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domingo, 30 de marzo de 2014

Cómo llegar a tu destino... a pesar de una huelga de controladores aéreos de la que te avisan con menos de 24h...

Este marzo hice una escapadita de nuevo a una de mis ciudades favoritas, París, bueno más bien fue una visita relámpago a Eurodisney, pues era un viaje prometido a mi sobrino desde que tenía 3 años. Ahora tiene seis, la edad perfecta para ir, pues es lo suficientemente independiente para ir andando y aguantar todas las emociones y no tener que ir cargando con él si se cansa.  
Y lo hizo, como un campeón, y más si tenemos en cuenta que justo el día antes de coger el avión nos llega un correo electrónico diciendo que debido a la huelga de controladores aéreos franceses de ese día nuestro vuelo había sido cancelado. Cancelado!...si, si lo que leéis, nos quedamos a cuadros los cinco que íbamos, sobre todo yo, que lo había organizado todo ajustando precios al máximo. 

Bueno, pues ya nos véis el día antes del viaje empezando a buscar alternativas para conseguir llegar a nuestro destino, la compañía aérea nos ofrecía cambiar las fechas, pero no nos interesaba pues la mitad de nosotros sólo podíamos ir en estas fechas, así que nos pasamos toda la tarde mirando por internet las diferentes opciones: en avión descartado, pues los controladores estaban en huelga 24 horas, el tren desde Barcelona salía carísimo. Al final encontramos el maravilloso TGV low cost OUIGO , los billetes del mismo nos salían por 10 euros los adultos y 5 el niño, el precio era magnífico, la pega es que salía desde Avignon.

Siguiente problema, cómo llegar a la Ciudad de los Papas... mi padre se ofreció a llevarnos en coche, pero eran casi cuatro horas y media de ida y otras tantas de vuelta, así que buscando, buscando encontramos un tren regional de la SNCF que nos llevaba de Narbona a Avignon en dos horas y media, y encima teníamos tiempo de hacer el enlace por 23 euros los adultos y 11 euros el niño. Así mi padre solo tenía que llevarnos a Narbona, que queda a una hora de la frontera francesa y podía regresar tranquilamente. 

Al final después de todo conseguimos llegar a Eurodisney, cogiendo el coche, un tren regional, un tgv y un bus para llegar al hotel donde caímos rendidos después de tanto movimiento y de tantos nervios para llegar a tiempo al primer tren, parecía el programa Pekin Express!

Las entradas para el billet francilien (si las compras a través de Fnac Francia y coincide con la temporada baja y entre semana se paga 39 euros por adulto y el niño gratis, es decir que ahorras una pasta, pues la entrada general suele ser de 64 euros adulto, y 58 el niño). Los hoteles, reservados desde hacía meses, nosotros estuvimos en el Adagio Marne La Valee, está muy cerca del parque, y tiene un autobús el nº 50 que te lleva como si fuera una lanzadera al parque totalmente gratis. Además en el mismo pueblo hay un Outlet y unas galerías comerciales con las tiendas de siempre Zara, Celio, H&M, Etam... etc. Incluso hay un Auchamp (Alcampo) muy útil pues nuestro alojamiento era un aparthotel, con cocina, vitrocerámica, horno, lavavajillas... perfecto para hacer las cenas y los desayunos. También tiene una piscina cubierta, lo que pasa es que el horario es muy justo si vuelves del parque.
Hay que tener en cuenta que el parque abre sobre las 10 de la mañana y que el bus suele ir bastante lleno pues recoge gente de varios hoteles, aunque desde las 9 a las 10:30 tienen bastante frecuencia, al igual que al cierre del parque, sobre las 20:00 en invierno.
En el parque dejan entrar comida, siempre que no vayas en plan campista con la nevera, el tupper, etc... es decir que un par de bocadillos y bebidas no hay problema para pasarlos. En el parque puedes comer y hay diferentes estilos y precios.

Estuvimos el primer día en Disneyland París, y el segundo en Disney Estudios. El segundo parque es más pequeño y cierra más temprano, pero te da tiempo a verlo con tranquilidad. No me gustó tanto como el primero, creo que se queda un pelin corto supongo que el de Estados Unidos sí que debe ser una pasada.

Las colas en las atracciones no eran muy largas, y diría que más del 60 % de los visitantes eran adultos que difrutaban tanto o más que los niños, al fin y al cabo uno nunca deja de ser un niño...


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