A Bélgica se la conoce por sus chocolates, sus patatas fritas con
mejillones, el Manneken Pis, la Grand Place, ser la sede política de la
Comunidad Económica Europea... pero tiene muchas más cosas para ofrecer.
La verdad es que me sorprendió gratamente. La Grand Place impresiona, y más cuando hacen el festival de Les Tapis de Fleurs, que se celebra en agosto, sobre el 14, y suele durar unos 3 días siempre en año par. El día antes de la apertura, los espacios entre los motivos florales están llenos de césped laminado, las flores se colocan una junto a otra (no se plantan en un suelo artificial) sin dejar espacio (hay unas 750.000 flores, casi todas Begonias). Durante las olas de calor, el césped se debe regar para evitar que se encoja, pero si el clima es demasiado húmedo, por contra, la hierba puede crecer.
Le Roy d´Espagne es el bar más famoso de la Grand Place en la terraza del mismo puedes saborear una cerveza belga con unas vistas privilegiadas. Lo reconoceréis porque en la fachada hay un busto de Carlos II de España (hijo de Felipe IV y Mariana de Austria) el rey conocido en España como "el Hechizado" este sobrenombre le venía de la atribución de su lamentable estado físico. Parece ser que los sucesivos
matrimonios consanguíneos de la familia real produjeron tal degeneración
que Carlos creció raquítico, enfermizo y de corta inteligencia, además
de estéril lo que provocó que no tuviera descendencia y con él acabara el reinado de la casa de Austria.
Un buen enlace donde obtener información es L'Ilot Sacre nos da información de la ciudad, visitas virtuales, mapas, webcams...
Otra fiesta muy bonita es el Ommegang, donde celebran la llegada a la ciudad de Carlos V. Por la plaza desfilan más de 1400 personas ataviadas con trajes de época, en la Place du Grand Sablon se monta un pueblo medieval, con caballeros que luchan a pie y a caballo, cetrería, manjares de la época, todo un festival... y gratuito, aunque hay que reservar par poder asistir.