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martes, 11 de noviembre de 2014

París: el Palacio de Luxembourg y sus inquilinos (reinas, nazis, senadores y damas que no lo parecen), un teatro y unas librerías interesantes...



En el último post estábamos paseando por St. Germain des Prés, en la orilla izquierda del Sena, hoy seguiremos por la misma zona, pues hay mucho que ver. Dejamos atrás la Église de Saint Sulpice, construida a mediados del siglo XVII, con Cristophe Gaunard como arquitecto, las obras se interrumpieron en 1678, y no se continuaron hasta el 1720 con Gilles-Marie Oppenord, quien las terminará, a excepción de la fachada que será realizada por Jean-Nicolas Servandoni, eso si tal y como comentamos en el post anterior una de las dos torres quedó inacabada por falta de crédito. Rodeamos la iglesia y tomamos la calle que lleva su mismo nombre hasta la Rue Tournon, al final de la cual esta el Palacio de Luxemburgo. Situado en la Rue Vaugirard (la calle más larga de París, tiene 4 km 360 metros, y que se correspondería con una antigua vía romana. Actualmente el palacio alberga el Senado, pero anteriormente fue el Palacio de María de Médicis, viuda del rey Enrique IV. La reina florentina escogió el faubourg Saint-Germain-de-Prés para instalarse, compro la casa y los terrenos del duque de Piney-Luxembourg, que por aquel entonces se hallaban situados en una posición semi rural al sur de la ciudad. Cansada del aburrido Louvre, la reina hizo construir a su arquitecto, Salomón de Brosse, un palacio en estilo florentino que le recordara al Palazzo Pitti de su infancia. La antigua casa del duque se convirtió en el Petit Luxemburg.   
Collection of the Museum of Ventura County, Private Collection,
El edificio construido entre 1612 y 1622, sigue la planta clásica del castillo francés. La reina lo decoró suntuosamente, con oro, azul y elementos arabescos, que encuadran de sala en sala diversas series de cuadros. Rubens realizó una serie de 24 cuadros que reflejaban la vida de Maria de Médicis, y que actualmente se encuentran en el Louvre. La reina madre (era la regente de Luís XIII hasta que este fuera mayor de edad) se instaló en él en 1625; pero a causa de los avatares políticos no lo disfruto demasiado tiempo. Su estancia en palacio fue relativamente corta, pues cinco años después de mudarse fue desterrada a Compiegne a instancias del cardenal Richelieu. Como cabeza del partido devoto, la reina madre entró en abierta oposición contra los proyectos de su adversario Richelieu. Fue precisamente en su gabinete del Luxembourg donde tuvo lugar el acto culminante de la gran tormenta política conocida como "La journée des dupes", actualmente fechada el 11 de noviembre de 1630. En una violenta escena María de Médicis a fuerza de quejas y reproches consigue arrancar a su vacilante hijo Luís XIII, la promesa de despedir al cardenal. Richelieu, quien después de derramar abundantes lágrimas, no tiene más remedio que retirarse, no se da por vencido, ya que finalmente acabará imponiéndose al rey, quien lo confirmará en sus funciones mientras que la reina madre debe abandonar la ciudad. 
Collection of the Museum of Ventura County, Private Collection,
El cardenal para borrar su recuerdo hace cambiar el nombre de Palacio Médicis, por el que lleva actualmente, Palacio de Luxemburgo. Tras la muerte de la reina madre, el palacio pasará a manos de su segundo hijo, Gastón de Orleans, pues seguía peleada con el ya rey Luis XIII.
En 1715 el palacio pasó al regente Felipe II de Orleans que alojó allí a sus hijas,  la duquesa de Berry y Luisa Isabel de Orleans, Reina Viuda de España, que falleció en el palacio en 1742. El palacio y los jardines fueron el escenario de los amores escandalosos de la duquesa de Berry. Ilustre protagonista de las orgías de la Regencia, la joven viuda libertina ocultó allí una serie de embarazos. Después de la muerte de su marido, el Conde de Berry, la duquesa tuvo una serie incontable de amantes, incluido el conde de Riom. Madame de Berry se traslado al palacio de Luxemburgo, se montó una corte de damas de honor e incluso un cuerpo de guardia pues también era princesa de sangre real. 
Collection of the Museum of Ventura County, Private Collection,
La viuda era joven, bella, inteligente y rica, además de poderosa y muy orgullosa de sí misma. Tanto que usurpó el rango de reina en varias ocasiones, además era la protagonista de las orgías que solía organizar su padre el Regente de la corona hasta la mayoría de edad del Delfín. Desde que se quedó viuda la duquesa se entregaba a todos los excesos, desde su voraz apetito sexual que le llevaba a tener numerosas aventuras amorosas, a su pasión por la comida que más bien tiraba a la glotonería y que regaba con grandes dosis de alcohol. Tal es el caso de que sus compañeros de juerga le pusieron un mote "la princesse Joufflotte", es decir la princesa "rellenita". Para disimular sus voluptuosas formas usaba faldas amplias, y puso de moda el panier del vestido volante que le permitía exhibir su belleza entrada en carnes y le ayudaba a esconder sus embarazos. Aún se estaba de luto por la muerte de Luis XIV cuando a ella se le ocurrió desafiar las costumbres austeras de la Corte, participó en los bailes de Carnaval que se celebró la noche del 4 de enero de 1716 en la Ópera. Tres semanas más tarde se recluyó en su palacio de Luxemburgo con la excusa de un fuerte resfriado, no quiso ver a nadie, pero la verdad es que dio a luz a una niña que falleció a los tres días. 
Un año más tarde recibió en palacio a Pedro el Grande, zar de todas las Rusias, en una visita más o menos oficial a Francia. A pesar se su belleza, la princesa había engordado mucho, hasta el punto de no poder ir de caza ni montar a caballo, el zar la vio "gruesa como una torre".
Para evitar maledicencias se retiró por una temporada al Château de la Muette, durante esa primavera se rumoreaba que la princesa estaba de nuevo embarazada, y así era, en cuanto se recuperó del parto volvió a su placentera vida. Aunque se molestaba continuamente en mantener escondidos sus embarazos, siempre llegaban a oídos de todo el mundo, incluso inspiraban canciones satíricas con coplas picantonas denunciando los amores licenciosos de esta "Venus de Luxemburgo" tal y como la apodaban.  
La duquesa de Berry murió en el Château de la Muette, en las afueras de París. Tenía 23 años, una salud muy deteriorada debido a un nuevo parto clandestino a finales de marzo de 1719. Todo se desencadenó cuando decidió participar en los bailes de carnaval, estuvo hasta las cuatro de la mañana a pesar de que su embarazo estaba muy avanzado divirtiéndose más que nadie. Un mes más tarde, presa de los dolores de parto, acompañado de fiebres y convulsiones, la princesa estuvo a punto de morir antes de dar a luz una niña muerta hasta el punto de que el cura de Saint-Sulpice le había negado los sacramentos.  Cuando falleció, tres meses más tarde, la autopsia reveló que estaba de nuevo embarazada.
Después de esta casquivana inquilina, el palacio fue la residencia del conde de Provenza, el futuro Luis XVIII. En 1792 durante la Revolución fue confiscado y se declaró "Bien Nacional", se le despojó de todas sus colecciones de arte y se convirtió en prisión durante el periodo revolucionario del Terror, en ella estuvieron alojados Danton, Desmoulins y otros cabecillas revolucionarios, junto a Josephine de Beauharnais y Robespierre, que huyó de la prisión la primera vez que lo encarcelaron. También fue huésped el pintor David, y es aquí donde realizó el primer boceto de su obra "Las Sabinas". Tras todos estos avatares quedó casi en ruinas hasta que la constitución del Año III (1795) lo declara sede del Directorio, el palacio será restaurado por Chalgrin, que construirá el vestíbulo principal, la escalera de honor, una sala de reuniones y un museo. A partir de 1814 albergó la Cámara de los Pares.  Durante la ocupación alemana tan sólo un francés, Marcel Macary, era el único a quien los alemanes permitían el paso diariamente al palacio, que ocupaban desde el 25 de agosto de 1940, para hacerse cargo de las posibles modificaciones arquitectónicas que podría necesitar el estado mayor de la Lutwafe, pues éstos serían los inquilinos del palacio. Este buen hombre sabía que la ciudad pronto sería liberada y esperaba con ansia poder entregar a la República las llaves del Palacio.



Marcel era el conservador del monumento, y había sufrido en su propia carne cada vez que una bota alemana andaba por el palacio aplastando colillas. Durante cuatro años estuvo el pobre hombre cada día, inspeccionando los tesoros que contenía el palacio; primero la biblioteca en el primer piso, donde una empalizada de dos metros de alto instalada en 1941 protegía los 300,000 volúmenes entre los cuales había algunos manuscritos muy antiguos y varias ediciones especiales de obras raras. Luego contemplaba el bello cuadro de Eugène Delacroix, que le había costado arrancar de las garras de cierto coleccionista alemán llamado Herman Goering. Más tarde se paseaba por el "Gabinete Dorado" en el que la reina madre concedía sus audiencias, después entraba en el gran salón de recepciones, artesonado en oro y que los invasores habían transformado en un comedor. Desde lo alto, plasmado en una tela muy grande "Napoleón en Austerlitz" contemplaba con desprecio a los usurpadores de aquel lugar en el que había vivido con su querida Josephine.
Bajo el Patio de Honor los alemanes habían construido un refugio en 1943, tenía 9 salas equipadas con sistemas de aireación autónoma y contaba con todo lo necesario para una estancia prolongada bajo tierra. Este refugio estaba unido a una antigua red de caneras abandonadas que desembocaban a 2 km m-as allá de la Puerta de Orleans. Antes de que los alemanes abandonaran la ciudad minaron el palacio para destruirlo tras su marcha, pero no contaron con que Marcel y un amigo electricista sabotearían sus planes de destrucción.

Alrededor del Palacio está el Jardín de Luxemburgo, creado en 1617 por María de Médicis, con dos mil olmos alineados en cuadrado, enmarcan la perspectiva que concluye al sur con el muro del Convento de Chartreux. Los monjes, que se negaban a ceder siquiera un palmo de terreno, no permitieron que se ampliara el jardín en dirección sur hasta finales del siglo XVIII, fecha en que el convento desapareció con la Revolución. Lo más destacado es la Fontaine de Médicis, una gruta artificial del 1620, que fue restaurada por Chalgrin en 1800 y desplazada par permitir el paso de la Rue de Médicis. 

Fue enriquecida por varias estatuas y un estanque a finales del sigo XIX antes de que le fuera adosada la fuente del Regard. Durante el Primer y Segundo Imperio fue reconstruido, los jardines son de estilo francés, con toques italianizantes como la barroca Fuente Médici, que se alza en el extremo de un largo estanque lleno de peces de colores. El Jardín de Luxemburgo aparece en la famosa novela del escritor parisino Victor Hugo. En este jardín Monsieur Marius, un personaje de su obra, conoce a Jean Valjean y a su hija, Cosette, y queda enamorado perdidamente de ella.
Bajando hacia el Sena por la Rue de l'Odéon llegaremos al Teatro de l'Odéon, que se sitúa en los jardines del antiguo Hôtel de Condé. Este Hôtel en sí era un palacete que ocupaba bastante terreno en las afueras de las murallas de Philippe Auguste.
Antoine de Corbie, el primer presidente parlamentario de París durante el reinado de Carlos IX lo construyó, aunque la propiedad perteneció antes al banquero florentino Albert de Gondi, favorito del rey.


Cuando el heredero del favorito se queda en la ruina, Philippe-Emmanuel de Gondi, el hotel fue requisado por la corona. En 1610 María de Médicis se lo regala a Enrique II de Borbón-Condé, el Principe de Condé, como agradecimiento por haberse casado con Charlotte Margueritte de Montmorency, antigua amante de Enrique IV. En este palacio una dama de compañía de la Princesa de Condé, Marie Eléonore de Maillé de Caman da a luz un bebé rollizo, que con el paso de los años se haría famoso como el Marqués de Sade. En 1764, los ocupantes del palacio deciden mudarse al Palais Bourbon, entonces Luís XV lo compra y decide destinar parte de los jardines para construir un teatro. El proyecto del teatro fue una de las ultimas operaciones urbanísticas del Antiguo Régimen. El edificio neoclásico fue inaugurado por la reina María Antonieta, era el 9 de abril de 1782. Incendiado en dos ocasiones fue reconstruido en 1819 tal y como era el original, se suprimieron entonces los dos arcos laterales flanqueados por sus pabellones y que se unían a los edificios de al lado. El teatro, sufrió la ocupación estudiantil de mayo del 68, pues en el se encerraron los alumnos de la Sorbonne y utilizaron los cascos de los gladiadores que encontraron entre el atrezzo para enfrentarse a la policía. Actualmente ha recuperado su esplendor bajo el nombre Odéon Théâtre l'Europe, pero ha recibido muchos nombres, en 1789 se lo conocía como Théâtre de la Nation; en 1794 Théâtre Egalité, en 1796 Odéon, en 1807 Teatro de la Emperatriz... Aquí las Bodas de Fígaro, de Beaumarchais, triunfa en 1784. En 1864 George Sand cosecha un gran éxito con "El Marqués de Villemer". En 1872 debuta aquí Sarah Bernhardt en el papel de "reina" de Ruy Blas. 
Una curiosidad: la Rue de l'Odéon fue la primera calle de París con aceras, en el número 1 se encuentra el Café Voltaire, donde acudía Ernest Hemingway y Scott Fitgerald durante sus estancias en París. En los números 7 y 12 de esta misma calle, había dos libreras que en 1922 se movilizaron contra la censura anglosajona para dar a conocer al gran público el Ulises de James Joyce. Sus clientes y amigos nunca dejaron de visitarlas aunque ya no estuviesen en esta calle. La propietaria de la librería fue Sylvia Beach, que regentaba la del número 12, entre los años 1919 y 1941. Durante este periodo la librería fue considerada como el centro de la cultura anglo-americana de París. Sus clientes eran los autores de la Generación Perdida, tales como Ernest HemingwayEzra PoundF. Scott FitzgeraldGertrude Stein y James Joyce. La tienda de Sylvia Beach cerró en 1941, porque la señora Beach se negó a venderle a un oficial alemán la última copia de Finnegans Wake de Joyce. La tienda de la calle de L´Odéon no se ha vuelto a abrir, llevaba el nombre de Shakespeare & Company, y no es la misma que está en la Rue de la Bôucherie, 37. Pues ésta libreria actual pertenece a George Whitman, y en un primer momento se llamó Le Mistral, pero cuando Sylvia Beach murió rebautizó la librería con el nombre de Shakespeare & Co.  en honor de Sylvia Beach (al mismo tiempo que le ponía a su hija el mismo nombre). En este artículo del mundo se explica todo muy bien.

En la Rue de l'École de Médecine se encuentra el Refectorio del Convento de los Franciscanos, en el número 15. Es el único vestigio que queda del convento, el refectorio se construyó en el siglo XIV y sus obras se concluyeron en el XVI. La planta baja albergaba el refectorio, mientras que las habitaciones de los novicios se encontraban en el primer piso, la fachada oeste conserva sus dos puertas originales. Esta calle trazada sobre una antigua vía galo romana y, que anteriormente se llamó Rue des Cordeliers, se convirtió en la Rue de l'École de Médecine durante la Revolución Francesa, cuando la Escuela de cirugía, en el número 5, y la Escuela de Medicina, en la Rue de Bôucherie, se unieron para impartir una enseñanza común en el edificio neoclásico del número 12. Construido sobre una parte del antiguo Convento de los Franciscanos, concretamente sobre el claustro.
En 1790 Dantón creó en lo que quedaba del convento el "Club de los Franciscanos" o "Club des Cordeliers" que desempeñó una función crucial durant la Revolución, pues contribuyó a derrocar la monarquía. Uno de sus miembros, Marat, famoso por su vehemencia, fue asesinado por Charlotte Corday en su vivienda mientras tomaba un baño, muy cerca de allí, en la Rue Antoine Dubois. Lo enterraron en el jardín del convento bajo un sauce llorón, estuvo ahí hasta que lo trasladaron al Panteón de Hombres Ilustres.
La escuela de medicina fue ampliada a finales del siglo XIX, desde entonces forma parte de la Universidad René-Descartes París V, conserva la antigua biblioteca y alberga el Museo de la Historia de la Medicina.



jueves, 6 de noviembre de 2014

El Faubourg Saint Germain: dos iglesias interesantes, los cafés de la posguerra y la ultima morada de Oscar Wilde,
























En el último post sobre París nos quedamos cruzando el Pont Neuf, pero ir con cuidado pues cerca del puente murió atropellado Pierre Curie por un coche de caballos, concretamente en la Rue Dauphine, eran sobre las dos y media de la tarde del 19 de abril de 1906, Pierre se despidió de los profesores con los que había almorzado. Era un día lluvioso y se dispuso a atravesar la calle Dauphine pasando por detrás de un coche de caballos. Iba tan ensimismado en sus pensamientos, como era habitual, que no vio un pesado carro tirado por un caballo que  avanzaba a gran velocidad y se interpuso en su camino, sorprendido trató de asirse al arnés del caballo que se encabritó; los pies del pobre Pierre se resbalaron sobre el pavimento mojado y el enorme carro, que pesaba más de 6 toneladas le pasó por encima. Ahora no hay coches ni carros tirados por caballos, ahora con el tráfico que suele haber en la ciudad aún puede ser peor, y no es por criticar a los conductores franceses, que no lo hacen tan mal respecto a países como Italia, Portugal o incluso España.
Estamos en uno de los barrios más agradables para pasear, estamos en Saint Germain-des-Prés en el distrito 6º de París, barrio que fue creciendo alrededor de la antigua iglesia y abadía de la que lleva el nombre.

"Abbey and Foire Saint-Germain - detail 1615 Mérian map of Paris" by Matthäus Merian (1593–1650), painter, copper engraver - Detail of File:Plan de Mérian.jpg. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Abbey_and_Foire_Saint-Germain_-_detail_1615_M%C3%A9rian_map_of_Paris.jpg#/media/File:Abbey_and_Foire_Saint-Germain_-_detail_1615_M%C3%A9rian_map_of_Paris.jpg
La Abadía fue fundada por el rey Merovingio Childeberto I  (hijo de Clodoveo, primer rey Franco) a raíz de unos souvenirs religiosos que se trajo de una expedición contra los Visigodos en la Península Ibérica. El hombre se trajo de Zaragoza la túnica de San Vicente, una cruz de oro y piedras preciosas de Toledo y un par de jarrones que se creía que habían pertenecido a Salomón. En esas que el obispo de París, que en aquellos momentos era Saint Germain, le recomendó guardarlas en un lugar santo y se decidieron por construir una iglesia para albergar las reliquias y un monasterio al lado de la misma. Está considerado como el edificio religioso de mayor antigüedad de París, y aloja las tumbas del mismo Childeberto y de Saint Germain. Después de la muerte del obispo, la multitud se agolpaba alrededor de su tumba, pues se corrió la voz de que el santo hacía milagros. La sepultura, situada originariamente en una pequeña capilla, no podía albergar a tanto visitante, entonces se decidió trasladarlo al corazón de la basílica, en el curso de una ceremonia religiosa presidida por Pipino el Breve y su hijo Carlomagno. Desde el siglo IX ya se la empezó a conocer como Saint Germain-de-Prés.

"Abbaye de Saint-Germain-des-Prés 140131 1" by DXR - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Abbaye_de_Saint-Germain-des-Pr%C3%A9s_140131_1.jpg#/media/File:Abbaye_de_Saint-Germain-des-Pr%C3%A9s_140131_1.jpg
Como lugar de sepultura de los reyes merovingios y sede de la gran orden benedictina, se convirtió en un estado en miniatura por derecho propio. Poseía 17,000 Ha. de tierras, con edificios fortificados por torres y un foso alimentado por las aguas del Sena.  El monasterio recibió el nombre de St. Germain-le-Doré (a modo de chascarrillo) por el esplendor de su basílica, construida con mármoles preciosos, sus murallas de ocre, sus suelos de mosaicos y su tejado cubierto de bronce dorado que refulgía bajo el sol.  El conjunto de edificios estaba situado en las afueras de la ciudad, y poco a poco se convirtió en una poderosa abadía benedictina. A pesar de que en el siglo IX los vikingos la quemaron, y los normandos también, se reconstruyó en el año 1000 por el Abad Morard, y el Papa Alejandro III la mandó ampliar en 1163.
En el siglo XI, cuando se levantó la torre cuadrangular y fortificada, y que aún podemos admirar, la zona estaba rodeada de un extenso prado, fuera de los límites de París y separada de la vida en la ciudad. El único punto de unión con la Rive Droite (la orilla derecha del río) era un transbordador (bac) que se tomaba en la Rue du Bac. Así fue hasta el siglo XVII, cuando Luís XIV empezó a ampliar el Louvre, para ello necesitaba piedra que debía ser traída de las canteras de Denfert-Rochereau, al sur. El transbordador era un medio demasiado lento para hacer que la piedra cruzara el río, por ese motivo se decidió construir el Pont Royal, que hizo que se terminara el aislamiento de Saint Germain.
"Nave of Abbaye de Saint-Germain-des-Prés, Paris, France - Diliff" by Diliff - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Nave_of_Abbaye_de_Saint-Germain-des-Pr%C3%A9s,_Paris,_France_-_Diliff.jpg#/media/File:Nave_of_Abbaye_de_Saint-Germain-des-Pr%C3%A9s,_Paris,_France_-_Diliff.jpg
Durante la Revolución Francesa se transformó en prisión, un suplicio para los doscientos parisinos que se mataron allí. La Abadía se disolvió y sólo quedó la iglesia y el palacio abacial. Poco después fue un almacén de pólvora y municiones a consecuencia de ello y debido a una explosión, el claustro quedó destruido, y no acabó aquí la cosa pues en 1794 se desató un incendio que destruyó sus armaduras y buena parte de sus tesoros, entre ellos su famosa biblioteca teológica. Ya en el siglo XIX, se decide restaurarla y darle su apariencia actual, lo arquitectos fueron Godde y Baltard. Actualmente sólo se conserva una de las tres torres originales, y el interior de la iglesia muestra una interesante mezcla de estilos arquitectónicos en los que hay columnas de mármol del siglo VI, una bóveda gótica y unos cuantos arcos románicos. Ah! se me olvidaba, en una de las esquinas se encuentra un pequeño dibujo de una cabeza de mujer, es un homenaje a Guillaume Apollinaire, y lo hizo Pablo Picasso.

Aquí esta enterrado el filósofo del siglo XVII René Descartes. Durante el reinado de Luís XV la aristocracia regresó a la ciudad, con el anterior rey se habían trasladado a Versailles, y eligieron la llanura que había en lo que hoy es el Hôtel des Invalides para establecerse, por aquella época era un gran prado sobre el que se fueron construyendo jardines, edificios, calles y plazas. De esta transformación surgió el actual "faubourg St-Germain" (el suburbio de Saint Germain). La iglesia también a dado nombre al Boulevard y a la Plaza donde se hallan los cafés de gran prestigio.
Estos cafés son muy famosos, aunque hay que decir que el primer café de la ciudad no es ninguno de ellos, ya que el primer local donde se puso a la venta café data del siglo XVII, en 1672 el armenio Pascal instaló en la feria de Saint Germain el primer despacho de café. Pronto su compatriota Maliban, abrió otro tres años más tarde, en el número 28 de la rue de Buci, éste si que es el primer establecimiento que se conoce de un inmueble parisino, puesto que el de Pascal era una pintoresca barraca de feria. En 1686, un tal Francesco Procopio del Coltelli que se titulaba como "un gentil hombre de Palermo", instala su café, el Procope, y al que todavía podemos acudir para tomar un buen café.

Por Croquant (Trabajo propio) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) undefined GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], undefined
El Procope ahora es un restaurante, pero en un principio era un café con ambición, elegante y confortable donde se admitían aristócratas, intelectuales, comediantes, cortesanas, militares y un largo etcétera de personajes diversos. Aquí nació la Enciclopedia, de una larga conversación entre Diderot y D'Alembert. Aquí también estuvo Beaumarchais, la noche del 27 de abril de 1784 bebiendo café mientras esperaba el resultado de la primera representación de "Las Bodas de Fígaro", fue un éxito total, aunque le valió tres meses de prisión. Danton, Marat, Camille Desmoulins, e incluso Robespierre eran asiduos clientes, de aquí partieron las consignas de los sucesivos ataques a las Tullerías del 20 de junio y del 10 de Agosto de 1792. Años más tarde por aquí también pasaron los románticos Victor Hugo, Théophile Gautier, George Sand, Alejandro Dumas y tantos otros...
En los años 20 Saint Germain-des-Prés atraía a las gentes de las artes y las letras de la orilla izquierda, que hasta ese momento eran asiduos de Montmartre. La Guerra frena este movimiento, pero sigue acogiendo a diferentes autores y artistas.
La zona de Saint Germain fue clave hacia finales de la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial. Entre las callejuelas que van desde el Sena a los Bulevares de la zona, pequeños grupos de la resistencia tendían emboscadas a las patrullas alemanas. Toda la ciudad se preparó para la guerra, en las imprentas clandestinas se imprimían millares de folletos y pasquines, en los cuales se podían encontrar curiosas recetas para fabricar botellas incendiarias o levantar barricadas. Las farmacias con sus frascos de clorato de potasa se convirtieron en arsenales. Los estudiantes de medicina y algunos socorristas de la Cruz Roja instalaron clínicas clandestinas en apartamentos y almacenes. En los mercados se requisaron las viandas que se repartían entre los restaurantes populares. Todo ciudadano quedaba inscrito en uno de aquellos restaurantes comunitarios y tenían derecho a un sólo plato, un tazón de "sopa popular".  Hay que decir que eso fue al final de la guerra, cuando la cosa ya estaba casi decidida, no hay que olvidar (a pesar de que a muchos franceses les pese) que hubo cierto colaboracionismo y "laisser faire" con las tropas invasoras, vamos que no todos eran Resistentes, tal y como quieren hacernos creer..
La fama literaria del barrio se forjó y se consolidó tras la guerra. Era el punto de encuentro de escritores, artistas e   intelectuales, de entre los que destacan Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, y que se reunían en las bodegas (Le Tabou, Le Lorientais) de los clubs, o escuchaban jazz en las terrazas de los famosos cafés de la zona, como Les Deux Magots, el Café de Flore, el Bonaparte la Brasserie Lipp y otros tantos. En la misma época, galerías de arte y anticuarios, tiendas de decoración, junto con editores y libreros hicieron de este quartier el alma de la margen izquierda de la ciudad.
La arteria principal de esta orilla del río atraviesa tres distritos, va desde la île St-Louis hasta el Palais Bourbon. Gracias al Barón Haussman su arquitectura es homogénea, aunque abarca una amplia gama de diferentes estilo, pasando del bohemio al burgués. La zona más animada es donde están los famosos cafés. Si lo que queremos es pasear con tranquilidad, viendo antigüedades, nuestro lugar será el Quai de Voltaire sede de algunas galerías de anticuarios más importantes de París. En esta parte del río han vivido muchos famosos en las preciosas casas del siglo XVIII, entre ellos Voltaire, que vivió en el número 27. En el número 19 vivió Oscar Wilde, y también Jean Sibelius.

« Hôtel des Monnaies (Paris) 19th century » par Unattributed — Bibliothèque nationale de France. Sous licence Domaine public via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:H%C3%B4tel_des_Monnaies_(Paris)_19th_century.jpg#/media/File:H%C3%B4tel_des_Monnaies_(Paris)_19th_century.jpg
Tomando el Quai de Conti llegaremos al Hôtel de la Monnaie (la Casa de la Moneda), este edificio, obra de Jacques-Denis Antoine, nace de la prisa que tenían por construir una fábrica de monedas y medallas dentro de un palacio, como símbolo de la opulencia nacional. Al hombre le gustó tanto la obra que había hecho, que no consiguieron que se fuera de ella hasta que murió. Bajo la tutela del ministerio de economía la administración de monedas y medallas supervisa las emisiones monetarias francesas y asegura la fabricación de moneda de curso legal. Cerquita está el Instituto de Francia. Creado por la Convención, a finales del siglo XVIII, este instituto agrupa 5 academias; la Academia de Francia, fundada por el Cardenal Richelieu en 1635 es la más famosa; la Academia de Bellas Letras (1663), la Academia de Ciencias (1666),  la Academia de Bellas Artes, fundada por Colbert y la Academia de Ciencias Morales y Políticas (1795). Desde 1805 tiene su sede en el Colegio de las Cuatro Naciones, fundado por deseo del Cardenal Mazarino, y construido según proyecto del general Le Vau, que era primer arquitecto de Luís XIV, a quien se le debe la idea de situar el edificio a orillas del Sena, mirando al Louvre. El edificio se destinó a acoger a los jóvenes más brillantes de las provincias, en el pabellón este está la Biblioteca Mazarino, la primera biblioteca pública francesa, cuyo magnífico artesonado es el único testimonio de las bibliotecas eclesiásticas y laicas del París anterior a la Revolución. La función del instituto es el mecenazgo y la promoción de las letras, las ciencias y las artes, convirtiéndose en el símbolo de la tradición francesa.
Si seguimos el río por el mismo Quai hasta llegar a la Rue Bonaparte, podremos ver la Escuela de Bellas Artes. El conjunto de la escuela se repartió entre los restos del convento de los Pequeños Agustinos (desde 1806), en el lugar del palacio construido por la Reina Margot a comienzos del siglo XVII. Situado en la misma Rue Bonaparte, en el número 14. La iglesia alberga un museo de molduras renacentistas, las réplicas de las obras de Miguel Ángel se concentran en la capilla de Lovanges, bajo la bóveda más antigua de París.
"P1070501 Paris VI institut de France rwk" by Mbzt - Own work. Licensed under CC BY 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:P1070501_Paris_VI_institut_de_France_rwk.JPG#/media/File:P1070501_Paris_VI_institut_de_France_rwk.JPG
Cerca de aquí, en la Rue Beaux Arts, una calle llena de galerías de arte, nos encontramos con un hotel curioso, pues si ves su fachada no lo parece, es muy sencilla. Sólo hay dos placas que nos deben llamar la atención, una corresponde a Oscar Wilde y otra a Jorge Luís Borges. El hotel actual (L'Hôtel) es un cuatro estrellas, considerado hotel boutique, con unos precios elevados, pero que cumple con las espectativas de sus clientes, además su cocina cuenta con una estrella Michelin.
Pero el gran Oscar Wilde no pudo disfrutar de estos lujos, pues en el año en el que él estuvo alojado y también donde murió, no era ni mucho menos así. Cuando Oscar Wilde abandonó Inglaterra tras pasar un tiempo en la cárcel, se exilió en París. En 1899 se alojó en un hotel del barrio de la Ópera, el Hôtel Louvre Marsollier (tal y como promocionan en su página web) si que vivió en este hotel, pero por poco tiempo pues el propietario de aquel momento decidió echarlo a la calle y se quedó con las pocas pertenencias que tenía, para cubrir la deuda de 100 F.F. que tenía el autor. El director no tuvo visión de futuro, tal y como hizo Jean Dupoirier dueño del hotel D'Alsace, un hotelito (más bien hotelucho) situado en la Rue des Baux Arts, número 13. (no lo confundáis con el hotel Alsace, un hotel actual que lleva el mismo nombre, pero que está situado en otra zona de la ciudad cerca del Boulevard Magenta, y cuyas críticas en Trip Advisor nos puede dar a entender como se sentía Wilde...) El propietario acogió a Wilde, le ayudó a pagar sus deudas, le prestó algo de dinero e incluso le compró una corona para su entierro. El hotel era un cuchitril, pero le ofrecieron una habitación en la primera planta, la número 16, que daba a un patio. Tenía una mesa coja, un sofá ajado y una cama que era demasiado corta para la estatura de O. Wilde, el papel de la pared era tan horrible, que el moribundo le comentó a su amigo Reginald Turner que le estaba velando: "me está matando, uno de los dos tenía que marcharse...".  Si queréis rendirle homenaje a este gran autor, debéis acudir al cementerio de Pére Lachaise, allí está enterrado. Lo trasladaron allí en 1909, diez años después de su muerte, ya que el primer cementerio en el que fue enterrado era el cementerio de pobres de Bagneux.

Siguiendo por la Rue Bonaparte llegaremos a la Place St. Sulpice, allí nos encontramos la Église de Saint Sulpice, tras nacer como una modesta iglesia medieval dedicada a San Sulpicio, arzobispo de Bourges erigida sobre un antiguo templo romanico del siglo XIII . Fue reconstruida entre 1655 y 1788 por seis arquitectos diferentes, ello no impidió que la iglesia poseyera una unidad artística, aunque se tardara 35 años en reconstruirse. Jean-Nicholas Servandoni, pintor y arquitecto decorador, apasionado de la piedra, construye en 1733 una fachada (inacabada) austera y monumental donde se superponen los órdenes dórico y jónico, para una iglesia de estilo jesuita. Las proporciones, la amplitud y la luminosidad de esta auténtica catedral resultan sorprendentes. Tiene planta de iglesia gótica, la torre norte ha sido recientemente restaurada, pero para ello en lugar de hacerlo in situ, se decidió trasladar las 4 estatuas de los evngelistas (cad una pesa 20 toneladas) junto con numerosas piedras de caliza blanca en 22 camiones hacia Normandía para que fueran restauradas en los talleres de los mejores restauradores normandos. La segunda torre, como se puede ver en la foto está sin terminar.

            
Las dos pilas bautismales en forma de conchas gigantes fueron cinceladas por Pigalle. Destaca el coro y el artesonado de la sacristía. A la derecha de la puerta principal está la capilla de los Santísimos Ángeles decorada con tres frescos de Delacroix, también alberga un órgano de 6,588 tubos, uno de los más grandes del mundo. Esta iglesia tiene como curiosidad la "Línea del Meridiano", que va desde una plaza encajada en el suelo del crucero sur, hasta un obelisco de mármol en el crucero norte. La luz del sol cuando penetra por una ventana del crucero sur, incide sobre la linea en diferentes puntos y señala los equinoccios y los solsticios. Se le conoce como gnomon. Nada tiene que ver con lo que explica Dan Brown en el Código Da Vinci, lo de la Rose Line es pura ficción, y más si tenemos en cuenta que el verdadero meridiano de París pasa a 100 metros al este de la iglesia, por el Boulevard St. Germain, creo que hay un medallón en el suelo entre los números 152 y 154. Durante la Revolución Francesa la convirtieron en un templo dedicado a la Razón y luego a la Victoria, en el Gnomon estaba escrito el nombre del rey y de los ministros y los borraron, como se ve en la foto. 
En noviembre de 1799 esta iglesia fue el escenario donde se celebró un suntuoso banquete en Honor de Napoleón.