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miércoles, 25 de junio de 2014

La Isola Tiberina y el Ghetto judío de Roma

 

Si estáis un poco cansados de tanta belleza, tanto monumento y tanta gente un buen sitio para escaparse, es a orillas del río Tiber, aunque no lo parezca hay un lugar que parece desconectado del mundo, es la Isla Tiberina, en medio del río, con apenas 270 metros de largo por unos 67 de ancho, es un lugar de paz para los romanos. En verano, en las orillas de la isla con el río se sitúan bares, restaurantes, un pequeño mercado y hasta un cine de verano. Es un sitio ideal para salir de noche y tomar una copa en un entorno maravilloso.
Aunque hace muchísimos siglos, esta isla estaba considerada como maldita, a la que solo iban los condenados, todo cambió, según narra una leyenda,  La Isola Tiberina  se habría formado de una manera un tanto peculiar: los ciudadanos romanos, tras haber exiliado al Rey Tarquinio el Superbio, para demostrar su odio hacia él lanzaron todo su grano y ganancias al Tíber y al acumularse el barro depositado en los objetos, se empezó a formar la Isla.
En realidad es un bloque compacto de toba, parecido al de la cercana colina del Capitolio, constituye el elemento geológico sobre cuya base se ha sedimentado la arena y todo el material arrastrado por la corriente del río.
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Otra  antigua tradición explica la conexión que siempre ha existido entre esta isla y  la actividad de asistencia a los enfermos,  que ayuda a comprender el significado de una de las denominaciones que la identifican: la nave de piedra. En el año 291 a.C. la ciudad de Roma había sido víctima de una plaga de peste que se había cobrado muchísimas víctimas y los sacerdotes, tras haber consultado los textos sibilinos, enviaron una delegación hasta Epidauro, lugar de culto de Esculapio, dios de la Medicina. Los embajadores regresaron a Roma trayendo en la nave una serpiente, animal protegido por el mencionado dios.  En las cercanías de la Isla Tiberina, según narra Ovidio en sus “Metamorfosis”, la serpiente saltó de la nave y en el lugar donde se refugió se erigió un templo al dios Esculapio. La isla, de hecho, parece una nave, además los romanos para evitar la erosión de la isla, contribuyeron a darle forma de barco, y para más inri le colocaron en el centro de la misma un obelisco como mástil, hecho que contribuía a aumentar el efecto de nave. La serpiente, símbolo de la medicina, fue colocada en el fregio del templo dedicado a Esculapio. Este fue el primer edificio importante de la isla, pasando a ser luego el actual hospital de San Giovanni di Dio.
 http://www.settemuse.it/viaggi_italia_lazio/RM_roma_citta/foto_roma_076_san_bartolomeo_all_isola_tiberina.jpgSobre las ruinas del templo se construyó más tarde la iglesia de San Bartolomé en la Isola, cuenta con un campanario románico del siglo XII, en las escaleras del transepto hay un pozo, y está considerado como uno de los tesoros de la iglesia. En la Capilla de los Orsini, además de los bellos frescos que podemos contemplar, en la pared de la izquierda hay una bala de cañón, de unos 14 cm de diámetro, recuerdo del asedio francés de 1849. No hubo heridos y eso se consideró un milagro, y decidieron dejarla encastada en el muro.

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En 1582 los frailes españoles de la Iglesia de San Juan Calibita construyeron su hospital en la isla, el mismo que aún sigue funcionando y que debe su nombre de “Fatebenefratelli” (haced-el-bien-hermanos) a la plegaria que los religiosos murmuraban cuando salían al anochecer para pedir limosnas. Es famoso por las curas odontológicas y de la cavidad oral, admirable fue el hallazgo de la caja con más de 2.000.000 (dos millones) de dientes que el fraile Giovanni Battista Orsenigo extrajo a sus pacientes sin utilizar tenazas, más bien a manos vacías para no infundirles temor.
La isla fue consagrada a la medicina en el 62 a.C. y está unida a las orillas del Tíber con el "Ponte Fabricio" y el "Ponte Cestio". Desde la "popa", además, se pueden admirar todavía los restos de otro puente que unía la Urbe con el Trastevere, el "Pons Aemilius", actualmente conocido como "Ponte Rotto".
El puente Cestio toma su nombre de Lucio Cestio, hermano de Caio -el que hizo construir la Pirámide Cestia destinada a ser su tumba- y fue construido entorno al 46 a.C. cuando César parte para su campaña en España. Fue reconstruido en el 370 d.C. por Simmaco, Prefecto de Roma, con materiales provenientes del Teatro de Marcello  y sucesivamente por Graziano que lo rebautizó según dice la inscripción: "pontem felicis nominis Gratiani". En 1193, según nos cuenta el epígrafe del parapeto izquierdo, fue restaurado por "Benedetto sommo senatore dell’alma Urbe".  En 1892 se concluyó el puente actual dándole su primitivo nombre.
El puente Fabricio toma su nombre del supervisor de las vías L.Fabricio que en el 62 a.C. decidió su construcción en sustitución del puente de madera que existía desde el 192 a.C.  Tiene una inscripción en la que se lee  "probaverunt" (me gustó), colocada sobre el arco que se apoya en la orilla izquierda del río, nos indica que en el 21 a.C. los cónsules Marco Lollio y Quinto Lepido aseguraron su solidez. Un dato curioso de la administración romana: los encargados de la construcción de un puente tenían que garantizar durante 40 años la solidez de su obra y sólo tras este período de tiempo podían recuperar el depósito cautelar que habían entregado. El hecho de que el puente haya sobrevivido hasta nuestros días demuestra la eficacia de tal medida. El puente que une la isla al barrio judío (el Ghetto) está perfectamente conservado que después del Puente Milvio (II siglo a.J.C.) es el más antiguo de Roma dado que fue inaugurado por el arquitecto romano Lucio Fabricio en el 62 a.J.C. La denominación de"ponte dei quattro capi" se debe, en cambio, a la columna rematada en cuatro cabezas que se encuentra en el balaustre inicial del puente. Si queréis sabe cómo debía ser la isla en tiempos romanos: templos de la isla Tiberina


Si nos dirigimos por el puente al barrio Judío de Roma, la verdad es que en los primeros siglos de la Edad Media, los judíos romanos no tenían problemas de convivencia con la población cristiana local, su actividad principal era el comercio. Pero los tiempos difíciles llegaron a finales del Renacimiento, cuando la Iglesia de Roma, después del cisma protestante y el posterior del Consejo de Trento, agrió su actitud hacia la población no cristiana. Así que el papa de turno decidió que tenían que agruparlos en un mismo lugar, y donde por casi 315 años fueron obligados a vivir todos los judíos de la ciudad, y todo por la bula papal de 1555 "Cum nimis absurdum", del papa Pablo IV Carafa, que consideraba que era absurdo que se pudieran considerar iguales a los católicos y que pudieran vivir en la misma ciudad. El barrio judío fue desarrollándose de una forma insana, no era un barrio higiénico y primaba la oscuridad.   Muy poco espacio para tanta gente, eran 3000 judíos los que vivían en Roma por aquel entonces,  que tenían que convivir en 3 hectáreas. De ahí la estructura apiñada de las casas.  
Con esta bula el papa obligaba a los mismos judíos a pagar cada uno una parte de los trabajos necesarios para la erección de una muralla y de sus cinco puertas que así asilaban la zona entera del resto de la ciudad.
Fue establecido que cada uno estaba obligado a llevar algo de color amarillo para ser reconocido, que no podían casarse con los cristianos, que no podían hacer otro trabajo sino lo de recoger ropa usada, vender el pescado y, por ultimo, que tenían que salir por la mañana y regresar por la tarde, bajo pena de flagelación publica. 
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La comunidad durante varios siglos creció rápidamente hasta llegar a los 5000 habitantes tanto que empezaron a erigir edificios de cinco, seis pisos de altura. Las condiciones higienices eran tremendas faltando totalmente en las casas los servicios básicos.
A pesar de todo eso la comunidad orgullosa de su historia y de sus tradiciones, siguió viviendo y respetando las reglas impuestas por el Vaticano.

Las cosas cambiaron por fin solo con la llegada de las tropas de Garibaldi en el 1870, cuando al papa Pio IX fue exiliado y Roma fue nombrada capital del nuevo Reino de Italia.
A partir de ese momento se tomó la importante decisión de modificar para siempre el aspecto de “ruina” que tenia el barrio y fueron derribados muchos edificios sobre todo los que ocupaban las orillas del río y que no permitían realizar la nueva obra del “lungotevere” (altas murallas erigidas para proteger la ciudad de la desastrosas inundaciones del Tiber que enseguida fueron utilizadas también para la creaciones de grandes avenidas).
A principios del siglo XX (1904) quedó inaugurada en la nueva área, la Sinagoga más grande de Italia. Construida entre los años 1901 y 1904, puede presumir de ser un edificio único. Diseñado bajo la corriente del eclecticismo por parte de Vincenzo Costa y Osvaldo Armanni, su cúpula se hace visible desde cualquier punto panorámico de la ciudad, formando parte del particular skyline de la capital italiana. En la actualidad, además de ser lugar de culto, alberga en su interior el Museo del Judaísmo. Para mas información acerca del museo, horarios de visita, historia, etc, está disponible la página web www.museoebraico.roma.it (en italiano, ingles y hebreo). 
Durante la Segunda Guerra Mundial, los judíos romanos soportaron la tremenda humillación de ser deportados a los campos de concentración nazis, de los 2091 que fueron deportados, tan sólo regresaron 16. En el suelo de muchas de las puertas de las casas del barrio, se pueden ver unas placas cuadradas doradas con el nombre de las personas que se llevaron de cada casa hacia el campo de concentración. Pone los pelos de punta.
En abril de 1986, concretamente un día 13, un importante hecho histórico cambió para siempre las relaciones entre los hebreos y el Vaticano, y fue la visita que hizo el papa Juan Pablo II a la Sinagoga. Era la primera vez que un papa entraba en el templo, y fue también la primera vez que en su discurso pidió perdón por todos los sufrimientos que sus predecesores habían provocado a esta comunidad.
Si bien es verdad que una buena parte del Ghetto ha desaparecido  hay que decir que afortunadamente, para los aficionados a las cosas “viejas” o “abandonadas”, quedan todavía intactos muchos rincones maravillosos pertenecientes a épocas muy remotas, que están perfectamente escondidas entre las callejuelas (vicoli), las plazas, las iglesias y, claro, los edificios romanos de este barrio.

Es increíble que a tan solos pocos minutos de camino de la Plaza Venecia, con todo su trafico y ruido, aquí se pueda pasear en total silencio, descubrir casas medievales, y la hermosa Fontana delle Tartarughe, o lo que es lo mismo, la Fuente de las Tortugas. Una fuente cuyo origen se remonta a finales del 1500, basada en un proyecto de Giacomo della Porta y realizada por Taddeo Landini, pero que debe su nombre y aspecto final a las tortugas que se añadieron a mediados del 1600 obra de Gian Lorenzo Bernini
Fue construida en 1581 bajo proyecto de Giacomo della Porta y los trabajos fueron dirigidos por el escultor Taddeo Landini.
Las tortugas que los efebos parecen empujar para abrevar en la bañera superior, y que dan el nombre a la fuente, fueron añadidas en una restauración de 1658 por voluntad del Papa Alejandro VII y son atribuidas a Gian Lorenzo Bernini.
En la misma podemos observar como cuatro efebos, apoyados sobre sendos delfines intentan ayudar a las tortugas a llegar al cuenco superior de la fuente. No es seguramente la mas espectacular de Roma, pero está considerada como una de las mas bonitas y merece la pena acercarse a observarla. Lastima que el entorno la haga pasar un tanto desapercibida. Si es posible hay que entrar en varios patios donde el tiempo parece que se ha parado (no dejéis de ver el del Palacio Mattei), admirar algunas tiendas judías y probar los dulces y sus celebres platos como las típicas "alcachofas a la judía".

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Otro de los lugares de visita obligada que encontramos en el Ghetto, es sin duda el Teatro di Marcello. De apariencia similar, aunque con evidentes diferencias con el Coliseo (entre ellas su tamaño), el Teatro di Marcello mantiene en pie su vieja estructura siendo su historia la que nos hace darnos cuenta de la grandeza del mismo. Y es que a pesar de ser el Coliseo uno de los mayores atractivos de la ciudad, el Teatro di Marcello tiene el honor de ser el mas antiguo de los dos, siendo sus obras acabadas en el siglo 11 a.C. Su nombre lo debe a Marco Claudio Marcelo, sobrino del emperador Augusto, a quien éste dedicó el teatro tras su muerte prematura en el 23 a. C. En la actualidad, el teatro se mantiene activo gracias a los conciertos que se programan dentro del mismo, así como a las visitas guiadas que se pueden realizar para conocer el interior.
Es algo mágico por ejemplo perderse en toda la parte trasera de las impresionantes ruinas del Portico d’Ottavia. Construido en el Siglo II a.C. y restaurado en el año 191 d.C. en honor  a Octavia (hermana de Augusto), fue utilizado durante la Edad Media como mercado de pescado (el Forum Piscium), levantando además una iglesia conocida como Sant’Angelo in Pescheria a su lado. Cuenta la leyenda que entre las ruinas del pórtico sigue presente el espíritu de Berenice de Cilicia, hija de Herodes Agripa I, Rey de los judíos. Cierto o no, la realidad es que el lugar parece sagrado.

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Si estáis agobiados por el “sole romano”, que cuando cae, lo hace sin piedad. Podréis tomar para remediarlo, mientras vais paseando, un GRATTA CHECCA inventado por el general Quinto Fabio Maximo y adorado por Neron, consta de granizado con sirope de fruta y pináculo de fruta fresca en la inigualable SORA MIRELLA. Pero no es la única, en este artículo podéis ver las 10 mejores de la ciudad.

sábado, 21 de junio de 2014

Madrid: de la Plaza Mayor a la Plaza de la Villa.

Plaza Mayor de Madrid | Foto de Vutheara (Flickr) 
El edificio más destacado de la Plaza Mayor de Madrid, es la Casa de la Panadería , la podéis reconocer por los frescos que hay en su fachada, es el edificio principal y más antiguo de la plaza. Se construyó en 1590, unos años antes de que se afrontara la Plaza Mayor, ocupando el lugar de un anterior edificio porticado que hacía las funciones de lonja de comercio del mercado que se había establecido en esa zona del pequeño pueblo medieval de Madrid. El nombre se debe a que en la planta baja del edificio original se situaron  una panaderías, mientras que las plantas superiores quedaron reservadas para los aposentos reales.  Proyectado por Juan de Herrera (autor del Monasterio del Escorial) arquitecto de Felipe II, aunque su construcción fue dirigida en 1590 por Diego Sillero. Durante el transcurso de los siglos, ha requerido algunas restauraciones que introdujeron ciertos cambios, siendo los más llamativos la inclusión del escudo de Carlos II en el centro de la fachada y la sustitución de los primitivos capiteles por otros de un perfil más complejo. Es de notar el profundo arraigo de este tipo de remates de pizarra, importado de Flandes en tiempos de Felipe II, y convertido en una de las  imágenes más características del paisaje madrileño.
El original edificio de cuatro alturas, con la planta baja porticada y dos torres en sus esquinas, fue destruido por un incendio en 1672, por lo que tuvo que ser totalmente reconstruido. Con posterioridad tuvo nuevas remodelaciones, la más importante en 1888.

Durante los siglos XVIII y XIX, fue en distintas épocas sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Real Academia de la Historia. Ya a finales del XIX pasó a depender del Ayuntamiento de Madrid, convirtiéndose en la segunda sede más importante del mismo.




Frente a ella está la Casa de la Carneceria ocupada actualmente por dependencias municipales.
La Casa de la Carnicería es un edificio de cuatro alturas rematado en el último piso con un ático. La planta baja es porticada, ya que está en la misma Plaza Mayor, y los laterales están coronados por torres angulares.

Desde 1616 ha sido depósito general de carnes para abastecer a mercados y tiendas de la ciudad. Su larga vida le ha otorgado distintos usos: fue Casa Consistorial y Casa de Socorro, que albergó la Comandancia General de la Milicia Nacional, Alcaldía de la Audiencia y Cuerpo de Guardia y viviendas (1896). Entre 1916 y 1922 albergó la Hemeroteca y, más recientemente, entre 1985 y 2008 la Junta Municipal del distrito Centro. Actualmente la alcaldesa del "relaxing cup of café con leche" quiere convertirla en un hotel de lujo: aquí podéis leer la noticia.
En el centro de la plaza se encuentra la estatua ecuestre de Felipe III realizada en bronce por Juan de Boloni.
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La puerta más popular de la plaza es el Arco de Cuchilleros bajando por el se llega a la zona de mesones y a la Cruz de Puerta Cerrada, una de las antiguas puertas de la antigua ciudad amurallada que separa el barrio de los Austrias, más señorial, y el más castizo de la Latina.
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Palacio de Santa Cruz
Saliendo por el lado este de la Plaza Mayor, se encuentra uno en la Plaza de la Provincia el Palacio de Santa Cruz que es el actual ministerio de asuntos exteriores. Este edificio fue construido como sede de los tribunales en 1629, según un proyecto de Juan Gómez de Mora, en el estilo más característico del Madrid de los Austrias. Cuenta con dos hermosos patios de aire italiano, el ángel que corona el cuerpo central de la fachada es obra de Antonio Herrera Barnuevo.
 



De vuelta a la Plaza mayor, tomaremos camino por la calle de Ciudad Rodrigo para salir a la Plaza de San Miguel, donde se encuentra el Mercado de San Miguel, un antiguo mercado construido en hierro forjado, y que actualmente es un lugar de tapeo para turistas. Este mercado se alza en el solar de la antigua iglesia de San Miguel de los Octoes, que fue demolida por decreto de José Bonaparte en 1809 y a instancias de Juan de Villanueva, que la consideraba "nada o poco decorosa". Ese mismo año la plaza se usaba como lonja de pescado, llegó a crecer tanto los comerciantes que en ella se instalaban, que para acabar con el caos que se producía, en 1835 se encargó a Joaquín Henri la construcción de un mercado cubierto, pero cuyo techo no se acabó hasta 1915 (¿sería para airear el ambiente del olor a pescado?...)
Si seguimos por la Calle Mayor hasta la Plaza de la Villa, fue uno de los principales núcleos del Madrid medieval, dada su ubicación equidistante entre la puerta de Guadalajara y la de la Vega, dos de los accesos más importantes de la ciudad durante la Edad Media. En el siglo XV, la Plaza de la Villa adoptó su actual denominación, coincidiendo con la otorgación del título de Noble y Leal Villa recibido por Madrid, de manos del rey Enrique IV de Castilla (1425-1474). nos topamos de frente con la Casa de la Villa el proyecto de un edificio destinado a los regidores d la villa de Madrid fue redactado en 1630 por Juan Gómez de Mora, pero las dificultades económicas prolongaron las obras hasta 1695, de manera que en ella intervinieron otros arquitectos y su autor no llegara a ver la obra terminada. El granito, el ladrillo, los chapiteles de pizarra y los elementos clasicistas de su fachada hacen del ayuntamiento un auténtico manifiesto, de lo que con el tiempo, llegaría a definirse como el estilo madrileño. Ocupa el antiguo solar de las casas del Marqués del Valle, D. Juan de Acuña, donde habitaba el Duque de Osuna D. Pedro Girón (1574-1624), cuando en el Jueves Santo de 1621 fue hecho preso por orden del rey.


"ACasa de la Villa, Madrid" by Tamorlan - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:ACasa_de_la_Villa,_Madrid.JPG#/media/File:ACasa_de_la_Villa,_Madrid.JPG
En 1771 y 1787 Juan de Villanueva -el arquitecto de Carlos III- añadió la columnata y el balcón que da sobre la calle Mayor, con el fin de dotar a la Casa Real de un palco para presenciar las procesiones de Corpus. En sus dependencias estaba la Casa Consistorial y la Cárcel de la Villa. El interior presenta una decoración exquisita compuesta por tapices del siglo XVII, estatuas de mármol, cuadros, lámparas... La estancia más interesante es el Salón de Goya, cubierto con un techo de espejo pintado al fresco, conserva el cuadro "Alegoría de la Villa de Madrid" de Francisco de Goya, y que sufrió numerosos retoques. Después está el Salón de Sesiones, con un techo pintado del siglo XVII y el Salón de los Cristales, del siglo XVIII, y que era el antiguo patio de luces del edificio y que alberga una bella cristalera policromada en el techo.   
Hablemos un poco de este arquitecto, nacido en 1739, Juan de Villanueva, hijo de escultor y hermano de arquitecto, muy pronto demostró sus dotes artísticas. Con 11 años ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Pocos podían pensar entonces que de la cabeza de ese todavía niño saldrían los proyectos que transformarían en buena parte la Villa y Corte.
Tras culminar su formación en Roma y en el sur de España, Juan de Villanueva empezó a llevar a cabo sus primeras obras, en El Escorial. No obstante la dimensión de su trabajo y el aspecto de Madrid sufren un giro radical cuando en 1777 Carlos III decide nombrarlo Arquitecto del Príncipe y de los Infantes, momento en el que empieza a trabajar, casi en exclusiva, para la Casa Real. 
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El edificio más antiguo es el conjunto formado por la Torre y Casa de los Lujanes, edificaciones del siglo XV y que están consideradas como las más antiguas, de carácter civil, que se conservan en Madrid. Perteneció a la familia de los Lujanes, ricos comerciantes de origen aragonés. Siguiendo nuestro recorrido visual, encontramos a la derecha de la anterior el siguiente edificio en antigüedad: La Casa de Cisneros la reconoceréis porque está unida a la Casa de la Villa por un puente veneciano, construido durante la última restauración, en 1915, sobre la calle de Madrid, fue construida en 1537, por el sobrino del Cardenal Cisneros, pero el cardenal no pudo disfrutar de ella, pues murió 20 años antes de su construcción. La fachada principal da a la calle del Sacramento, la parte posterior es la que da a la Plaza de la Villa, y actualmente es su acceso al interior, esta parte es más moderna y se construyó sobre la zona de los corrales, cocheras y cuadras. Se construyó en estilo plateresco (es uno de los pocos edificios que quedan de ese estilo en Madrid). De esta casa se escapó Antonio Pérez la noche del 18 de marzo de 1590 para emprender la huida que le llevaría fuera de España. Este importante personaje del reinado de Felipe II, poseedor en su papel de secretario del rey de grandes secretos de estado, entre los que figuraba el asesinato de Escobedo (secretario de Juan de Austria), -encargado por el propio Antonio Pérez-, cayó en desgracia ante el rey, posiblemente temeroso que se descubriera que él había dado el visto bueno a dicho asesinato. Fue detenido acusado de corrupción en un principio, pero, tras un larguísimo proceso de enjuiciamiento que se prolongó once años, fue finalmente condenado y le añadieron a su acusación, la de asesinato. Corría el año 1589. Fue encarcelado en la Casa de Cisneros y sometido allí a tortura, pero sorprendentemente logró huir con la valiosa ayuda de su mujer quien, en una de sus visitas, intercambió con él sus ropas de forma que este, vestido de mujer logró salir del edificio sin que sus carceleros se percatasen, huyendo de Madrid y refugiándose el 19 de abril de 1590 en Aragón, donde al ser hijo de aragoneses se encontraría protegido por los fueros especiales de aquel antiguo reino. Importantes enfrentamientos le harán posteriormente huir a Francia e Inglaterra donde ayudará a fomentar en gran medida la famosa leyenda negra española, pero eso, es ya otra historia. Aquí estuvieron las dependencias del Consejo de Guerra en el siglo XVIII, en ese siglo también fue residencia del conde de Campomanes. 
En 1845 se divide en viviendas separadas, y en una de ellas nació el Conde de Romanones, vivió y murió el general Narváez, el "espadón de Loja", que tanto sostuvo el trono de doña Isabel. 

Para ver más fotos e información ojead este blog  las fotos son geniales.



jueves, 19 de junio de 2014

De regreso a la île-de-la-Cité: hay más por visitar la Conciergerie, el Palacio de Justicia, la Sainte Chapelle...


Al otro lado del Parvis de Nôtre-Dame encontramos el Hôtel-Dieu, un antiguo hospital con cierto parecido a un cuartel, construido entre 1868 y 1878, en un antiguo convento, cuyos cimientos databan del siglo VII y donde las monjas cuidaban a pobres y enfermos. Fue construido a raíz de una epidemia declarada en la Cité, estaba tan abarrotado que se decía que en cada cama había un enfermo, un moribundo y un muerto. Es uno de los hospitales más antiguos de toda Europa. En la actualidad aún funciona como hospital público. Si rodeamos la isla por el Quai de la Corse, entre el Pont-au-Change y el Pont Saint-Michel, encontramos el Palacio de Justicia. Ocupando toda la parte occidental de la isla.

http://static.panoramio.com/photos/large/41923379.jpg En tiempos romanos había ya un palacio, más tarde el lugar fue ocupado por una magnífica residencia real durante el reinado de los Capetos, durante ese periodo era cuando lucía su máximo esplendor. Sería Felipe el Hermoso el que lo mandase ampliar para que acogiera la administración y el departamento judicial, poco después se convertiría, en el siglo XIV, en la sede del Parlamento. ¡Fue aquí donde Luis XIV proclamó "l'état c'est moi!". A partir del siglo XVI albergó el Parlement, cuyo referendo era necesario para que los decretos reales tuviesen fuerza de ley. La Revolución Francesa se encargó de anular al rey  y al "parlamento", pues todos sus miembros pasaron por el patíbulo. Desde la Revolución ha sido ocupado por los tribunales civiles y criminales.
El palacio es un verdadero laberinto, en el que 30 o 40 km de corredores subterráneos, unen celdas con los despachos de los jueces y a los tribunales, permitiendo que los acusados comparezcan ante el juez sin cruzarse jamás con el público. Pero no siempre ha sido así, pues durante la Revolución si había público, y solían ser mujeres, las "tricoteuses", que no dejaban de tejer mientras disfrutaban de los numerosos juicios que se celebraban. El acceso al palacio es por el "Cour de Mai" (patio de Mayo), tras la esplendida reja del siglo XVIII, este patio precede a los sombríos edificios reconstruidos tras el incendio de 1775. El nombre del patio viene dado por el árbol que cada primero de mayo plantaban en el los pasantes de la Baroche, estudiantes de derecho. Hay que destacar el vestíbulo o Salle des pas perdus (la sala de los pasos perdidos), que era antiguamente el gran vestíbulo del palacio, un antiguo salón gótico construido por Felipe el Hermoso y que fue destruido dos veces por el fuego. Una tortuga ilustra bajo el pie derecho, la lentitud de la justicia.
Todo el mundo se queda parado delante de la verja del Palacio de Justicia, pues es la que nos lleva a una joya escondida del gótico;: La Sainte Chapelle.
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Bóveda interior
Pero la parte trasera del palacio de justicia, la que da a la Place Dauphine, es también muy bonita. Con una escalera monumental que quiere dar a entender simbólicamente de que la justicia está al alcance de todos. Las esculturas representadas en la fachada son en bajo relieve, y representan la Justicia, la Fuerza, la Prudencia, la Verdad, la Equidad y el Castigo.
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Actualmente formando parte del Palacio de Justicia está La Conciergerie. Era parte del Palacio Real medieval que mandó construir Felipe el Hermoso ("hermoso" sólo de aspecto, puesto que fue un rey cruel y corrompido, que aplastó a los templarios, persiguió a los judíos y provocó la pobreza y miseria entre los parisinos). Ahora es un museo en el que también se realizan conciertos. Lleva el nombre del "concierge" (Compte de Cierges o Conde de las Velas) que en aquella época era el Condestable del castillo, por lo tanto el jefe de la casa real y superintendente del palacio, teniendo la facultad de administrar justicia en sus alrededores.La torre de la derecha, si divisamos el palacio desde el otro lado del río, también tiene el sobrenombre de Torre Bombec, pero es más conocida por su apodo: "la torre de la pregunta" por ser el lugar donde se reunían a los presos durante la revolución para la realización de los interrogatorios sumarísimos.
A su izquierda, y en el centro de la fachada hay dos torres gemelas. La de la derecha de ellas, se llama Torre de la Plata, era el lugar reservado para guardar el tesoro de la Corona francesa. La torre de la izquierda era la llamada Torre de César y allí el acusador Fouquier-Tinville tuvo su vivienda durante los años del Terror y tuvo entre sus actividades la labor de llevar la acusación pública contra la Reina Maria Antonieta, Robespierre, los Girondinos y los Dantonistas entre otros. Para escarmiento de Fouquier, él mismo murió allí acusado de "juzgar y ejecutar a un determinado número de personas sin que hubiera contra ellas ningún acta de acusación, a la izquierda del edificio, a pocos pasos del cruce del Pont d´Arcole y el Quai de la Corse y con vistas directas a la fachada principal de Notre Dame de París, nos encontramos con la cuarta torre, torre que, por poseer en su fachada de la Rue d´Arcole un reloj, se hace acreedora de llamarse Torre del Reloj (Tour de l´Horloge). En esta Torre del Reloj, de forma cuadrada, se instaló en 1370 el primer reloj público de París. El rey Carlos V fue el que encargó su construcción.
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el Pabellón de los Soldados
Carlos V de Francia, que bien merecía el apelativo de Sabio, pensó que un reloj podría ser de utilidad para los habitantes de la ciudad de París, y que, por tanto, el mismo acordó construir un gran reloj para ser colocado en una de las torres de su palacio para que el público pudiera conocer la hora tanto de día como de noche.
Pero como no había un relojero suficientemente hábil en París para llevar a cabo dicha obra, el rey envió un mensajero a Alemania para negociar con Henry de Wyck, un relojero famoso, con el que llegó a un acuerdo para la construcción y el montaje de la máquina. El artista alemán, tuvo un apartamento asignado en la misma torre donde el reloj iba a ser colocado, y recibió seis céntimos diarios del rey durante ocho años consecutivos que es el tiempo que le llevó a ejecutar su trabajo.
Jean Jounence, un conocido fundidor de campanas, recibió la orden de crear la campana contra la cual, el martillo del reloj iba a dar las horas.
By Sammyday (Own work) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) or CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons
La Torre del Reloj tiene una altura apreciable, alcanza los cuarenta y siete metros de altura teniendo como punto culminante un pequeño mirador de forma octogonal rematado por un tejado decorado con azulejos azules y blancos (que no se distinguen por la suciedad que albergan).
Sus muros, como construcción defensiva que era, tienen casi un metro de espesor, por lo tanto, son casi infranqueables para el enemigo y, posteriormente, para los reclusos de la cárcel.
Carlos IX ordena rodear con frescos y ornamentos al citado reloj. Aunque su costrucción data de 1370, no sería hasta el siglo XVI cuando el escultor Germain Pilon diera forma a lo que hoy conocemos como uno de los más bellos relojes del mundo.

Pilon fue el encargado de realizar las esculturas del reloj. El reloj en sí está flanqueado por dos figuras alegóricas (una de ellas demasiado sensual) que representan a la Ley y a la Justicia.
La figura de la izquierda porta en su mano derecha unas tablillas con el texto latino "Sacra Dei celebrare pius regale time ius", o lo que se puede traducir por "Celebre el sagrado derecho de Dios a temer al piadoso rey", o en una traducción más libre "Piadoso observador de la ley de dios, respeta el derecho del Rey", donde se expresaba la máxima de que el poder del rey venía directamente otorgado por el poder de Dios.
En la parte de la derecha podemos ver otra imagen femenina que representa a la justicia, una figura que sostiene en su mano derecha una gran espada y, en la izquierda, una balanza, símbolo universal del juicio justo. 
Collection of the Museum of Ventura County, Private Collection
Maria Antonieta detenida
Poco después el edificio fue convertido primero en cárcel de palacio, y posteriormente en prisión de estado, entre sus huéspedes estuvieron: Ravaillac, asesino del rey Enrique IV, y Damiens, que lo intentó con Luís XV. También estuvo en ella la reina María Antonieta, Danton, y Robespierre antes de pasar por la guillotina; fueron juzgados en la Première Chambre Civile, que en 1793 fue llamada Salle de la Liberté, un curioso nombre para una sala donde el tribunal revolucionario condenó a unas 2,500 personas a muerte. Aquí puede verse la pequeña habitación donde los afeitaban y despojaban de sus posesiones antes de llevarlos a las carretas camino al cadalso. También se puede visitar la cocina, con sus cuatro fuegos, cada uno lo bastante grande como para asar un buey entero y que en el siglo XIV proporcionaba comida a 5,000 personas. Otra parte interesante es la capilla que albergó a los 22 diputados girondinos condenados a muerte y que actualmente contiene una colección de recuerdos de la época, como una hoja de guillotina, el crucifijo de María Antonieta y dos retratos suyos. Así mismo hay una recreación de la celda que ocupo la reina María Antonieta y el Delfín de Francia.
En el patio del Palacio de Justicia encontramos la Sainte Chapelle esta capilla palaciega de dos niveles, es la joya más destacada del gótico de París, pero sólo en ocasiones especiales se celebra misa en ella, aunque es costumbre celebrar conciertos con cierta frecuencia. La profunda religiosidad de San Luís le empujó a buscar y a adquirir, a precio de oro, las reliquias más veneradas de toda la cristiandad, las de la Pasión. En la década de 1230 el emperador de Constantinopla, estaba acuciado por las deudas se vio obligado a vender "la verdadera Corona de Cristo". A pesar del precio que puso, el rey la compró en 1239 y encargó a Pierre de Montreuil la construcción del más espléndidos de los relicarios. El arquitecto y los canteros trabajaron en tiempo récord, pues en 33 meses, ya tenían listo el lugar donde guardarían las reliquias, que habían costado el doble del dinero que se usó par pagar los gastos de la construcción del edificio. 


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Su exterior revela una estructura sencilla, un armazón de pilares que sostienen las bóvedas, tan ligeras, que su peso se equilibra por simples contrafuertes; entre los pilares no hay muros, sino 15 ventanales de 15 metros de alto. En las monumentales vidrieras se ilustra la historia del pueblo hebreo desde la creación del mismo hasta su llegada a Israel, con la instauración de la monarquía que concluye con la historia de Luis IX en el momento que recibe las reliquias. Son las vidrieras más antiguas de la ciudad, pues datan del siglo XIII. En un mundo sin libros, estas vidrieras tenían la función pedagógica y de predica, así, de vano en vano, se puede seguir de izquierda a derecha y de abajo a arriba, las principales escenas bíblicas tratadas con sencillez y colorido. A la izquierda de la entrada están las escenas del Génesis, le siguen las del Éxodo, Los Números, el Deuteronomio, los Jueces, Isaías y el árbol de Jessé, San Juan Evangelista y la infancia de Cristo. La Pasión, San Juan Bautista y el libro de San Daniel, Ezequiel, Jeremías y Tobías, Judit y Job, Esther, el Libro de los Reyes y por último el traslado de las Reliquias. En total 1134 escenas de la Biblia, dos terceras partes son del cristal original del siglo XIII. En el rosetón hay escenas del Apocalipsis.

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Cuando se produjo la Revolución, la iglesia se vio convertida en una tienda de harina, luego en un club y finalmente en un almacén de archivos judiciales. Bajo la Comuna se libró por los pelos de ser incendiada. La capilla superior está dedicada a la Santa Corona y a la Santa Cruz, la capilla inferior está dedicada a la Virgen María y era para uso público, mientras que la superior era de uso exclusivo para la familia real, en ella estaban la reliquias (un trozo de la Santa Cruz, otro de la Corona de Espinas y un clavo) y el rey era el único que tenía las llaves del relicario.
Si bajamos por el Quai des Orfebres, hacia la Place Dauphine, podremos disfrutar de una plaza encantadora. En 1607 Enrique IV concedió este emplazamiento al Juez Mayor, con instrucciones de que construyese una plaza cerrada por casas de igual fachada (los números 14 y 26 son de aquella época) y la dedicase al heredero al trono, el Delfín. André Bretón la describe en su novela Nadja como "uno de los lugares más profundamente recogidos que conozco". 

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Un poco más adelante, y uniendo la orilla izquierda con la Île-de-la-Cité, encontramos el Pont Neuf Este fue el primer puente sin casas y con aceras de la ciudad, se inauguró en 1607 bajo el reinado de Enrique IV ("le Vert Galant" que vendría a ser "el viejo verde" sobrenombre que le daban al rey por sus coqueteos). La construcción del puente fue a cargo de de Pierre Désille y Androuet du Cerceau, con un andén ligeramente arqueado, y 12 arcos en forma de media luna todos ellos de tamaño ligeramente distinto. Durante el siglo XVII era la sede de los "arracheurs de dents" los sacamuelas, que junto con los buhoneros, curanderos y charlatanes, se reunían en el puente para ofrecer sus "servicios". En este puente aparecieron los primeros Bouquinistes, los clásicos vendedores de libros antiguos de la margen del río. En 1635 se erigió una estatua de Enrique IV, en la Square du Vert Galant, que fue la primera representación de un monarca de Francia expuesta en un lugar público, por ello los revolucionarios la destruyeron en 1792. La que hay actualmente es de 1818. Las cornisas que se proyectan sobre el río están talladas con una hilera de divertidos rostros que caricaturizan a los ministros y cortesano de Enrique IV, junto a ellas hay otras de buhoneros, rateros y sacamuelas.

martes, 17 de junio de 2014

La Île-Saint-Louis: un remanso de paz en medio del Sena.

Al igual que con el resto de la ciudad. Haussmann cercenó el viejo sector medieval que rodeaba la catedral; aunque aquí lo hiciera con mano especialmente dura, pues arrasó sin remedio todo un barrio. De este modo, la explanada frente a la catedral se triplicó en superficie. http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/a1/Rue_Chanoinesse,_Ile_de_la_Cite,_Paris.jpg/1280px-Rue_Chanoinesse,_Ile_de_la_Cite,_Paris.jpg

http://3.bp.blogspot.com/-ePkz1x12CBw/TVk65NsD32I/AAAAAAAAK6I/Mz1kgo6aoaw/s1600/2%2B%2528Large%2529%2B%2528Medium%2529.JPGhttp://www.parisrues.com/images/04/04ruedelacolombe02.jpgEl único sector medieval que aún pervive se encuentra al norte de la catedral, pues hay un racimo de calles (entre ellas la Rue Chanoinesse, su nombre deriva de los canónigos de Nôtre-Dame cuyas casas flanqueaban la calle), sólo dos de ellas, los números 22 y 24 se conservan, datan del siglo XVI. Más allá está la Rue Colombe, donde la linea de la antigua pared galoromana está marcada en los adoquines.  Hay una placa en la pared.    

Continuando hacia el norte hasta el Quai aux Fleurs, son de interés dos cabezas de piedra sobre las puertas de los números 9 y 11, y que representan a los amantes Abelardo y Eloísa, que vivieron en una casa de este lugar en el siglo XII. La casa ya no existe, pero hay una placa donde se supone que estaba la misma. En el Square de l´Îlle de France, cerca del puente del Archevèché, fue durante largo tiempo un terreno baldío hasta que, durante el II imperio se instala allí el depósito de cadáveres y se convierte en un lugar frecuentado por los parisinos cuyo gusto morboso les empuja a enterarse de los detalles de los crímenes o muertes más sensacinalistas. En el extremo de la plaza se encuentra el Memorial de la Deportación: una bóveda subterránea que hace homenaje a todos los deportados franceses que sufrieron en los campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial, la mayoría eran los judíos que huyeron de la Europa ocupada, pensando que París les ofrecería una mayor protección que si se quedaban en sus lugares de orígen. No pensaron que París caería en manos fascistas, y que el gobierno colaboracionista de Vichy los entregara sin miramientos.

En 1609 y a sugerencia del Cardenal Richelieu, las dos islas que estaban en medio del río, fueron unidas entre sí mediante el Pont Saint Louis y luego enlazadas a las orillas del Sena por medio de puentes. Cruzando el puente, se llega a la Île-de-Saint-Louis, un lugar de paz en medio de la gran ciudad y uno de los lugares residenciales más caros para vivir. Esta pequeña isla sin urbanizar, estaba partida en dos por un foso. Una parte era conocida como la "île aux vaches" la isla de las vacas, pues durante el reinado de Luis XIII aún pacían los bovinos en ella.

Nicolas-Jean-baptiste Raguenet ( 1715-1793)




















Todo era muy idílico hasta que el especulador Cristophe Marie, apareció en escena e hizo construir el Pont Marie (!bautizado con su nombre claro!) y rellenó el foso entre los dos islotes para comenzar a urbanizar en el siglo XVII. El otro islote se llamaba Île de Nôtre-Dame y era un pastizal que las crecidas del río anegaban continuamente. Allí las lavanderas ponían a secar su ropa, y desde la Edad Media solían celebrarse los "duelos judiciales" que se admitían como pruebas en los juicios, Dios favorecía la espada que debía zanjar estos litigios. En 1726 recibió el nombre por el que se la conoce actualmente. Su calle central Saint Louis en l'Île, antaño refugio de familias aristocráticas, y actualmente llena de tiendas de ropa y de diseño de vanguardia, de salones de té y de restaurantes donde cenar sin destrozar el presupuesto, como la Brasserie de l'Île Saint Louis, cuya terraza ha sido inmortalizada varias veces en el cine. O en l'îlot Vache, un restaurant que lleva el nombre de la antigua isla de las vacas. Si lo que queréis es un helado para refrescaros os recomiendo Berthillion.

Estamos en una de las zonas con la vivienda más cara de toda la ciudad, una zona céntrica y por donde hay poco tráfico, llenas de tiendas de nivel, de boutiques y donde se respira una calma, que parece a la de hace siglos. Si tenéis posibilidad un buen hotel donde alojarse sería en el Hotel Saint-Louis-en-îsle  a ver no es barato, pero tampoco lo considero de los más caros, eso sí os alojareis en un hotelito no muy grande, con unas habitaciones muy cucas en colores ocres y claros, con los techos con las vigas al aire, o bien en la buhardilla... vamos para pasar una noche especial!En esta calle principal se encuentra la Iglesia de Saint-Louis, que no destaca más que por su reloj de hierro y su aguja labrada; sin embargo, es soberbia su decoración interior, de estilo jesuítico. Gemela a la Catedral de Cartago, donde murió San Luís, la iglesia conserva la estatua del piadoso rey. Los muelles que rodean la pequeña isla pueden convertirse, hacia las 6 de la tarde, en el mejor lugar para contemplar la puesta de sol. En uno de ellos, en el Quai d'Anjou se encuentra la casa donde la escritora Camille Claudel, la amante de Rodin, tuvo su estudio y acabó enloqueciendo víctima de una sociedad que no supo entenderla. Auguste y Camille se encontraron por primera vez en 1883 cuando el escultor, entonces con 43 años, visitó el taller donde ella, de 19, trabajaba.
A Camille le había costado mucho esfuerzo que sus padres aceptaran su vocación artística en un tiempo en que las cosas no eran fáciles para una mujer, y menos si pretendía dedicarse a la escultura. Su madre se oponía duramente a lo que considera una desviación radical de las reglas que regían la vida burguesa en la sociedad del momento. Solo encontró consuelo en su hermano Paul, quien se convertiría en un célebre escritor. 
En 1881 la familia se traslada a vivir a París, al barrio de Montparnasse. Camille siente pasión por la escultura y se matricula en la Academia Colarossi, que estaba dirigida por el escultor Alfred Boucher. En 1882 Camille se independiza y alquila un apartamento junto a unas amigas inglesas. Rodin (París, 1840) era ya un escultor de renombre que ya había realizado El pensador y tenía el encargo de crear Las puertas del infierno, inspiradas en la Divina Comedia de Dante, para un museo de artes decorativas que nunca se llegó a abrir. El realismo de sus obras contrastaba hasta tal punto con lo que críticos y artistas estaban acostumbrados que incluso llegaron a acusarle de haber moldeado la figura de una de sus obras, La edad de bronce, directamente sobre el cuerpo del soldado que había posado para él. Su devoción por el arte le llevó a matricularse a los 14 años en la Petite École, una escuela pública donde estudió dibujo y matemáticas. En tres ocasiones pidió ser admitido en la Escuela de Bellas Artes y otras tantas fue rechazado. Destrozado por la muerte de su hermana mayor Marie, había decidido en 1862 ingresar en la orden de los Padres del Santísimo Sacramento, fundada por el padre Eymard. Fue éste quien alentó su vena artística y pronto su falsa vocación religiosa dejó paso al creador que llevaba dentro.Poco después, en 1864, el mismo año del nacimiento de Camille, conocería a Rose Beuret, una costurera que se convertiría en su compañera para toda la vida, madre de su único hijo y vértice de un triángulo donde Camille Claudel era quien más tenía que perder. Y perdió y mucho, acabó encerrada en un manicomio durante 30 años, gracias a su familia que fueron los que la internaron. Hay un par de películas muy interesantes, una de Juliette Binoche (Camille Claudel 1915) y otra de Isabella Adjani (La Pasión de Camille Claudel), así que si queréis saber más os invito a verlas.
statue dans l'escalier interieur de l'hôtel particulier de LauzunEn el número 17 de la misma calle está el Hôtel de Lauzun que data de 1656, fue construido por Le Vau, para un tal Charles Gruÿn, quien se habia enriquecido tanto como proveedor militar, que fue encarcelado antes de poder ocupar su nueva casa. El Conde de Lauzun la compraría posteriormente, dándole su nombre. Este personaje resultó ser el favorito de Luís XIV, y más tarde el amante de la duquesa de Montpensier, prima del rey. Baudelaire se hospedó en ella durante un tiempo, y frecuentó durante la década de 1840, el famoso "Club de los Haschichi", creado por Broissard, y entre los que disfrutaban de sus paraisos artificiales estaban Dumas, Delacroix y otros muchos. El exterior no puede ser más sobrio; por el contrario el lujo y la riqueza de su decoración interior lo convierten en uno de los edificios más elegantes del siglo XVII. Para visita virtual aquí.
Lo mismo cabe decir del Hôtel Lambert, en el número 1, construido en 1642 por el presidente Lambert, y donde Voltaire, y después Rousseau cortejaron a las sucesivas señoras de la casa, Madame Dupin el primero, y la Marquesa du Châtelet el segundo. De 1842 a 1976, este lujoso palacete perteneció a la familia del prícipe Adam Czartoryski y fue el centro de reunión de la bohemia polaca. Las pinturas de la Galería de Hércules, el Salón del Amor y el Gabinete de las Musas han llegado hasta nuestros días gracias a los grabados de Bernard Picart. La noche del 9 al 10 de julio del año 2013 el hotel sufrió un incendio,y esto es lo que se perdió en el: el Cabinet des Bains. El edificio siempre ha sido para uso privado, primero de la familia Rothschild y actualmene pertenece al hermano del emir de Qatar. Hay mucha polémica sobre el incendio, y sobre si un edificio con tanta historia debería pertenecer o no a los Monumentos de Francia, el problema que no hay dinero para adquirir edificios como éstos. En este blog podéis verlo por dentro y todo lo que alberga.
La arquitectura del siglo XVII mantiene todavía su fría dignidad aristocrática. Aparte de la nobleza, Baudelaire, Theophile Gautier, filósofos como Voltaire, Rousseau y hombres de estado como Georges Pompidou, Marie Curie, el cantante Georges Moustaki, han sido vecinos de esta zona.