La Puerta del Sol, era en el siglo XV un baluarte defensivo que limitaba con los arrabales más populosos de la ciudad. La Calle de Alcalá nace en la misma Puerta del Sol y llega hasta la misma plaza de toros de las Ventas, desde donde se prolonga por la que antaño fuera la carretera que llevaba a Aragón.
Parece ser que su origen estuvo en la tala de olivares que mandó hacer Isabel la Católica para así dejar libre el camino de Alcalá de Henares. Aprovechando la ocasión se instalaron diversos conventos cuyo único testimonio actual es la Iglesia de las Calatravas.
Sobre el nombre de la Puerta del Sol, hay muchas teorías, una de ellas dice que el origen del nombre de la plaza se remonta al año 1520, cuando la Junta de Madrid se reunió para organizar la sublevación en contra del rey Carlos I de España (y V de Alemania), los sublevados fueron los Comuneros de Castilla.
La rebelión de los Comuneros comenzó en Toledo, cuando el rey pidió a las Cortes allí reunidas, que le financiasen un viaje de unos tres años de duración a Flandes, total eran sólo 300 millones de maravedíes, una minucia... eso fue lo que colmó el vaso, pues la cosa ya llevaba tres años con el run run.
La historia comunera se remonta a 1517, cuando muere Fernando el Católico, y Carlos I, nieto de Fernando e hijo de Juana "la loca" decide proclamarse rey en lugar de su madre. El problema es que este nuevo rey decidió rodearse de nobles y clérigos de Flandes, obviando a los nobles de Castilla. Este error por parte del rey hizo que todas las capas sociales españolas, pero sobre todo las castellanas, estuvieran muy descontentas. Si a eso añadimos que Carlos I ni hablaba ni entendía el castellano, y además de que para financiar su nombramiento como Emperador, decidiera subir los impuestos a las comunidades castellanas ya mermadas económicamente, y que al marchar dejara el reino en manos de los flamencos, sirvió como detonante para las revueltas comuneras.
Así que en 1520, aprovechando que el rey no estaba en España, estalla la primera revuelta comunera en Toledo, luego Salamanca, Palencia, Segovia, Valladolid...
el pueblo se organizó en milicias, apoyados por los nobles castellanos. Nobles que al final viendo como podían ir las cosas, acabaron volviendo al redil real, mientras que los cabecillas que eran hidalgos, fueron ejecutados.
Como consecuencia de esta revuelta surge la Puerta del Sol, pues las autoridades de la Villa, con el fin de solucionar los problemas de bandolerismo que asolaba la ciudad como consecuencia del descontento y malestar de sus conciudadanos, decidieron construir una especie de fuerte que los protegiera, se cavó un foso y se construyó una especie de castillo, cuya puerta principal daba acceso a la ciudad. De esta manera pretendían frenar la ola de violencia e indignación comunera cerrándoles el paso. Y en esa puerta, no se sabe bien quien fue el autor del graffiti, pintaron un reluciente sol, tampoco se sabe el motivo de que fuera un sol precisamente. Hay dos posibles hipótesis, una que fuera un capricho del artista el dibujar un sol, otra teoría es que como el castillo estaba orientado hacia la salida del sol, y que por uno de los postigos de la muralla (situada justo en el lugar donde ahora está la plaza) se filtraban los rayos del sol, se la conoció como la Puerta del Sol.
Durante los siglos XVII y XVIII era lugar de mercado y escenario de teatro popular. La confluencia entre la plaza y la calle Mayor era conocido como el "mentidero de la Villa" pues en la lonja del convento se recogían y difundían los chismes de la ciudad.
El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid usando como armas toda clase de utensilios caseros que se encontraban a su paso, atacó a los soldados franceses en una espontánea sublevación al ver que el ejército no se oponía a la invasión francesa. Y como siempre pasa, ante una lucha desigual venció el ejército mejor armado, es decir los franceses. La gente del pueblo caía como moscas, y regaba con su sangre el primer día de la Guerra de la Independencia.
La represalia contra el levantamiento no se hizo esperar, todo aquel que iba armado y no formaba parte del ejercito era fusilado, Goya lo plasmó muy bien en sus cuadros.
Murat, cuñado de Napoleón, pues estaba casado con Carolina Bonaparte, fue el que dio las ordenes de fusilamientos ya que se encontraba al mando de las tropas francesas en el momento de la rebelión. Podríamos decir que a Murat no se le quería mucho por aquel tiempo en Madrid, y se hacían chascarrillos sobre su persona, tal es el caso que aprovecharon su título de Duque de Berg para apodarlo "gran troncho de berzas".
El pueblo que se levantó en armas lo hizo contra un número pequeño de soldados, lo que no se esperaban es que los diferentes cuerpos del ejercito que se encontraban acampados en las afueras de la villa, llegarían en un corto espacio de tiempo. Así que se encontraron rodeados totalmente, pues en la calle de la Montera apareció un cuerpo del ejercito, en la de Carretas otro, y por la Carrera de San Jerónimo el tercero, que era el más grande de todos.
Al reunirse los tres en la Puerta del Sol comenzaron a embestir a la gente del pueblo, primero utilizaron la metralla, luego la caballería embestía a los que aún quedaban en pie con sus poderosos sables, y los que intentaban huir por la calle Mayo, otro flanco del ejercito francés los ametrallaba de nuevo... el único remedio que les quedaba era refugiarse en las casas y luchar desde ellas lanzándoles todo lo que tenían a mano, hasta que ya no hubo más remedio que capitular ante el enemigo.
Mucho antes de que sucedieran estos trágicos sucesos, ocurrió otro que puso en guardia al mentidero de la Villa. La misma Puerta del Sol y la Plaza Mayor fueron los escenarios de una historia que en su día escandalizó a la ciudad y dio paso a numerosas leyendas.
El Conde de Villamediana era un famoso personaje de la ciudad, era de cuna noble, un hábil poeta, y un excelente lanceador de toros... pero sobre todo era un conocido galán (aunque hay historiadores que afirman que pudo ser homosexual). El "mentidero" de Madrid lanzó el rumor de que mantenía amores con la reina Isabel de Borbón, la esposa de Felipe IV.
Cierto día de agosto de 1622, el matrimonio real presenciaba en la Plaza Mayor un espectáculo de toros, desde su balcón de la Casa de la Panadería. Villamediana salió garboso al ruedo, con un collar de monedas, concretamente eran "reales" lo que rodeaba su cuello. Sobre el pecho, según se cuenta, se había hecho bordar la frase : "Son mis amores..." a los que los "reales" ponían el oportuno final de frase. Mientras alanceaba su toro la reina comentó al rey -¡Qué bien pica el Conde! a lo que el rey respondió: Sí, pero pica muy alto.
Pocos días después, la noche del 25 da agosto fue asesinado en la parte oeste de la Puerta del Sol, por un flechazo lanzado desde una ballesta, el criminal nunca fue encontrado. Los rumores, como es lógico, apuntaron al monarca. Pues tenía motivos, ya que se decía que en una ocasión Felipe IV se había acercado a Isabel que estaba de espaldas y le había tapado los ojos con las manos, ella le respondió "estáos quieto, Conde"... cuando se dio cuenta de que era su esposo, el rey, rectificó rápidamente "...Conde de Barcelona". En otra ocasión le dijeron al rey que el conde alardeaba de tener "amores Reales", el rey exclamó enfadado: "pues yo se los haré cuartos...".
Góngora, amigo del difunto conde escribió la siguiente décima, bastante aclaratoria:
Mentidero de Madrid,
decidme ¿Quién mató al Conde?
Ni se sabe ni se esconde.
Mas el caso discurrid,
dicen que le mató el Cid,
por ser el conde lozano,
disparate chabacano.
La verdad del cuento ha sido,
que el matador fue Bellido,
y el impulso, soberano.
Cerca de la Puerta del Sol destaca la antigua Real Casa de Correos, construida en 1768 bajo las directrices del francés Marquet, que trabajó también en el Real Sitio de Aranjuez.
Está coronada por un reloj de 4 esferas, el más famoso de Madrid, ya que a los sones de su carrillón cada año celebramos la llegada de un nuevo año con doce uvas en una mano y cava o champagne en la otra.
Este gran edificio administrativo con aspecto de palacio es una de las primeras obras del Madrid de la Ilustración. La torre del reloj fue añadida en 1866. Delante del edificio está marcado en el suelo el "Km. 0", desde el que parten todas las carreteras radiales españolas, así como la numeración de las calles de la ciudad. Surgió la idea bajo el reinado de Felipe V, y hay una placa que lo atestigua, aunque la placa es de 1950 (tardaron un poco en colocarla). Ese es el centro "romántico" de la ciudad de Madrid, pues el centro geográfico cambió en 1978, fecha en la que se determinó que el centro oficial de la Villa se situaba en el jardín del Museo del Prado, justo frente a la escalinata de acceso al templo de San Jerónimo el Real.
En la plaza encontramos diferentes estatuas, casi todo el mundo se hace la típica foto con el Oso y el Madroño, olvidándose de "la Mariblanca", la replica de una Venus (la original se encuentra en el Museo Municipal).
Esta escultura fue traída a España, en 1625, vino con otras cuatro esculturas que Ludovico Turchi había comprado en Italia, el transporte fue encargado a un carretero de Alicante, al que le descontaron 100 reales del pago de sus servicios, tras comprobarse que la escultura había llegado decapitada debido al traqueteo del carro. Ese mismo año colocaron la estatua en la parte superior de la Fuente de la Fe, obra del escultor italiano Rutilio Gaci, autor de otras fuentes de la ciudad, como la de las plazas de las Descalzas Reales, la del Salvador y la de Puerta Cerrada. La blancura de su mármol, llevó a los aguadores del siglo XVII a llamarla con el sobrenombre de "La Mariblanca".
En 1727 la Fuente de la Fe fue demolida, y sustituida por otra, obra de Pedro de Ribera, que gracias al cariño que le tenían los madrileños a la "Mariblanca" optó por conservarla y colocarla en lo alto de la nueva fuente. Lo que si que cambió fue el nombre de la fuente, que pasó a ser conocida como la fuente "de las Arpías", debido a que estaba rodeada de cuatro figuras que las representaban y que vertían el agua de la fuente por sus pechos.
Pero el periplo de la estatua no acabó aquí, sino que en 1838 se decidió trasladar el servicio de abastecimiento que se venía realizando en la Puerta del Sol, a la cercana Plaza de las Descalzas Reales.
Ello supuso la demolición de la Fuente de las Arpías y la construcción de una fuente en el nuevo emplazamiento , mucho más modesta que aquella, donde fue llevada la Mariblanca. Allí estuvo tranquila hasta 1892, cuando la fuente se desmontó y en su lugar se colocó una escultura del fundador del Monte de Piedad de Madrid. De nuevo, y gracias al cariño de su pueblo, la estatua se guardó en los almacenes de la Villa, hasta encontrarle una nueva ubicación. Allí estuvo hasta 1912, cuando fue trasladada a los Jardines del Retiro. Pero no creáis que se quedó allí para siempre, no, en 1969 la ubicaron al Paseo de Recoletos, dentro de un templete clasicista, junto al estanque que existía al principio de esta vía. Aquí permaneció hasta que en los años 80, fue víctima de unos vándalos, que la seccionaron en varios trozos. Se restauró y se guardó en el Museo de Historia de Madrid, fue el alcalde Enrique Tierno Galván el que la colocó de nuevo en la Puerta del Sol, eso sí, se colocó la copia pues el original ya había sufrido bastante.
En la plaza está también la estatua a caballo de Carlos III, conocido por los madrileños como el "Rey Alcalde" ya que fue el que hizo que Madrid brillara con todo su esplendor. Si queréis saber que es lo que hizo, en el siguiente enlace lo podréis descubrir. No vayáis a pensar que esta estatua, realizada en bronce por Eduardo Zancada, lleva toda la vida en la plaza, pues no resulta que es de finales del siglo XX, concretamente de 1994. Nos parece antigua porque parece ser que se inspiró en una supuesta estatua de Juan Pascual de Mena conservada en la Academia de San Fernando.
En la plaza está también la estatua a caballo de Carlos III, conocido por los madrileños como el "Rey Alcalde" ya que fue el que hizo que Madrid brillara con todo su esplendor. Si queréis saber que es lo que hizo, en el siguiente enlace lo podréis descubrir. No vayáis a pensar que esta estatua, realizada en bronce por Eduardo Zancada, lleva toda la vida en la plaza, pues no resulta que es de finales del siglo XX, concretamente de 1994. Nos parece antigua porque parece ser que se inspiró en una supuesta estatua de Juan Pascual de Mena conservada en la Academia de San Fernando.
La figura del oso y el madroño es más antigua que la anterior, de 1967, y quiere conmemorar los símbolos heráldicos de la ciudad de Madrid. Cuenta la leyenda que para el escudo de la ciudad, se escogió un oso como emblema, en homenaje al oso pardo que el rey Alfonso XI había cazado en uno de los montes cercanos a la capital. Por aquel tiempo era frecuente que hubiera osos por los alrededores de la Villa. Pensaréis que el madroño está ahí porque por las cercanías de Madrid había árboles de este tipo. Pero más bien tiene que ver con un suceso ocurrido en el siglo XIII, cuando se produjo una disputa entre la Villa y el cabildo de la clerecía de Madrid. Había disputas sobre la propiedad de ciertos terrenos, pues ambas partes se los disputaban. Finalmente se llegó al acuerdo de que la Villa se quedaba con los territorios arbolados, mientras que el cabildo con los sitios de pasto. Ese es el motivo de que se encuentre en el emblema de la ciudad, además de la creencia de que las hojas de este árbol eran un buen remedio contra la peste.
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