Saldremos desde Buckingham Palace como si fuésemos parte de un cortejo real para hacer nuestro recorrido por los barrios de Westminster y acabaremos en el de Mayfair, podemos hacerlo andando apenas son 6 km que nos tomaremos con tiempo para poder verlo todo tranquilamente.
Ya que estamos aquí podemos aprovechar para ver el cambio de guardia, atención porque sólo se celebra diariamente entre los meses de abril a julio, y en días alternativos durante el resto del año. Si no llueve la ceremonia empieza sobre las 11:00 de la mañana, se inspeccionan las tropas en St. James’s Palace y Wellington Barracks. Luego las tropas se desplazan a pie y a caballo por The Mall, la gran avenida que nos lleva hacia Charing Cross, el acto oficial del relevo tiene lugar en el patio del Palacio de Buckingham a las 11.30 horas. Así que os aconsejo que os asegureis de que el día que queráis verlo sea el correcto.
El edificio original se construyó sobre lo que había sido un monasterio, tal vez por ello corre el rumor de que por sus muros vaga un alma en pena. Este primigenio edificio fue bautizado como Buckingham House, y era la residencia de John Sheffield, el primer duque de Buckingham (los que presumen de pertenecer al círculo más íntimo de la familia real aún se refieren a él como “Buck House”. En 1721 el duque pasó a mejor vida y su hijo natural vendió la mansión a Jorge III por unas 28,000 libras, era el año 1762. Cuando Jorge IV subió al trono, anunció que Carlton House no era lo suficientemente digna del rey de Inglaterra, ni tan siquiera el Palacio de St. James, así que decidió que la Buckingham House tenía que ampliarse a su nueva condición de rey. Conociendo cómo había actuado cuando era Príncipe de Gales con su anterior vivienda, pues se dedicó a reformarla y adecuarla a su gusto sin reparar en gastos, pues se hacía cargo de ellos la corona y su querido padre Jorge III, no fue extraño que se desentendiera de las obras antes de que se dieran por concluidas, así mismo desvió buena parte de los fondos que se habían destinado a la construcción del palacio, en un nuevo capricho, en el Royal Pavilion de Brighton, que acabó siendo su residencia preferida...