Hoy en día es difícil de creer, pero en la Edad Media en Roma se contaron hasta trescientas torres, habían torres de iglesias, las torres de la muralla Aureliana, torres en edificios privados... lo que daba a la ciudad un aspecto verticalizado, y espinoso.
Según un parágrafo de una guía medieval para peregrinos en Roma, escrita por el Maestro Gregorio la "Magistri Gregori Narratio de Mirabilibus Urbis Romae" está formada por libros o pergaminos en los que se da noticia de los lugares de interés de la ciudad de Roma, era una manera de ayudar a los peregrinos para que los pudiesen encontrar y visitar, de esta manera no se olvidaban de ningún monumento importante o iglesia durante su visita.
En un principio eran simples enumeraciones, como una especie de catálogo de las sepulturas más veneradas, luego la cosa se fue complicando, se fueron agregando datos ya fueran reales o fabulosos sobre los lugares de culto y también sobre los monumentos paganos.