo y frente a ella la isla de Mouro con
su faro.
La península de La Magdalena es la joya de una ciudad, tan espectacular como Santander. Es una obra de la naturaleza, que ha sido remodelada y mejorada por el hombre. El Palacio de la Magdalena se encuentra sobre un alto, al final del paseo, y es una maravilla de un estilo ecléctico, una mezcla de estilos ingleses y franceses con la incorporación de elementos típicos de la arquitectura montañesa.
La península de La Magdalena es la joya de una ciudad, tan espectacular como Santander. Es una obra de la naturaleza, que ha sido remodelada y mejorada por el hombre. El Palacio de la Magdalena se encuentra sobre un alto, al final del paseo, y es una maravilla de un estilo ecléctico, una mezcla de estilos ingleses y franceses con la incorporación de elementos típicos de la arquitectura montañesa.
Desde allí, hay una gran vista de la isla del Moro, los acantilados, El Sardinero con casi 2 kilómetros de fina arena. Durante mucho tiempo, caladero de sardinas, de ahí proviene el nombre de El Sardinero. Desde los jardines del Palacio de la Magdalena se puede acceder a las playas de Los Bikinis y Los Peligros.
La construcción del Palacio Real de la Magdalena comienza en 1908 con la construcción de un palacio para los reyes. El proyecto, fue llevado a cabo por los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega y se realizó con la participación de todos los santanderinos mediante suscripción popular. Se finalizó en 1912 y se regaló entonces a los monarcas. Entre 1913 a 1930 fue sede veraniega de la corte española. Alfonso XIII, encuentra en Santander y su provincia un lugar idóneo para la práctica de sus deportes favoritos: las regatas de vela y la caza. El rey y su familia lo ocuparon regularmente hasta la proclamación de la II República. En 1914 fueron proyectadas las caballerizas por Javier González Riancho. Las mismas emulan a un poblado inglés medieval con tejados puntiagudos de vertientes pronunciadas, entramados de madera vista, etc. En 1982 fue declarado monumento histórico-artístico. Entre 1993 y 1995 fue rehabilitado por el ayuntamiento de Santander, según proyecto de Luis de la Fuente. Cada verano acoge los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
La Plaza Porticada, también conocida como Plaza de Velarde, surge tras el incendio que asola Santander en 1941. Durante la reconstrucción de la ciudad, se crea esta plaza de estilo neo-herreriano, y fue el lugar donde en 1952, y gracias al impulso de Ataulfo Argenta y José Manuel Riancho, se crea el Festival Internacional de Música y Danza de Santander. Gracias a él, la Plaza Porticada fue considerada por todos durante cuarenta años la "plaza mayor de la música" en España.
Actualmente,
los edificios de la plaza están ocupados por la Delegación del
Gobierno, Caja Cantabria y otros edificios gubernamentales, y está
adornada con estatuas alegóricas que representan "El Ahorro" y "La
Beneficiencia", obras de Agustín Herrán. Durante la última remodelación
acometida en la plaza se han encontrado restos arqueológicos de la
antigua muralla medieval de Santander y de la Puerta del Mar, entrada
principal marítima a Santander en la edad Media, así como bunkers y
refugios antiaéreos de la Guerra Civil. En estos momentos se está
terminando el estudio arqueológico que determinará el uso que se le dé a
estos descubrimientos.
La Catedral de Santander, dedicada a
Nuestra Señora de la Asunción, fue levantada en el siglo XIV y es uno de
los monumento más antiguos de la Ciudad. Su arquitectura es de estilo
gótico y su planta es de tres naves, siendo la central más ancha y alta
que las laterales, separadas por pilares de gran altura. En su interior
se guarda el sepulcro de Marcelino Menéndez Pelayo y destacan las ruinas
romanas en la Cripta del Cristo, situada en los bajos y perteneciente a
la etapa constructiva.
La Cripta del Cristo, situada bajo los suelos de la Catedral, confirma el pasado romano de Santander. Su construcción se realizó a lo largo del siglo XIII y es el monumento más antiguo de la Ciudad. Se encuentra situada sobre un promontorio que los romanos llamaron Summun Rostrum, lugar donde establecieron la ciudad de Portus Victoriae. Bajo la Cripta fueron encontradas en el siglo XVI las reliquias de San Emeterio y de San Celedonio, patrones de Santander. A lo largo de su historia ha sido reconstruida en numerosas ocasiones, sobretodo a raíz del incendio sufrido en el año 1941. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1931.
La Cripta del Cristo, situada bajo los suelos de la Catedral, confirma el pasado romano de Santander. Su construcción se realizó a lo largo del siglo XIII y es el monumento más antiguo de la Ciudad. Se encuentra situada sobre un promontorio que los romanos llamaron Summun Rostrum, lugar donde establecieron la ciudad de Portus Victoriae. Bajo la Cripta fueron encontradas en el siglo XVI las reliquias de San Emeterio y de San Celedonio, patrones de Santander. A lo largo de su historia ha sido reconstruida en numerosas ocasiones, sobretodo a raíz del incendio sufrido en el año 1941. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1931.
Hay muchas más cosas por ver, aquí solo os he puesto un poco para que tengáis ganas de visitarla, creedme merece la pena. Seguimos camino hacia Santoña,
Aunque hay testimonios de que ya había sido ocupada en el Paleolítico, la actual, se remonta directamente al Monasterio alto medieval de Santa María del Puerto, del que hoy queda la iglesia que lleva el mismo nombre, y que reune elementos románicos y góticos en su arquitectura, así como aportaciones góticas y flamencas en tallas y retablos. (Ver más información sobre el monasterio)
Aunque hay testimonios de que ya había sido ocupada en el Paleolítico, la actual, se remonta directamente al Monasterio alto medieval de Santa María del Puerto, del que hoy queda la iglesia que lleva el mismo nombre, y que reune elementos románicos y góticos en su arquitectura, así como aportaciones góticas y flamencas en tallas y retablos. (Ver más información sobre el monasterio)
La importancia histórica de Santoña como plaza destacada para la defensa de la costa se demuestra con sus tres fortificaciones: el Fuerte de San Martín, al final del Paseo Marítimo. Se construyó a comienzos del S.XVII pero en los dos siglos posteriores sufrió sucesivas rehabilitaciones que transformaron el Fuerte de San Martín en una imponente fortificación. Con una superficie de 2.700 metros cuadrados actualmente tiene forma de herradura y está formado por dos órdenes de fuegos acasamatados, con una terraza superior donde también se colocaban cañones y obuses; el Fuerte de San Carlos, más próximo a la bocana de la bahía; Es el más antiguo de Santoña, fue construido con tierra y madera a principios del XVII, en un punto que ya antes servía de atalaya de vigilancia costera, a finales de ese mismo siglo la villa decidió sustituir esta mala batería por otra de piedra, que pasó a denominarse Fuerte de San Carlos en honor al monarca Carlos II.
Remodelado en los dos siglos siguientes, las obras que por mandato de Leopoldo O'Donell, se realizaron en la plaza fuerte de Santoña, le convirtió en un importante complejo defensivo de sillería dotado con un gran cuartel para la tropa, varios edificios para almacenes y polvorines, una pequeña plaza de armas y una batería acasamatada similar a la de San Martín, pero de un sólo piso.
Con sus 37 cañones era otro fuerte esencial para la defensa del puerto de Santoña. y el Fuerte del Mazo o "de Napoleón", El propio Napoleón dirigió la construcción del fuerte que lleva su
nombre en 1812. Y domina todos los puntos al
norte y oeste evitando cualquier ataque, ya sea mediante
desembarco en la playa de Berria como a través de una invasión
por tierra. El fuerte contaba con un cuartel para más de un centenar
de soldados y con un almacén de
repuestos. Su obra exigió un
gran desembolso y supuso esfuerzos importantes, incluso se llegó a
desmontar
parte de la peña sobre la que
se estaba levantando.
Además de los tres fuertes, Santoña tiene dos faros, el Faro del Pescador, junto a la Playa de Berria, y el Faro del Caballo, al cual se accede a través de casi 800 escalones de piedra.
Al estar rodeada de monte, marisma y ría, Santoña es prácticamente una isla en tierra firme. Esta característica geográfica ha servido para dotarla de una fuerte personalidad, apreciable en el carácter intenso de sus gentes y en el arraigo popular de sus tradiciones.
Al estar rodeada de monte, marisma y ría, Santoña es prácticamente una isla en tierra firme. Esta característica geográfica ha servido para dotarla de una fuerte personalidad, apreciable en el carácter intenso de sus gentes y en el arraigo popular de sus tradiciones.
Acabaremos el recorrido en Castro Urdiales, se encuentra más cercana a Bilbao (35 km) que a Santander (75 km). Ésta fue la primera población del Cantábrico en recibir el título de villa
en 1163. Podemos contemplar en la foto, el conjunto monumental de
Castro, donde aparece la iglesia, el castillo, faro y la ermita de Santa
Ana, junto al puerto pesquero. Castro Urdiales proviene del antiguo
Castro Vardulies, campamento de los várdulos. Este pueblo participó en
la rebelión cántabra contra Roma. Posteriormente los Flavios, levantaron
la colonia de Flavióbriga
Castro
Urdiales es un municipio de Cantabria. Forma un bello conjunto
histórico artístico, donde destaca la colegiata de Santa María
construida en estilo gótico, además de su faro que es de origen romano.
Durante la Edad Media, Castro Urdiales fue incorporada al reino de
Asturias y León. Formó parte de la organización marítima castellana de
las Cuatro Villas, dependiente de Laredo, aunque siempre Castro estuvo
vinculado a Vizcaya debido a su proximidad geográfica.
La villa ofrece además una edificación popular muy característica, con balconadas de madera orientadas a los jardines del paseo de Amestoy. El conjunto urbano de la puebla castreña tiene origen medieval y logró en 1978 el reconocimiento como Conjunto Histórico. Su patrimonio monumental está formado por la iglesia de Santa María, -la mejor obra gótica de Cantabria (construida entre los siglos XIII y XV)-, el castillo-faro que se ubica junto a ella y el bello puente medieval y la ermita de Santa Ana. El conjunto constituye la imagen más representativa y hermosa de la localidad, que en épocas más recientes se vio enriquecida con las obras de Eladio Laredo (prestigioso arquitecto castreño), entre las que sobresale el palacio Toki-Eder. Fue construido en 1901 por encargo de Luis de Ocharán. Es de estilo modernista clasicista a modo de villa italiana, siguiendo la corriente historicista de la época.
Castro Urdiales cuenta asimismo con testimonios de arte rupestre de incalculable valor, caso de la cueva de la Peña del Cuco. El yacimiento se encuentra en la costa, al oeste del núcleo de la villa, cercano la plaza de toros. La cueva prehistórica presenta grabados rupestres muy finos del Paleolítico superior (hace 12.000 años), que reproducen ciervos, caballos y cabras.
Igualmente digno de mención es el yacimiento romano de Flavióbriga, que ocupa todo el subsuelo bajo la actual ciudad de Castro, a unos dos metros de profundidad. Y como punto final comentaremos que también tiene un Castillo de los Templarios, bueno más bien ya queda poco de él, apenas unas ruinas que van desapareciendo debido al paso del tiempo y la erosión. Al parecer este castillo, de roca, que controlaba la rasa costera, data del s.XIV y fue refugio de la Orden del Temple. Aunque hay dudas sobre su origen la relación que ha mantenido con el Priorato de Campijo, al estar enclavado en sus tierras, confirma esta teoría. Otra prueba de ello es que Campijo siempre perteneció a los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, refugio de los Caballeros Templarios, al desaparecer la polémica orden militar.
La villa ofrece además una edificación popular muy característica, con balconadas de madera orientadas a los jardines del paseo de Amestoy. El conjunto urbano de la puebla castreña tiene origen medieval y logró en 1978 el reconocimiento como Conjunto Histórico. Su patrimonio monumental está formado por la iglesia de Santa María, -la mejor obra gótica de Cantabria (construida entre los siglos XIII y XV)-, el castillo-faro que se ubica junto a ella y el bello puente medieval y la ermita de Santa Ana. El conjunto constituye la imagen más representativa y hermosa de la localidad, que en épocas más recientes se vio enriquecida con las obras de Eladio Laredo (prestigioso arquitecto castreño), entre las que sobresale el palacio Toki-Eder. Fue construido en 1901 por encargo de Luis de Ocharán. Es de estilo modernista clasicista a modo de villa italiana, siguiendo la corriente historicista de la época.
Castro Urdiales cuenta asimismo con testimonios de arte rupestre de incalculable valor, caso de la cueva de la Peña del Cuco. El yacimiento se encuentra en la costa, al oeste del núcleo de la villa, cercano la plaza de toros. La cueva prehistórica presenta grabados rupestres muy finos del Paleolítico superior (hace 12.000 años), que reproducen ciervos, caballos y cabras.
Igualmente digno de mención es el yacimiento romano de Flavióbriga, que ocupa todo el subsuelo bajo la actual ciudad de Castro, a unos dos metros de profundidad. Y como punto final comentaremos que también tiene un Castillo de los Templarios, bueno más bien ya queda poco de él, apenas unas ruinas que van desapareciendo debido al paso del tiempo y la erosión. Al parecer este castillo, de roca, que controlaba la rasa costera, data del s.XIV y fue refugio de la Orden del Temple. Aunque hay dudas sobre su origen la relación que ha mantenido con el Priorato de Campijo, al estar enclavado en sus tierras, confirma esta teoría. Otra prueba de ello es que Campijo siempre perteneció a los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, refugio de los Caballeros Templarios, al desaparecer la polémica orden militar.
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