Hoy hablaremos de una de las arterias de Barcelona, la Via Laietana, cuyo nombre corresponde al poblado ibérico preromano de los “laietanos” que se asentaron en el territorio que rodeaba la ciudad. Se dice que había una mítica ciudad llamada Laie, que se situaría entre la pedrera romana de Montjuïc y el cementerio, aunque no se ha encontrado ninguna prueba arqueológica se su existencia.
A principios del siglo XX en la ciudad de Barcelona se inició el proyecto que se conocía como “La Reforma”, y que en realidad se trataba de abrir una calle que uniese el rico “eixample” con el puerto de la ciudad, desde la Plaza Urquinaona hasta el mar. El proyecto en un principio fue trazado por Ildefonso Cerdà en 1859, pero la situación de las arcas del ayuntamiento eran pésimas, y el inicio de las obras tardarían décadas en llevarse a cabo. Cuando entraron en el consistorio los políticos de la Liga Regionalista, apoyados por los concejales republicanos, se puso cierto orden en los proyectos municipales que debían hacerse. Para este plan en concreto solicitaron el respaldo del Banco Hispano Colonial que vendiendo bonos a particulares obtuvieron los fondos para financiar los trabajos. Eso sí el banco se llevó su correspondiente comisión, se llevaba el 50% de los beneficios de la venta de los solares expropiados. Expropiados por la Ley de Expropiación Forzosa de 1879, con el artículo 29 modificado en 1904. Es decir los que se encontraban de alquiler se iban a la calle sin compensación ni ayuda alguna, eso sí se favorecían las obras públicas y a los especuladores inmobiliarios...