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martes, 3 de marzo de 2015

La ville d'Orange o cuando un trozo de la Provenza perteneció a los holandeses...


Orange es una pequeña ciudad de menos de 30.000 habitantes, situada a 21 km al norte de Aviñón (a unos 100 kilómetros de Marsella y a 600 de París). Fundada por los legionarios romanos de la II legión Gallica alrededor del año 30 a.C, con el nombre de Arausio, su cercanía con Italia la hizo como Nîmes, una ciudad casi totalmente romana desde sus inicios. Al estar tan cerca de Roma y su apogeo, los bárbaros y sarracenos también la consideraban muy interesante para atacar. Estas razzias sufridas durante mucho tiempo y tras el desplome del imperio romano aceleró la decadencia de la comarca.

En la Edad Media se convirtió en Condado y uno de sus condes, Raimbaud participó en 1096 en la primera Cruzada. En los siglos posteriores el condado va pasando de una familia a otra. La cosa parece que funciona, hasta que en 1348 la peste negra acaba con la mitad de la población.
En 1530 la muerte del Conde, sin descendencia acarreará el aspecto más curioso de la ciudad. El heredero más cercano, Rene de Nassau y sus descendientes son los Príncipes de Orange, lo que llevará a que se convierta en un "Stathouder" de los Países Bajos, y el condado se convertirá en el Principado de Orange.
La recién creada corona de Holanda, una vez separada de España, poseerá esté pequeño enclave fronterizo con el Reino de Francia y los territorios papales de Aviñón. Aquí comienzan 187 años de influencia holandesa. El hecho cobrará más importancia si tenemos en cuenta que las guerras de religión serán terribles en toda Francia en el XVI y XVII. Aquí vendrán a refugiarse los hugonotes y protestantes franceses, que tendrán la protección y el apoyo de la ciudad de Orange y de los holandeses.

A principios del siglo XVII el Principado  pasará a manos del Príncipe de Conti y en 1703 será Luís XIV quien lo ocupe, expulsando a los protestantes. El tratado de Utrecht legitimará la anexión y confirmará el interés de la corona francesa por fortalecer su flanco sudoeste eliminando los reductos medievales que aún subsisten. La presión sobre Aviñón crecerá, pero sólo la Revolución conseguirá acabar con las reticencias e integrarlo en la Francia republicana, tras la petición del consejo municipal de Aviñón.

La visita de la ciudad, podemos hacerla en medio día. Está antigua posesión holandesa vive bajo la sombra del inmenso teatro romano. Es único en Europa, pues sólo nos quedan tres que estén intactos en el mundo (los otros dos están en Siria y Túnez). Además de la obligada visita al Teatro, que es Patrimonio Mundial de la UNESCO. Edificado en el siglo I d.C. posee todos los componentes del teatro latino, según Vitrubio, la cávea con los graderíos y el hemiciclo, los accesos laterales y el muro de la escena, Luis XIV dijo definió a este muro como "la más bella pared de mi reino".

Fue pensado para culturizar a público galoromano, desde el escenario se transmitía la cultura, la lengua y la propaganda romana. Con un aforo de 9.000 espectadores, se podía contemplar los diversos espectáculos de teatro, danza, acrobacias... El muro de la escena estaba decorado originalmente con columnas y estatuas de los personajes importantes del Imperio, Emperadores y Dioses. Un incendio en el siglo IV hizo que el teatro perdiese su función artística y propagandística en plena decadencia imperial. Gracias a la situación del teatro, al pie de la colina, acabó convirtiéndose en un elemento defensivo de la ciudad. Cuando dejó de ser necesaria esa defensa, acabó siendo usado como vivienda, y llegó a transformarse en un barrio entero, al igual que paso con el anfiteatro de Nîmes.

Detrás del Teatro encontraremos una boscosa colina desde la cual tendremos unas maravillosas vistas de la ciudad de Orange. Se llama la Colina de San Eutropio, en recuerdo del obispo que en el sigo V se dedicó a predicar el cristianismo por la zona, cuando la ciudad estaba arruinada debido a las invasiones bárbaras. En lo más alto encontramos unas ruinas galo-romanas, así como los restos de una de las grandes fortalezas de la Europa medieval, fue edificada por Mauricio de Nassau en 1622, para ello no dudó en utilizar algunos trozos de monumentos romanos que ya no se aguantaban de pie. La lástima es que dicha fortaleza acabó derribada cincuenta años más tarde, cuando los franceses decidieron que el condado debía ser suyo y lo invadieron sin miramientos.
El Arco de Triunfo que encontramos en la calzada que unía Lyon con Arlés la Vía Agrippa, fue edificado en torno al año 20 a.C., Resulta que es uno de los mayores arcos triunfales que Roma construyó. Tiene 22 metros de alto, por 21 de ancho y en cuanto a grosor no se queda corto, tiene 8 metros. Está dedicado a la mayor gloria de los veteranos fundadores de la colonia, antiguos legionarios que se retiraron en esta zona, una vez prestados sus servicios. Construir un arco como este, era una manera clara de representar la dominación romana sobre la Galia, así todo el que pasaba por el le quedaba claro quien estaba al mando por allí.

La Catedral de Orange, tiene una estructura básica que debe ser de los siglo XII y XIII. En 1561 los calvinistas intentaron apoderarse de la iglesia, al final lo consiguieron, pero con ello se destruyeron numerosos retablos y obras de arte. No tuvieron suficiente, que también robaron el tesoro y el órgano, haciendo que el clero católico tuviera que huir y refugiarse en la población de Caderouse. En 1599, los católicos volvieron a consagrarla par su culto. Durante la Revolución francesa acabó siendo el Templo de la Razón y del Ser Supremo. En la ciudad hay más templos religiosos, como San Florencio, del siglo XV y que perteneció a los franciscanos. También existe un templo para el culto protestante, se trata del Templo de los Jacobinos, del siglo XVI, situado cerca del Teatro Romano. Y por último encontramos la Capilla Gabet, la más humilde de todas, está situada junto a las fosas comunes que albergan a 332 víctimas de la Revolución Francesa, entre ellas unos cuantos religiosos. Se encuentra en las afueras de la ciudad.
Entre otros edificios hay que destacar el Teatro Municipal, del siglo XIX, es obra de André Jean Boudoy, un colaborador de Charles Garnier (el de la Ópera de París). En su fachada encontramos los bustos de Molière, Corneille y David, y nos recuerda la comedia, la tragedia y la música.

A 25 kilómetros está Carpentras, situada a los pies del Mont Ventoux, donde se cruzan el Ródano y Durance, la ciudad posee un rico patrimonio natural, lo descubriréis si practicáis senderismo por los montes de Vaucluse, o por el Mont Ventoux, o por los encaramados pueblos de la Dentelle de Montmirail. En cuanto al patrimonio monumental encontramos la sinagoga. En 1326 Juan XXII permitió a los judíos residir en el Condado y en Aviñón, sin que fueran molestados. Muchos judíos acudieron en masa, fue entonces cuando en el año 1367 se empezó la construcción de la sinagoga. De 500 personas que vivían en el Renacimiento pasarán a se más de un millar en vísperas de la Revolución. Durante la Revolución se vendió todo el mobiliario, y no fue hasta 1800 cuando la comunidad judía regresó y tuvieron que recomponerla. Cómo es natural se creó un cementerio judío a las afueras del pueblo, resulta que es el más antiguo de la región. En 1990 fue profanado por un grupo neonazi, el tema fue tan controvertido que llegó a las más altas instancias de París, tal y como se explica en este artículo.


« Hôtel-Dieu Carpentrad début XXe s » par Unknown early 1900s — Scan old postcard. Sous licence Domaine public via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:H%C3%B4tel-Dieu_Carpentrad_d%C3%A9but_XXe_s.jpg#/media/File:H%C3%B4tel-Dieu_Carpentrad_d%C3%A9but_XXe_s.jpg
Hay más cosas por ver, como la Catedral de St. Siffrein, de estilo gótico. El Hôtel Dieu, del siglo XVIII, es el antiguo hospital. En su patio de honor se celebra cada año el "Marchè aux Truffes"(el mercado de las trufas), actualmente es una biblioteca. En su interior está la antigua farmacia, que también proveía de medicinas y ungüentos al resto del pueblo. Carpentras fue una villa amurallada, sus murallas medían unos 1770 metros de largo, tenía unas 32 torres y 4 puertas, de la que nos queda la Puerta de Orange. Por último tenemos el Palais de Justice, dentro del mismo tenemos un Arco Romano, es del año 18 d.C, se hizo en homenaje a Tiberio, y servía como puerta lateral de una catedral primitiva. Por último tenemos el acueducto, no creáis que es romano, más bien es del 1720, tiene 729 metros de largo y 23 de alto, y lo forman 48 arcos.
Pero tal vez lo que más llama la atención de esta zona es que nos encontramos en el territorio de la lavanda, desde aquí podemos iniciar la ruta de la lavanda, que llega a los pueblos del Luberon por las llanuras de Vaucluse. El paisaje es magnífico, un mosaico de viñas, bosques de encinas, y como no lavanda. Para ver los campos de lavanda hay que seguir el calendario, pues según la zona tienen diferentes tiempos de floración.


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